El paciente ambulatorio Patxi Ciaurriz Barasoain ya ha realizado diez sesiones de las 20 previstas en el proyecto Profit. Se trata de “un programa multicomponente porque hacen sentadillas para calentar. Luego trabajan en las tres máquinas –pectoral, prensa de piernas y extensión de rodillas– y hay unas pautas de alimentación”, explica el investigador Fabricio Zambom.
Ciaurriz, natural de Pamplona pero vecino de Barañáin de 74 años, no lo dudó cuando le propusieron participar en este proyecto multicéntrico y multidisciplinar. “Querían hacer unas pruebas para gente que llevamos mucho tiempo con quimio, radio... y yo llevo cinco años”, comenta mientras prosigue con la tarea que le ha encomendado el fisioterapeuta Antón De la Casa Marín, investigador de Navarrabiomed, que le supervisa.
Patxi Ciaurriz señala que antes hacía ejercicios de fuerza, pero “a raíz de que me saliera el mal, me operaran y me quitaran el estómago, lo había dejado”. Ahora, tras retomar la actividad y en el ecuador de su entrenamiento, nota bastante mejoría “al andar. Tengo las vértebras todas escachurriadas y al andar, siempre iba más encorvado. Creo que he cogido más fuerza y voy más tieso, no mucho, pero algo más”, sostiene y añade, al respecto, que sube mejor los escalones altos y que “si tienes un tropezonico o cualquier cosa, te defiendes mucho mejor”.
Por su parte, el fisioterapeuta explica que “al principio y al final de la actividad les preguntamos cómo ha ido la sesión anterior, porque alguien puede pensar que no es seguro o lo que sea, pero estos ejercicios que estamos haciendo no generan ningún tipo de molestia”, asegura mientras asiente el paciente oncológico.
De hecho, refiere que “los pacientes en un 99,9% le trasladan que tienen mejoría subjetiva y luego objetiva, porque tenemos aquí los datos”. En este sentido, indica que “Patxi el primer día hizo una sola repetición en prensa de piernas de 102 kilos y el último día entrenó 70,3 muy fácil”, por lo que estimó “en un 30-40% la mejoría en fuerza de piernas a mitad del entrenamiento”. La mejora media es de un 20-30%, apunta Zambom, que sostiene que “el ejercicio es muy difícil que tenga un efecto adverso. Por suerte o por experiencia, nunca se ha lesionado un paciente. Los ejercicios que hacemos son muy seguros”.