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¿Pasta para perder peso? La mejor forma de cocinarla para que sea más saludable

Con una elección adecuada del tipo de pasta, una correcta cocción y acompañamientos sanos, se puede disfrutar de este delicioso alimento sin renunciar a los objetivos de salud y bienestar
¿Pasta para perder peso? La mejor forma de cocinarla para que sea más saludable / Pexels

La pasta es uno de los alimentos más populares en todo el mundo, y no es difícil entender por qué: es deliciosa, versátil y fácil de preparar. Sin embargo, muchas personas la asocian con el aumento de peso debido a su alto contenido en carbohidratos.

Lo cierto es que, si se consume de manera adecuada, la pasta puede ser parte de una dieta equilibrada e incluso ayudar en el proceso de pérdida de peso. En este artículo, exploraremos los beneficios de la pasta en la dieta, cuál es la opción más saludable y cómo cocinarla para aprovechar al máximo sus propiedades sin comprometer la figura.

Beneficios de la pasta en la dieta

Contrario a lo que se piensa, la pasta puede ofrecer diversos beneficios nutricionales cuando se incluye dentro de una dieta equilibrada. En primer lugar, es una fuente de carbohidratos complejos, que proporcionan energía de forma sostenida. Este tipo de carbohidratos se digieren más lentamente, lo que ayuda a mantener estables los niveles de azúcar en sangre y evitar picos de insulina. Esto es clave para evitar el hambre descontrolada y los antojos poco saludables, lo que a su vez facilita el control de peso.

Además, la pasta, especialmente la integral, es rica en fibra, un nutriente esencial para una buena digestión y para prolongar la sensación de saciedad. La fibra no solo mejora el tránsito intestinal, sino que también contribuye a una mejor regulación del apetito, lo que puede ser crucial en planes de adelgazamiento. Por otro lado, cuando se combina con proteínas magras, verduras y grasas saludables, la pasta se convierte en un plato completo y nutritivo, ideal para mantener una dieta variada.

Otro aspecto relevante es que la pasta tiene un índice glucémico moderado, especialmente si se cocina al dente. Esto significa que, consumida correctamente, no provoca picos de azúcar en sangre que puedan llevar a un aumento rápido de peso o afectar el metabolismo. De hecho, diversos estudios han demostrado que incluir pasta en una dieta de control de calorías no impide la pérdida de peso, siempre que se preste atención al tamaño de las porciones y a los acompañamientos.

Plato de pasta con tomate, queso y gambas Pixabay

¿Cuál es la pasta más saludable?

A la hora de elegir una pasta que favorezca la pérdida de peso, no todas las opciones son iguales. La pasta integral es, sin duda, una de las más saludables. Está elaborada con trigo entero y, por lo tanto, conserva todas las partes del grano: salvado, germen y endospermo. Esto le aporta un contenido más alto en fibra, vitaminas del grupo B y minerales como el hierro y el magnesio. Gracias a su mayor contenido en fibra, la pasta integral ayuda a sentir saciedad por más tiempo y mejora la digestión.

Otra opción interesante es la pasta de legumbres, elaborada con harina de garbanzos, lentejas o guisantes. Este tipo de pasta es más rica en proteínas vegetales y fibra que la pasta de trigo tradicional, lo que la convierte en una excelente elección para quienes buscan controlar su peso y aumentar la ingesta de proteínas. Además, es apta para personas con intolerancia al gluten.

Para quienes prefieren evitar los carbohidratos refinados, las pastas elaboradas con cereales como la espelta, el centeno o el trigo sarraceno también pueden ser opciones saludables. Estos cereales contienen más fibra y nutrientes que el trigo refinado, lo que los hace una mejor opción desde el punto de vista nutricional. Sin embargo, como siempre, lo más importante es consumir las porciones adecuadas y acompañar la pasta con ingredientes saludables.

Pasta integral Pexels

Cómo cocinar la pasta para que ayude a perder peso

La forma en que se cocina y se sirve la pasta puede marcar la diferencia entre un plato que favorezca el adelgazamiento o uno que promueva el aumento de peso. Uno de los aspectos clave es cocinar la pasta 'al dente', es decir, dejándola un poco firme en el centro. La pasta cocida de esta forma tiene un índice glucémico más bajo que la pasta muy cocida, lo que significa que eleva los niveles de glucosa en sangre de manera más lenta, ayudando a mantener estables los niveles de insulina y evitando el almacenamiento de grasa.

Otra técnica que puede hacer la pasta más saludable es dejarla enfriar después de cocinarla. Al enfriarse, los almidones de la pasta se transforman en almidón resistente, un tipo de fibra que el cuerpo no digiere fácilmente. Este almidón resistente no solo reduce la cantidad de calorías que el cuerpo absorbe, sino que también mejora la salud intestinal al actuar como un prebiótico. Incluso si se recalienta la pasta, el almidón resistente sigue presente, lo que la convierte en una excelente opción para incluir en ensaladas o platos fríos.

En cuanto a los acompañamientos, es fundamental evitar las salsas cremosas o con alto contenido de grasas saturadas, como las salsas a base de nata o queso. En su lugar, es mejor optar por salsas ligeras, como las de tomate natural, que son bajas en calorías y ricas en antioxidantes como el licopeno. También es recomendable añadir verduras frescas o cocidas, que aportan fibra, vitaminas y minerales sin añadir muchas calorías al plato. Combinar la pasta con proteínas magras, como pollo, pescado o tofu, también puede ayudar a equilibrar el plato y aumentar la sensación de saciedad.

Cocinar pasta Pixabay

Finalmente, el control de las porciones es esencial. Una porción de pasta debe ser aproximadamente del tamaño de un puño cerrado, lo que equivale a unos 80-100 gramos de pasta cocida. Acompañada de vegetales y proteínas, esta cantidad es suficiente para disfrutar de un plato equilibrado y saludable.

05/10/2024