Desde que allá por 2012 sacó una canción llamada Mr. Policeman, Leticia Sabater ha ido publicando una ristra de temas, ya sean canciones del verano o villancicos, que siguen siempre el mismo patrón: letra (por decir algo) picante, música que es un remix cutrecillo que suena a muchas canciones famosas y vídeos musicales indescriptibles con atuendos tan mínimos como (suponemos) el presupuesto. Pero ahí sigue, nadie le puede negar que es capaz de mantenerse en el candelabro, como diría Sofía Mazagatos.
Cazada en un control
Pues bien, en el vídeo de Mr. Policeman, en el que aparecía conduciendo un coche, una de las frases más elaboradas decía: “Señor policeman, odio el control de alcoholemia”. Y trece años después ha vuelto a ser noticia por el encuentro con un cuerpo policial. En este caso era la Guardia Civil y se trataba de un control rutinario efectuado este pasado sábado a primera hora de la tarde a la altura de Huesca, cuando la catalana, de 58 años, se dirigía a Tierrantona (La Fueva), donde iba a ser protagonista del carnaval.
Sin puntos ni coche
Al comprobar su documentación, los agentes vieron que a Sabater no le quedaba ningún punto en el carné, con lo que procedieron a inmovilizar su Mercedes. A mediodía no había alegría. La expresentadora de televisión se vio tirada y sin poder acudir al evento, con lo que procedió a llamar a la asociación que organizaba los carnavales, que le envió un taxi para que pudiera llegar a La Fueva. Eso sí, el contratiempo obligó a retrasar una hora su concierto, lo que no impidió que triunfara llenando las 1.500 plazas de la carpa habilitada en un pueblo de apenas 600 habitantes ubicado en la comarca del Sobrarbe.
Solución: un chófer
Hay que destacar que Leticia Sabater no montó ningún número en su encuentro con la Guardia Civil, sino que aseguró que no era consciente de haberse quedado sin puntos y asumió la situación con naturalidad, como explicó al día siguiente en un comunicado que publicó en sus redes sociales. “Yo no era conocedora de esta situación, ya que no me lo habían notificado hasta la fecha, y me dijeron muy amablemente que, a partir de ese momento, habiéndomelo ya comunicado ellos, ya no podía conducir hasta hacer el curso y el examen”, escribe.
Además, como la catalana no para de ofrecer bolos por pueblos y ciudades de casi todas las provincias, ha tenido que buscar una solución provisional que le permita acudir a sus compromisos. “He contratado un chófer privado y a final de este mes de marzo empiezo el curso de conducir con muchas ganas”, explica.