Pamplona atrae más allá de San Fermín

Pamplona se despidió un año más de los Sanfermines con el ritual de siempre: las calles se limpian a fondo, algunos bares, tiendas y restaurantes bajan la persiana y se van de vacaciones y muchas de las personas que han gozado de las fiestas vuelven a sus casas.

Desde el 15 de julio comienza una etapa relajada para los pamploneses, aunque no tanto para la Oficina de Turismo o para los guías, que escuchan un nuevo ruido, distinto al tradicional de San Fermín son los pasos de los viajeros que vienen a enamorarse de la ciudad.

Álex y Aina se sacan una foto delante de la Plaza del Ayuntamiento. Naturales de Mallorca, han hecho una ruta por toda España para conocer mejor el país. “Teníamos que ver Pamplona sí o sí porque es de las ciudades más bonitas que conocemos”, señala Mentxu.

Mikel Ollo, trabajador de Destino Navarra, asegura que “el Ayuntamiento, sin duda, es lo que más atrae a los turistas. Muchas veces escuchamos la frase de que ‘en la tele se ve mucho más grande’ y les tenemos que hablar mucho de los Sanfermines porque es lo que pide el lugar”.

En este punto, los guías pueden contar todo lo que saben sobre las fiestas. Para Mikel es un lugar muy relevante como guía turístico porque “ahí podemos explicar en cuatro o cinco ideas todo lo que es y significa Pamplona”.

Mikel recula a los pocos segundos y enuncia varios lugares más con mucho encanto para los visitantes, como el Redín o la cuesta de Santo Domingo. Tanto él como la Oficina de Turismo coinciden en lo mismo: “los Sanfermines y el encierro son uno de los principales atractivos”.

Ana y Daniel miran un mapa delante de la Plaza de Toros. Él es danés y ha conocido Pamplona “por una cosa práctica. Hemos venido a España, a la casa de mis padres en Zaragoza, y queríamos visitar ciudades que estuvieran a mano”, comenta Ana.

Lo primero que han querido ver ha sido el recorrido del encierro porque “todos los años los veo”. Ambos miran hacia la entrada de la Plaza: “¡Es pequeñísima! Me parece muy fuerte que entre tanta gente por ahí, pero no me extraña que se generen tantos tapones”.

Adrián, Elisa y sus padres, Ángeles y Mariano, se acercan también a la Plaza de Toros mientras conversan sobre la evolución de la ciudad tras los Sanfermines: “Queríamos venir cuando hubiera menos gente para poder ver más”, confiesa Ángeles. Elisa ha trabajado aquí durante los Sanfermines y bromea con el contraste: “Ahora hay hasta silencio en los sitios donde más gente hay”.

Para Ángeles y Mariano es la primera vez que vienen a Pamplona, pero están convencidos de que no será la última. “Les estamos enseñando un poco el centro, la Plaza del Castillo, los bares y los pintxos para que, mientras estemos Adrián y yo trabajando, ellos ya tengan ubicado qué ver”, comenta Elisa.

Naroa saca una foto a sus padres, Mentxu y Ramón, delante del Monumento al Encierro. Vienen a visitar a su hija, que ya lleva varios años en Pamplona. “Conocemos la ciudad, pero nos gusta mucho venir a visitar a la hija y caminar por lo viejo”, indica Mentxu.

El Camino de Santiago

La Oficina de Turismo explica que la gran mayoría del turismo es nacional y que, por lo general, son familias y matrimonios adultos, sobre todo de Madrid, Barcelona, las tres provincias de Comunidad Valenciana, Gipuzkoa o Murcia”.

Además señalan que el tiempo que están “suele ser uno o dos días, si bien mucha gente se aloja en la ciudad y alrededores durante más tiempo para conocer el resto de Navarra”.

No obstante, también hay un perfil internacional donde “Francia arrasa”. Muy de lejos les siguen Italia, EE.UU., Bélgica y los Países Bajos.

Hay otro perfil muy popular durante cualquier época del año, que son quienes hacen el Camino de Santiago, como Jan Yun, un taiwanés que ha hecho desde Roncesvalles una etapa de 43 kilómetros para “descansar en Pamplona porque es muy bonita”.

Confiesa que aunque le dijeron que hacer dos etapas era una locura, “quería hacerlo porque si me cansaba mucho estaba un día más en Pamplona y podía conocer lo más importante de la ciudad”. La Catedral de Pamplona le ha impactado porque “es monumental. Contrasta con los edificios pequeños de su alrededor”.

Las huellas de los turistas marcan Pamplona, una ciudad tan especial como transitada; una ciudad para repetir y volver.