El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, espera que el Ejecutivo español aproveche su reunión de este fin de semana en Quintos de Mora (Toledo) para "pensar" su relación con los independentistas catalanes, que están "planteando que el Gobierno gobierne con camisa de fuerza".
"Con las cosas de comer no se puede mercadear", ha dicho García-Page en declaraciones a los medios en Marchamalo (Guadalajara), donde ha insistido en que "ningún Estado puede renunciar bajo ningún concepto a la competencia en fronteras", porque es "la expresión más elemental de soberanía".
Tras lamentar la "sensación muy desoladora" que le produce este traspaso de competencias, ha dicho que espera que la reunión de este sábado le sirva al Ejecutivo para "pensar a dónde conduce este laberinto, si hay o no salida y si es o no admisible que los independentistas catalanes, que por lo demás son supremacistas cuando no xenófobos, lo que estén planteando es que el Gobierno gobierne con camisa de fuerza".
"¿Hasta cuándo se puede, hasta cuándo y para qué?", ha espetado el presidente castellanomanchego, que ha afirmado que si estas competencias las pidiera a Vox, "todo el mundo se rasgaría las vestiduras", pero ha advertido de que Junts las pide "para lo mismo y eso no tiene nada de progresista", sino que lo ha calificado de reaccionario.
García-Page ha abundado en el símil del laberinto para hacer referencia a la situación política nacional, en el que no se va "ni para adelante ni para atrás" y además "lo que le viene bien a uno no le viene bien a catorce", por lo que ha lamentado que "no hay posibilidad ninguna de estar pensando en el pasado mañana, cuando el estrés es saber qué va a pasar mañana".
Cree que la política española va "infarto tras infarto"
De este modo, el presidente castellanomanchego, que ante la pregunta de si sugiere la celebración de elecciones generales, ha señalado que él apuesta por "pensar en España más que en el Boletín Oficial del Estado", ha incidido en la importancia que a su entender el Gobierno español reflexione este fin de semana "hacia dónde conduce esto", pues a su entender "no merece la pena" tener una situación política "de infarto tras infarto".
De este modo, ha recordado que este acuerdo con Junts se ha producido porque el Gobierno ha querido aprobar unos decretos que "son bienintencionados, positivos, en teoría ninguno era conflictivo", por lo que ha considerado que "no es tolerable, no se puede tolerar" que para su aprobación "haya que mercadear hasta con la soberanía nacional".
En este sentido, ha mostrado dudas de que traspasar las competencias en migración sea constitucional y por ello, ha advertido del riesgo de que el Gobierno acumule compromisos "con la intención de que no vayan a ningún sitio o terminen siendo un cajón inmenso de frustración", que deriven en que llegue el día en el que el expresident de la Generalitat y líder de Junts, Carles Puigdemont, "se le pase por la cabeza decir que ya está harto, que nadie cumple porque se están planteando y se están ofreciendo compromisos imposibles".
"Estamos hablando de darle a una persona y de darle a un partido supremacista competencias que no están pensadas ni para otras razas ni para otros continentes, que las quieren plantear frente a los propios españoles", ha denunciado García-Page, que ha añadido: "Si es que si por Puigdemont fuera, yo sería un extranjero".
Sin embargo, ha descartado que pueda tener oportunidad de decir todo esto personalmente al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la reunión del Ejecutivo en Quintos de Mora, pues ha señalado que no le han invitado y que se ha enterado del cónclave "por la prensa", si bien ha afirmado que no le parece raro que no le hayan avisado, sino que es algo habitual. "Tampoco lo hacían los del PP, o sea, que en ese sentido me tratan igual", ha finalizado García-Page.