Hay gestos, determinados detalles que –por muy simples que parezcan– pueden ser fundamentales. Y aunque es cierto que todo lo que puede pasar pasa a cualquier hora del día y en infinidad de contextos, cuando una mujer viaja sola de madrugada en la villavesa nunca está de más que tenga la libertad y el derecho a solicitar una parada cerca de su casa. A sentirse segura y a poder contar con ese gesto amigo que, desde el jueves, ya puede solicitar en cualquier línea del servicio nocturno.
Las paradas a demanda, destinadas a mejorar la seguridad y accesibilidad de las mujeres que utilicen el servicio nocturno, se pusieron en marcha a modo de prueba piloto el pasado mes de marzo en la línea N10 (C/ Cortes de Navarra–Sarriguren), y se extienden ahora a todo el servicio nocturno. La iniciativa comenzó en Sarriguren por ser una de las tres líneas nocturnas con mayor demanda, por su potencial de uso debido a la tipología urbanística por donde transita y por el público objetivo al que va dirigida la prueba.
La utilizaron durante los 92 días en los que estuvo en marcha –hasta el pasado 7 de junio– un total de 37 viajeras, en 30 paradas. El máximo número de usuarias que solicitó el servicio en una misma parada fue de 4 personas, cifras que desde la Mancomunidad valoraron “positivamente”, ya que además durante la prueba piloto no se produjo ninguna incidencia y la iniciativa fue bien acogida tanto por las usuarias como por el personal de conducción”.
Porque es, sin duda, “un avance”, tal y como reconoce la conductora Clara Osés, “y un servicio muy necesario”. Ella participó en la experiencia piloto y asegura que fue “bastante bien, aunque Sarriguren es un barrio que morfológicamente está bien, cuenta con paradas repartidas y las mujeres suelen bajar en grupo. Solas, muy pocas. Pero en municipios como Zizur o Barañáin, o incluso para ir a Ripagaina, habrá líneas que tengan mas demanda porque las paradas están más distanciadas. Yo creo que se utilizará”, valora.
Su compañero Juan Manuel Romero, también conductor, asegura que “el servicio está muy bien, es bueno que se extienda a todas las líneas y va a ser muy útil siempre que se utilice de manera correcta”, señala. Reconoce, eso sí, que “hace falta más difusión, creo que el piloto se utilizó poco, pero por desconocimiento. Igual habría que anunciarlo en las marquesinas, o explicarlo de alguna manera para que las usuarias sepan que lo pueden pedir”, valora.
Para hacer uso del sistema de paradas a demanda la mujer o grupo de mujeres deben solicitar la parada intermedia cuando suban al autobús o, por lo menos, dos paradas antes del punto elegido, indicando al conductor o conductora el lugar exacto donde quieren bajar: deberán sentarse en las primeras filas, la parada deberá estar alejada al menos 50 metros de las que habitualmente se utilizan en el servicio TUC, y la persona que conduce elegirá dónde detiene el autobús, siguiendo los criterios de seguridad vial y ciudadana. No se autorizará subir a nadie al autobús en este punto y la salida del vehículo se realizará por la puerta delantera a excepción de las mujeres con movilidad reducida, que podrán utilizar la rampa.
Más líneas nocturnas
En la actualidad hay diez líneas nocturnas frente a las 25 diurnas aunque desde la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona hace tiempo que estudian la ampliación del servicio durante la noche. “Estaría bien que hubiera más acercamiento a sitios que, de noche, se quedan a desmano. Y eso los usuarios y usuarias sí que lo demandan: paradas que están sólo en la red diurna y que no vendría mal ampliar en la nocturna”, propone.
Y es que asume Osés que la necesidad de este tipo de iniciativas como las paradas a demanda “son una realidad, por desgracia, y son muy útiles. Hay sitios en los que entre parada y parada, aunque esté la zona iluminada, viene bien”, explica. “Ya podía haber existido algo así antes”, señala. Y asegura que, durante el servicio nocturno, no le ha tocado vivir ninguna situación concreta en la que se le haya faltado el respeto a una mujer, “en todo caso más a los conductores y conductoras, porque la gente cuando bebe pierde un poco los papeles. Pero durante mi servicio no he sido testigo de ninguna agresión sexista, aunque tampoco la habría consentido. Estamos también para ayudar, parar el autobús y llamar o lo que haga falta”, reconoce. “Si pasa algo, los usuarios y usuarias tienen que saber que pueden contar con nuestra ayuda, con la mía y la de todos mis compañeros y compañeras”.