Patxi López es uno de esos nombres que se esconden detrás de las cifras que, día a día, conocemos de la pandemia. Este donostiarra de 54 años ha estado ingresado 70 días, 50 de ellos en la UCI, y 40 en coma inducido. López, que es diabético y ha perdido 28 kilogramos en la UCI, habla en Onda Vasca de una experiencia "bastante fuerte y muy dura", y aunque ya se encuentra en casa, confiesa estar "agotado" pese a haber recibido el alta médica.
López comenzó a sentirse mal con "tos, fiebre, un poco de catarro, lo típico de una gripe normal, sin superar nunca los 38ºC". Le asustaba la dificultad para respirar. "Mi hija, que es auxiliar médico, me miraba la saturación de oxígeno, que es óptima entre los 95-100. A mí me daba 80", señala.
López detalla su cruda experiencia en el hospital. "No me acuerdo de nada desde que me metieron en la UCI, y cuando me desperté no sabía dónde estaba. Una experiencia que no le deseo a nadie… lo mal que lo pasa la familia viéndote sólo unos minutos a través del cristal. Mi mujer y mis hijos lo han pasado muy mal, ha sido muy duro cuando les llamaban los médicos contándoles mi pronóstico. No me conocían porque tenía el cuerpo hinchado de todos los medicamentos que me tuvieron que dar", dice.
Aunque recibió el alta el pasado 2 de agosto López apunta que sigue estando muy débil. "Te ves como un inútil, te lo tienen que hacer todo, te da un bajón... es una faena. Tengo que empezar rehabilitación para coger fuerzas, porque te quedas muy débil. No te puedes ni levantar de la cama, tienes que tener precaución porque te puedes caer en cualquier momento".
Por todo ello, el mensaje de este donostiarra es muy claro: "Tengo 54 años, he perdido 28 kilos en la UCI, que se dice fácil... lo único que puedo decir a quienes no quieran vacunarse es que si no quieren hacerlo por ellos lo hagan por su familia o amigos".