pamplona – La brecha que se le ha abierto a Osasuna en el eje de la defensa le obliga a Jagoba Arrasate a buscar alternativas inmediatas de cara al partido de mañana frente al Celta –quizás para el domingo en Granada el escenario pudiera ser distinto si se produce alguna alta– y el técnico tiró de lo que le ofrece la plantilla para mezclar jugadores y lograr la combinación buena.
En la sesión de entrenamiento de ayer, se vieron algunos de las posibilidades que maneja el entrenador, teniendo en cuenta que las probaturas, como siempre, solo tienen valor según la visión de los técnicos. Tampoco había más personal competente y habituado para desempeñarse en el centro de la zaga.
Arrasate trabajo con sus hombres diversas acciones de ataque y defensa y, en ellas, los repartos de papeles fueron los siguientes: Oier y Juan Cruz conformaron una pareja de centrales y Jonas Ramalho y Unai Dufur, la otra –derecha e izquierda fueron sus ubicaciones–. A los dos dúos les tocó esmerarse ante las acciones de superioridad en ataque con centros sobre las dos parejas atacadas por las duplas formadas por Chimy Ávila y Budimir, en uno de los casos, y Barbero y Kike García, en el otro. Indudablemente, la pareja formada por Oier y Juan Cruz tiene más visos de posibilidad que la de dos otros, jugadores inéditos en la Liga.
Las pruebas del entrenador no se quedaron ahí porque hubo más baile por parejas. Lucas Torró formó junto a Juan Cruz en otra fase de los ejercicios y Unai Dufur cambió de compañero para contar con Jaume Grau como central zurdo a su lado. En el caso de Torró, el poderío aéreo del habitual centrocampista no es asunto menor en esta situación excepcional, a pesar de que precisamente la delantera del Celta no destaca por su potencia física y sí más por su habilidad y movilidad.
Sea como sea, el técnico rojillo se va a ver obligado a montar una defensa inédita por las bajas –los tres centrales del primer escalafón están enfermos o lesionados, Unai, David García y Aridane–. En tiempos de revisión obligatoria por bajas de todo tipo, tampoco es descartable que Arrasate opte por amarrar la defensa con una línea de cinco hombres. A Oier le puede tocar la curiosidad de jugar en Balaídos de central, el destino futbolístico donde se fogueó en esa demarcación y triunfó.