Cada visita del Athletic al Camp Nou en lo que va de siglo es una tortura. Jugar ante el Barcelona en su campo nunca fue un plato de buen gusto para nadie, tampoco para los leones, pero desde la temporada 2000-01 el balance en liga para el conjunto rojiblanco es demoledor: una victoria y tres empates. Seis puntos de los 66 que se han puesto en juego. Palabras mayores. Pese a ello, la ilusión y las esperanzas de los futbolistas del Athletic son máximas para afrontar un reto mayúsculo. Un partido grande. Un clásico de los de verdad, el que mide a dos de los tres equipos, junto al Real Madrid, que siempre han jugado en Primera División. En la previa, los tópicos, aquellas frases hechas que dicen que las estadísticas están para romperse y demás cuestiones, quedan muy bonitas, pero es en el verde donde debe demostrarse que el Athletic está en condiciones de hincarle el diente a este Barcelona. Un equipo que se desquitó el jueves, con una goleada frente al Villarreal, de su derrota del domingo frente al Madrid y de un nuevo traspiés en Champions League.
Señalado Xavi Hernández por una parte de la afición culé, si bien cuenta con el respaldo absoluto de Joan Laporta, que ve en el técnico de Tarrasa al sucesor de Pep Guardiola, a quien le dio galones hace más de una década y acertó de pleno, la andadura del Barça en liga es casi inmaculada. Con Robert Lewandowski asumiendo el papel que hasta el verano de 2021 tuvo Leo Messi, el de ser el principal referente ofensivo del equipo, pero con algunas dudas en defensa, en parte debido a las diversas bajas que han sufrido en dicha zona, los culés no quieren perder la estela del Madrid, el único equipo que ha sido capaz de ganarles en liga.
Esta noche tendrán enfrente a un Athletic que ha sido excelente en las siete primeras jornadas, con la excepción de la derrota frente al Espanyol, pero que ha dejado algunas dudas en varios momentos de sus tres últimos partidos. Hasta el punto de que solo han podido sumar dos puntos de los últimos nueve en juego. Merecieron mejor fortuna ante Sevilla y Atlético de Madrid, pero las concesiones en defensa, algo que se repitió con mayor gravedad el martes ante el Getafe, les han impedido obtener un mayor bagaje. Con todo, los bilbainos son sextos en la tabla y están inmersos de lleno en la pelea por cumplir con el objetivo marcado al inicio de la temporada.
Todo hace indicar que habrá algunos cambios en el once inicial con respecto al que alineó Valverde el martes en Getafe. Variaciones que atenderían a contar con futbolistas que cuentan con la vitola de titulares. Así, Yeray sustituiría a Vivian en el eje de la zaga; Yuri, ya recuperado y con minutos frente al Getafe, a Lekue en el costado zurdo de la defensa; y Berenguer recuperaría su sitio en banda izquierda en detrimento de Ander Herrera, a quien el técnico ve aún falto de ritmo, lo que devolvería a Muniain al centro del campo. La principal duda residiría en ver quién ejerce de ancla en la zona ancha: Dani García o Vesga. Villalibre se quedó fuera de la convocatoria por primera vez y Capa, por segunda cita seguida.
EL MORBO
Sin duda alguna, la participación de Iñigo Martínez, que será titular, así como el regreso de Ernesto Valverde a la que fue su casa durante dos temporadas y media, aportan el morbo al partido. El central, pretendido por el Barcelona en verano, hasta el punto de que el conjunto azulgrana estaba dispuesto a abonar 15 millones de euros para hacerse con sus servicios, finaliza contrato con el Athletic el 30 de junio del próximo año y a día de hoy se desconoce cuál es su intención. Por lo pronto, la única certeza es que si no renueva, seguirá jugando, como así reconoció tiempo atrás el presidente Jon Uriarte, que hará todo lo posible para tratar de convencer al de Ondarroa y que este continúe su carrera en Bilbao.
En lo que respecta al técnico, vuelve a la que fue su casa, primero como jugador y después como entrenador. En el recuerdo, sus dos títulos de liga consecutivos, los últimos logrados por el conjunto azulgrana. Se viene partido grande en el Camp Nou.