La tendencia de los últimos años muestra que la forma de pago a la que cada vez recurren más consumidores y con más frecuencia es el pago con tarjeta. El avance de las nuevas tecnologías y la explosión de la pandemia de la covid han dejado claro que este método de pago se impone de forma absoluta al pago en efectivo.
Sin duda, la pandemia ha marcado un antes y un después en nuestra relación con el dinero. En muchos establecimientos quedó totalmente prohibido pagar con monedas y en metálico y en otros, se pidió a los clientes que estos efectuasen el pago con tarjeta, por si el virus permanecía en estas superficies y se contribuía con ello a la propagación del virus.
Más allá de los últimos acontecimientos sociosanitarios, el pago con tarjeta se presenta como una alternativa cómoda y rápida, con la que puedes desentenderte por completo de la tarea de ir al banco o a un cajero automático a retirar efectivo cada cierto tiempo, por lo que ha ido ganando cada vez más popularidad.
Esta creciente popularidad coincide con los planes del Gobierno, que en un intento de luchar contra el fraude y las operaciones no declaradas, pagadas a través de 'dinero negro' o 'dinero en B', ha tomado medidas para desincentivar aún más el tradicional intercambio de billetes y monedas.
La decisión más importante en este sentido ha sido la reducción de la cantidad máxima que se puede abonar en efectivo, que queda reducida a 1.000 euros, dejando atrás el límite de 2.500 euros en vigencia desde 2012. Así lo establece la Ley 11/2021 de medidas de prevención y lucha contra el fraude fiscal, en vigor desde el pasado 11 de julio de 2021, que prohíbe pagar en efectivo las operaciones de un importe igual o superior a los 1.000 euros, o su contravalor en moneda extranjera.
Aunque como en todo hay excepciones y este importe se eleva a 10.000 euros en caso de que el pagador sea una persona física que justifique que no tiene su domicilio fiscal en España y no actúe en calidad de empresario o profesional.
Incumplimiento de la norma y consecuencias
Es importante saber que la limitación se aplica a la operación, y no al pago en efectivo en sí. Es decir, que si tenemos que abonar el pago de una operación que ha costado 1.500 euros, y 300 los pagamos en efectivo, estaríamos incumpliendo la la Ley 11/2021 de prevención y lucha contra el fraude fiscal de igual manera.
¿Qué ocurre si me "pillan" pagando en efectivo más de 1.000 euros? Si esto ocurriera la Ley considera infractor tanto al pagador como al que recibe la cantidad en metálico. Por ello, la norma contempla que ambos deberán responder de forma solidaria ante la sanción administrativa prevista para cada caso, que por regla general es del 25% de la cantidad pagada en efectivo de la operación.
Si en el plazo de tres meses después del pago, alguna de las partes presenta una denuncia ante la Agencia Estatal de la Administración Tributaria por la operación realizada, el denunciante quedará exonerado de responsabilidad y no tendrá sanción administrativa alguna.
Asimismo, en este sentido debes tener en cuenta que los cheques al portador, así como cualquier otro medio de pago en el que no se identifique a los intervinientes, se consideran efectivo.
El Ministerio de Hacienda ha puesto en marcha estos mecanismos para tratar de acabar con el fraude económico y detectar blanqueamiento de capitales. De esta manera, la ley contra la lucha del blanqueo de capital recoge que la Agencia Tributaria vigilará las retiradas de efectivo que se realicen en el límite del pago con metálico -es decir, cuando se hagan retiradas de cerca de 1.000 euros- y cuando se abone un pago con un billete de 500 euros.