Más huertas urbanas en Etxabakoitz para el vecindario. Así lo han decidido este miércoles los grupos municipales en la Comisión de Urbanismo del Ayuntamiento de Pamplona tras una iniciativa presentada por EH Bildu y PSN al comprobar que de las 48 huertas disponibles, sólo 14 fueron adjudicadas a vecinos del barrio.
La propuesta ha sido apoyada por Geroa Bai, mientras que Navarra Suma se ha abstenido, aunque su portavoz Fermín Alonso ha asegurado que se buscarán soluciones.
También se ha aprobado una enmienda de Geroa Bai para que se elabore una normativa para la cesión de huertos urbanos en la que se "valoren diversos criterios sociales y, entre ellos, la cercanía a la zona de ubicación del huerto, por criterios comunitarios y de sostenibilidad".
El concejal Joxe Abaurrea ha sido el encargado de presentar la iniciativa, recordando que el proyecto ha dejado un sabor agridulce en el barrio por el reparto.
Ha planteado al equipo de Gobierno que estudie una ampliación de las parcelas o busque otro espacio, como el terreno municipal situado entre el cementerio y la zona deportiva de Beritxitos. "Ha dejado una espina clavada en los vecinos. Consideramos que es clave la implicación del vecindario en este tipo de proyectos y es necesario que se pueda priorizar la cercanía" ha señalado el concejal abertzale.
Alonso ha defendido el procedimiento empleado para la adjudicación –por sorteo– al ser el más adecuado a los criterios de libre concurrencia y licitación pública.
En cualquier caso, ha argumentado que el 40% de las parcelas de Etxabakoitz van a ser gestionadas por personas del barrio, ya que además de las 14 parcelas adjudicadas al vecindario hay otras 3 que van a ser gestionadas por asociaciones del barrio. "Era la forma jurídicamente más correcta. Vamos a estudiar habilitar más parcelas, pero tenemos otras prioridades y mucho trabajo con las 48 enmiendas del Presupuesto".
Por parte del grupo socialista, Maite Esporrín ha pedido al representante de Navarra Suma que "sea sensible" al posicionamiento de la mayoría municipal y busque una fórmula para incorporar elementos de discriminación positiva a favor del vecindario como se ha hecho en el caso de las asociaciones.
Por parte de Geroa Bai, el concejal Javier Leoz ha reiterado la necesidad de implicar al vecindario y que el barrio asuma el proyecto como propio, para lo que ha planteado incluir criterios sociales en la adjudicación.
Huertos de ciudad
En Etxabakoiz se han habilitado 48 parcelas de diferentes tamaños (de entre 55 y 100 metros cuadrados). El uso es el autoconsumo hortícola y el horario establecido para sus usuarios cubre en verano de forma ininterrumpida la franja de 8 a 22 horas y en invierno, también de forma continua, desde las 8 hasta las 21 horas.
Cada parcela dispone de un cartel indicativo, un cajón con llave de paso para el agua de riego y un baúl para depositar las herramientas de la persona o personas que la cultivan.
Esas huertas están concedidas para su explotación por 4 años dentro del proyecto 'Parque de Aranzadi' y son gestionadas por Fundagro- Casa Gurbindo.
Las huertas de Etxabakoitz comparten modelo de gestión con el grupo de alrededor de 100 parcelas preparadas para el cultivo individual que hay en el meandro de Aranzadi.
En los últimos años se ha ido desarrollando en Pamplona un segundo modelo de cultivo urbano, el de 'Huertos comunitarios', un sistema de explotación que está abierto a la ciudadanía en general, aunque siempre de forma asociativa.
Hoy ese modelo está implantado en otros cinco barrios: Casco Viejo, San Juan, Txantrea, Mendebaldea y Rochapea. En este caso una asociación presenta un proyecto concreto a la oferta de gestión del espacio y, desde el Consistorio se valora y se adjudica la concesión
.
En los huertos comunitarios se ha optado por cultivo en bancal por las características del suelo sobre el que se instalan (van sobre baldosa, relleno). Este tipo de huertos no tienen instalaciones de riego como tal, aunque sí disponen de agua, ni tampoco suministro eléctrico.
Dentro de sus proyectos de gestión es habitual que se colabore en la dinamización del barrio mediante una oferta de actividades con otras asociaciones, centros educativos y culturales o grupos de personas con diversidad funcional de las proximidades.