Cientos de pasaitarras reclaman que sus reivindicaciones sean respetadas en la ejecución de las obras del Topo
A pesar de la lluvia, cientos de antxotarras de todas las edades salieron ayer a las 13.00 horas para manifestarse con el fin de que se abra un proceso participativo y vinculante sobre las obras de soterramiento de las vías del Topo, que están próximas de comenzar. Asimismo, han puesto en marcha una recogida de firmas que presentarán en el Ayuntamiento con sus principales reivindicaciones.
La primera de ellas es que el viaducto que pasa por mitad del distrito, pegado a las casas, desaparezca una vez que se haya construido el nuevo trazado, y no al menos un año después de que este sea una realidad y asociado a un proyecto y a una financiación independientes.
Otra de sus quejas es que durante los cinco años que dure la obra no podrán disfrutar de espacios libres como Gure Zumardia. Además, una amplia mayoría del vecindario está en contra de que se construya un edificio en la plaza Biteri que supla en parte la carencia de locales para llevar a cabo actividades socioculturales. El Ayuntamiento de Pasaia aprobó en Pleno, con el apoyo de todos los grupos excepto EH Bildu, levantar en el solar donde se ubicaba la tenencia de alcaldía un equipamiento cultural que acoja varias de las actividades que se desarrollan a día de hoy en la Azoka. Este edificio está condenado a desaparecer una vez que comiencen las obras.
Así, los vecinos apuestan por mantener Biteri libre de nuevas edificaciones y prefieren que se trabaje para ganar la nave de las antiguas oficinas de Luzuriaga, 3.500 metros cuadrados, para el pueblo. Este proyecto, sobre la mesa durante años, ha conocido un gran avance en las últimas semanas, después de que EH Bildu lograra en el Congreso una partida de seis millones de euros para poder comprar Luzuriaga al ICO (Instituto de Crédito Oficial), principal propietario del edificio.
No obstante, la alcaldesa de Pasaia, Izaskun Gómez, señaló que la revitalización de Luzuriaga no estará lista durante la ejecución de las obras, por ello, apuestan, sin abandonar la idea de recuperar Luzuriaga, por construir un edificio de menores dimensiones en Biteri.