Vida y estilo

Parada obligatoria para los amantes de la buena cocina en este restaurante gipuzkoano

En este precioso caserío de la comarca del Alto Deba se ubica Arteaga Landetxea, un establecimiento familiar dirigido por Maider Larrañaga en la sala e Igor Ezpeleta como jefe de cocina. Juntos han convertido este lugar en una parada obligada para los ama
Bacalao asado a la parrilla con piperrada. / Aitzol Zugasti

Maider e Igor se formaron en la histórica Escuela de Hostelería Oñate y continuaron su formación en enología y sumillería, con estudios en la Universidad de La Rioja y un máster en Madrid.

Arteaga Landetxea

  • Dirección: Garagartza Auz., 37, Arrasate, Gipuzkoa
  • Teléfono: 943 711 881
  • Web: https://www.arteagalandetxea.com
  • Interiorismo: 7,5/10
  • Calificación: 7,5/10

La historia de este pintoresco caserío se remonta a 1450 y a lo largo de los años ha pasado por diferentes etapas, desde ser una bodega de sidra hasta dedicarse a la ganadería. Tras los estudios de ambos, se adquirió en una subasta del Ayuntamiento de la localidad, comenzando un proyecto que transformaría la propiedad en lo que es hoy en día, no sin antes quedarse reducido a tres paredes y muchas batallas, pero con perseverancia y esfuerzo se levantó hasta convertirse en un referente en la comarca.

Maider Larrañaga e Igor Ezpeleta. A.Z.

La metodología de trabajo distingue a Arteaga Landetxea, un lugar que ha sabido formar un equipo sólido y cohesionado, permitiendo que su vocación artística fluya con naturalidad hacia una clientela heterogénea, que llega atraída por múltiples razones. Cada detalle, desde la atención en la sala hasta la propuesta culinaria, está diseñado para conectar con quienes valoran la tradición y la atención.

La vinoteca, junto al comedor del Arteaga. A.Z.

El caserío, con sus diversos comedores, invita a experimentar con los sabores sin caer en artificios innecesarios. En esta casa, el único truco es confiar en el buen hacer que nace de años de experiencia entre fogones. Aquí no se trata de reinventar la tradición, sino de comprenderla tan profundamente que ya forma parte del ADN de cada plato, desde que Igor se puso la chaquetilla.

La cocina que se practica es bien administrada, rechazando la opulencia y abrazando la sencillez. Se aleja deliberadamente de las modas de fusión, y apuesta por una propuesta culinaria honesta, el respeto al producto y a los sabores auténticos.

En el menú

Los platos destacan por su pureza, con carnes y pescados a la brasa, la especialidad de Ezpeleta que añade verduras que brotan en su huerta, sobre todo en la época estival como las piparras, los tomates y las vainas en verano, o la berza en invierno. Los pescados son seleccionados minuciosamente, y las carnes provienen de proveedores de confianza como Iruki.

Callos. A.Z.

Entre sus especialidades, se encuentran la ensalada de ventresca de bonito con pimientos asados y crema de cebolla, el bacalao brasa con su piperrada pochada melosa o al pil-pil con kokotxas, y el rabo guisado o sus callos.

Para postre...

Los postres no se quedan atrás, con opciones como el tiramisú, el hojaldre de manzana con crema inglesa, almendra garrapiñada y helado de manzana, o su famosa reinterpretación del «kinder bueno» (canelón relleno de mousse de praliné de avellana y crema crujiente de barquillo).

Tiramisú, una de sus especialidades. A.Z.

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Maider, con su amplio conocimiento en vinos, asesora a los clientes con un listado de caldos que abarca denominaciones de origen de todo el Estado y del extranjero.

Para los que deseen probar otras sugerencias, disponen diariamente de un menú de alto copete con mantelería y atención boutique por parte del equipo de sala.

29/09/2024