Buscar
Vida y estilo

“Para encontrarse a uno mismo hay que estar dispuesto a perderse”

Todos nos enfrentamos a desafíos ante los que es preciso actuar con calma, entusiasmo y confianza si queremos convertirlos en extraordinarias oportunidades de aprendizaje. Esa es la idea que nos transmite Mario Alonso Puig en su libro ‘El camino del despe
Mario Alonso Puig, cirujano y experto en crecimiento personal.
Mario Alonso Puig, cirujano y experto en crecimiento personal. / Oscar González

Bajo el título El camino del despertar (Ed. Planeta), Mario Alonso Puig muestra un inspirador trabajo que “nos ayudará a transformarnos en la persona que siempre quisimos ser”.

Mirando los libros que publica veo que mayoritariamente son autoayuda con derivas filosóficas sobre el ser y el parecer. ¿Por qué un cirujano se dedica a la mente, a lo psíquico?

Mis libros, más que de autoayuda, me gusta definirlos como libros de crecimiento personal, porque son ensayos sobre ciertos temas e ideas, con las que de alguna manera conecto campos diversos. Por mi formación como cirujano durante 26 años, por mis estudios de filosofía en profundidad durante dos años y también de neurociencias, tengo bastante experiencia acumulada y de alguna manera conecto diferentes campos. Ocurre que al final te das cuenta de que lo psicológico es físico y lo físico psicológico. Todo tiene un componente psicosomático y somático. De forma natural, el mundo de la psique tiene un impacto en lo físico. Entiendo que a todo médico nos tiene que interesar o nos podría interesar. Este es mi caso.

En latín, ver es video y videor es, ser visto, parecer. ¿Cuál es la diferencia cuando buceamos en nuestro interior? 

Desde una mirada superficial vemos lo que parece ser. En una mirada más profunda vemos lo que es. Por ejemplo, una persona puede en un momento determinado tener un gesto poco amable con nosotros y nos parece una persona antipática; sin embargo, si le preguntamos y escuchamos un poco, tal vez esa persona esté pasando por un momento muy difícil. No podemos juzgar a una persona solo por lo que parece ser, porque entonces sería tremendo, viviríamos en un mundo de juicios y etiquetas. Una persona siempre es mucho más de lo que parece que es.

En el título de su libro propone un camino para despertar, ¿despertar de qué?

Despertar de un sueño donde nos creemos lo que no somos. Puedo poner el ejemplo del sueño nocturno, donde no te das cuenta de que estás dormido; nosotros estamos dormidos a nuestros verdaderos recursos y a nuestras verdaderas posibilidades. Despertar a esos recursos que tienes, a esa creatividad interior, a ese espíritu emprendedor que no sabes que tienes y que sí posees, a esa paz interior que puedes desarrollar en un momento determinado. Es decir, despertar a eso que somos. Muchas personas creen que no valen lo suficiente, que no tienen recursos, que no tienen capacidad y no es así. Sí, los tienen. Pero mientras tengan esas capacidades dormidas es muy difícil que las pueda vivir como existentes.

Habla de cómo somos y cómo podemos ser. ¿El camino que propone es llegar a cómo quisiéramos ser, más listos, más inteligentes…?

No. El camino que propongo es reconocer quiénes somos en realidad. Hay una historia antigua, de hace un siglo aproximadamente, que viene de África, en la cual un águila que había sido criada entre gallinas desde que era pequeñita asumió que era una gallina; el camino del despertar para ella era reconocerse como águila. Esto tiene grandes implicaciones porque se reconoce como ser libre, como un ser que tiene recursos, unas zarpas espectaculares, una vista prodigiosa, un pico formidable y que puede volar. De eso se trata mi libro, de reconocernos en lo que somos. Solo si eres quien realmente eres podrás ser feliz y vivir en plenitud.

En la vida, cuando nos miramos al espejo, ¿somos más nosotros mismos o la imagen que tenemos de nosotros?

Somos la imagen que tenemos de nosotros en ese momento. Por eso, no vemos lo que es, vemos lo que parece que es, porque ese espejo en el que nos miramos es un espejo interno que está muy distorsionado. Ya en la India hace 5.000 años este espejo sería como un espejismo. Llegamos a creernos como si eso fuera la realidad; por eso tenemos que ver un poco más allá de lo que aparentemente somos y saber qué es lo que nos muestra ese espejo. 

Habla del personaje que creemos que somos y de la persona que es lo que realmente somos. ¿Qué camino propone para ir de la persona al personaje o viceversa?

La distancia. Recuerdo una película de hace años que empezaba con una escena donde el personaje se salía de la pantalla. De eso es de lo que se trata, de que nosotros vivimos atrapados en una narrativa, en un guion, sin saber que es así. Y de lo que se trata es de tomar distancia, observar y salirse del personaje. Cuando uno toma distancia y se da cuenta de que está haciendo un papel, pero que no está representado en él, que el papel es una forma de funcionar, pero no define quién es, puede empezar a ser verdaderamente quién es. Un actor o una actriz están interpretando un papel; en ese momento puede irle bien, pero ese papel no define la totalidad de lo que esa persona es. Esto es muy importante, porque cuando tomas distancia y dejas de juzgarte y empiezas a observarte, puedes reescribir tu propia historia.

Para ser como queremos ser hay que hacer una búsqueda interior. ¿Cómo propone hacerla, de manera solo intimista, personal o buscando ayuda profesional?

La búsqueda interior nunca ha sido una búsqueda fácil. En mi experiencia hay una serie de caminos. El primero es la introspección, el silencio, porque la meditación ayuda muchísimo en la búsqueda personal. Lo segundo, la lectura de personas que conocen, aunque sea parcialmente, ese camino, porque lo han recorrido, porque lo han estudiado y porque lo han investigado. En tercer lugar, entender que todos necesitamos ayuda. Nadie recorre este camino solo; todos precisamos de personas que nos acompañen y nos ayuden, sobre todo, en momentos diversos de nuestra vida. Lo importante es entender lo fascinante que resulta recorrer ese camino que nos llevará a un puerto magnífico; y que entremedias tendremos nuestras tormentas, nuestros momentos de desafío, pero que al final hallaremos algo extraordinario en nuestras vidas.

Le he escuchado hablar del camino del héroe. ¿Para buscarse a uno mismo hay que ser un héroe o una heroína?

Para encontrarse a uno mismo hay que estar dispuesto a perderse. Tenemos que estar dispuestos a perder el papel para encontrarnos con el artista, con el actor, con la actriz. Para este encontrarse, en El camino del despertar utilizo la metáfora que creó Joseph Campbel titulada El camino del héroe. 

¿Qué es El camino del héroe?

El proceso a través del cual una persona experimenta pruebas y desafíos con una serie de ayudas, de lo que él llamó los guardianes, hasta conseguir reconocer su verdadera naturaleza. Campbel decía que el final del camino del héroe es descubrir el valor de la compasión. Yo lo he llamado El camino del despertar porque hay que ser un héroe o heroína, tener esa mentalidad, que no son los superhéroes ni heroínas que vemos en los cómics. Hay que ser una persona con cierto punto de heroicidad para atreverse a explorar mundos poco conocidos. La introspección no es un camino fácil, es un camino que nos ofrece un montón de oportunidades. Pero hay que tener un poco de ese espíritu heroico que a lo mejor no saldrá en ningún periódico, ni televisión ni en ninguna noticia, pero ese espíritu es el que realmente nos importa en la vida. Esa heroicidad la hemos de volcar hacia nosotros mismos, porque es una muestra de profundo amor hacia nosotros. 

Vivimos en un mundo ajetreado, donde con frecuencia aparentar es más importante que ser. ¿Para nuestra vida más íntima eso debe de ser así? ¿O eso puede crear una fuente de frustración permanente?

Tenemos que entender que la vida tiene picos y valles. Pretender que solo tenga picos sin ningún valle es la receta ideal para la frustración, es vivir una vida auténticamente inauténtica. Todos pasamos por momentos de dificultad. De hecho, una de las cosas que resulta más complicado a mucha gente es gestionar la frustración, que es parte del camino, lo mismo que la tristeza o el miedo. Otra cosa es que se conviertan en una forma de vivir. Muchas veces, nos dicen: es que yo no quiero estar triste. Sin embargo, en ocasiones hay que pasar por la tristeza. Hay que reconocer errores y decirse que estoy triste porque ha cometido ese error, y preguntarse qué puedo aprender de ello. Si no quiero experimentar la tristeza, ¿por qué voy a cambiar algo? Esto es una de las cosas con las que hay que tener mucho cuidado, porque si no, estamos creando un tipo de vida que nos va a convertir en personas tremendamente blandas. 

Para el lector sus reflexiones pueden resultar bastante profundas. ¿A quién dirige estas ideas?

A cualquier persona que tenga el anhelo de mejorar su vida; si no lo tiene en algún aspecto, no vale la pena que lea el libro. Si quiere mejorar algún aspecto de su vida creo que le puede venir bien leerlo y reflexionar con qué partes del libro se queda para su propio proceso de transformación. Lo he escrito para todas las personas, y de hecho muchos jóvenes siguen los contenidos que yo comparto. No tienes que ser una persona universitaria para leerlo, pero sí debes de tener esa inquietud que tienen los buscadores, las personas que buscan mejorar su vida. 

2024-01-17T14:55:03+01:00
En directo
Onda Vasca En Directo