Ante la oleada de pinchazos que se está dando en todo el Estado y la indiscutible preocupación que está generando, diversos medios de comunicación como este se están haciendo eco de un mensaje de tranquilidad y cautela. Koldo Callado, farmacólogo de la UPV, afirma que se trata de una nueva moda entre el ambiente más juvenil y que en ningún caso podemos hablar de sumisión química, por lo menos, con lo que respecta a Euskadi por ahora.
¿Qué sabemos de los famosos pinchazos o sumisión química hasta el momento?
Para empezar, yo creo que hay una cosa que hay que aclarar y es que hay que diferenciar los pinchazos de lo que es la sumisión química. Lo que sabemos hasta el momento es que en diferentes fiestas de Euskal Herria, parece que están produciéndose, principalmente a mujeres, una serie de pinchazos, pero hasta el momento no se ha hallado ninguna sustancia en ninguno de los estudios toxicológicos que se han hecho. La sumisión química tiene por objetivo administrar una droga para que la víctima pierda sus facultades mentales y pierda su control y se puedan ejercer una serie de delitos.
¿Cómo es posible que exista un pinchazo que conlleva una serie de síntomas y no quede ningún resto en el cuerpo?
Es muy improbable que con un solo pinchazo se pueda conseguir una sumisión química. Para que produzca cualquier droga un efecto, debemos administrar una cantidad importante. Todos sabemos que cuando nos dan cualquier inyección no solo nos pinchan, sino que hay una serie de segundos que son los que se tarda en que todo el líquido se introduzca en el músculo. Por lo tanto, aparte del pinchazo necesitaríamos unos 10-15 segundos para introducir una cantidad suficiente y la gente se daría cuenta y en ninguno de los casos se ha descrito más allá de un pinchazo. Entonces, puede que se deba a la propia reacción de pánico o de terror de las personas ante sentir el pinchazo.
¿Estamos ante una nueva técnica de terror sexual?
Sí, se parece más a eso, probablemente, que a la sumisión química. Obviamente, es una agresión en la que se está generando pánico y en la que cualquier persona que note un pinchazo lógicamente tenga miedo de que se le haya suministrado alguna sustancia o de que se quiera cometer algún tipo de delito con ella. Por lo que, probablemente, sí estamos hablando de una situación que busca el terror sexual y en muchos casos quizás incluso la notoriedad. Hoy en día se lleva mucho aparecer en las Redes Sociales y que aparezcan este tipo de cosas para generar terror más que realmente para que pueda haber una sumisión química, porque hasta el momento, tampoco se ha descrito ningún tipo de delito después de estos pinchazos, no ha habido agresiones sexuales ni robos que suele ser lo que se busca con la sumisión química clásica.
¿Cuáles serían realmente las consecuencias de una sumisión química hecha con la cantidad necesaria para ser detectada posteriormente?
En general, la mayoría de sustancias que se utilizan son depresores del sistema nervioso central y lo que hacen es dificultar el funcionamiento del sistema nervioso y del cerebro. Los efectos que producen son los que todos y todas conocemos de una borrachera. Esa somnolencia, esa pérdida de contacto con la realidad, la dificultad para hablar, la dificultad para mantenerse en pie que a veces puede llegar incluso a la pérdida de la conciencia. Pero, repito, que con un solo pinchazo es altamente improbable que se introduzca la cantidad suficiente de sustancia para generar este tipo de síntomas.
¿Y qué más puede ocurrir?
Puedes tener la mala suerte de que te pinchen cerca de un nervio o cerca de un vaso sanguíneo y te pueda generar un entumecimiento, hinchazón, etc. Por eso, aunque no haya sustancia estamos hablando de una cuestión grave porque a parte de generar esos problemas, si se va pinchando a diferente gente se puede transmitir también enfermedades de tipo infeccioso y demás. Es algo realmente grave.
Por lo tanto, ¿no sería conveniente que también buscaran afecciones víricas como el VIH?
Realmente es difícil que suceda con un solo pinchazo pero me consta que los protocolos que se están poniendo en marcha en Osakidetza y en otros sistemas de salud, cuando se constata el pinchazo, en el mismo análisis pueden hacer una prueba rápida que descarte que pueda haber alguna afección infecciosa. Es difícil con un solo pinchazo, tendría que ser casualidad que pinchen a alguien que tenga una enfermedad infecciosa y luego a otra persona a la que se le transmita pero se podía dar y por eso la mayoría de protocolos se están introduciendo también en este tipo de posibilidad y en este tipo de análisis.
¿Por qué alguien haría eso?
Por desgracia en nuestra sociedad existe gente que comete este tipo de agresiones o de delitos porque no son capaces de discriminar la gravedad de lo que están cometiendo. En primer lugar, hay que transmitir el mensaje de tranquilidad. Parece que los pinchazos son graves, pero no estamos hablando de sumisión química. Y en segundo lugar, dejar claro que esto es una agresión y un delito grave. Es decir, no estamos hablando de una broma. Mucho cuidado, que nadie piense: “Voy a hacer la gracia y voy a dedicarme a pinchar a la gente”, porque estamos hablando de una agresión que genera pánico entre las mujeres y que es algo que hay que parar lo antes posible.