Patxi Salinas: “Me encanta estar sometido a la presión”

Patxi Salinas (Bilbao, 17 de noviembre de 1963) atiende a DEIA el día antes del fallecimiento, ayer martes, de su aita. No tiene pelos en la lengua. Es el técnico del Portugalete tras cerrar su etapa en Lezama porque ninguno de los tres candidatos a la presidencia del Athletic apostó el pasado junio por su continuidad pese a lograr la permanencia del Bilbao Athletic. Tiene puesto el foco en el derbi del domingo en Lasesarre ante el Barakaldo, líder del grupo IV de Tercera RFEF, pero no olvida su salida de la factoría rojiblanca: “Habiendo hecho los deberes en tres excepcionales temporadas me merecía seguir”.

El Portugalete encadena cuatro victorias consecutivas. Da la impresión de que es el Portu que se esperaba.

—La verdad es que sí. Estamos en una buena racha, el equipo está en un momento adecuado para afrontar lo que nos viene, aunque conscientes de que hay que ir poco a poco.

Su arranque fue decepcionante, al sumar solo un punto de nueve posibles. ¿Qué sucedió? ¿Entiende que afloraran los nervios en una afición que también es exigente?

—Cuando el equipo no arranca, lo notas. Cuando eres entrenador estás expuesto a las críticas, leo poco, de las redes sociales nada… y me quedaba con las buenas sensaciones, pero el equipo perdía y las dudas emergían. Era cuestión de ganar un partido y cuando lo hicimos en Durango vi que llegaba nuestro momento.

¿Cuál es el ADN de este Portu?

—Un equipo que tiene jugadores de talento, un equipo nuevo, que nos gusta dominar los encuentros, tener el balón, jugar al fútbol. Curiosamente, hemos sacado mejores resultados cuando hemos jugado directos. Es un equipo con gen competitivo.

¿Le gusta la presión?

—He vivido toda la vida con presión. Entrenar al Portu a nivel de presión me parece cero, he entrenado a equipos con mucha más presión. Me gusta, me encanta estar sometido a la presión y cuando ha sido así he sacado mejores resultados.

Hablando de presión, afrontan un derbi mayúsculo en Lasesarre, ya que la derrota les dejaría a nueve puntos del Barakaldo, líder, y en una liga tan corta de 30 jornadas.

—Las competiciones cortas para equipos como el nuestro son peores, con estas plantillas se quieren más partidos que menos. Llegamos en un buen momento ante un gran rival, que nos saca seis puntos, que está haciendo las cosas fácil. ¿Que va ser un partido fácil? No, pero tampoco para ellos.

¿Qué le preocupa del Barakaldo?

—Es un equipo muy sólido, tiene jugadores de mucho nivel, como Orozco o Huidobro, y cuando ha cogido una racha como la suya es por algo.

¿Es el Barakaldo el gran favorito al ascenso directo?

—Es el primero, pero todavía quedan 23 partidos, un mundo entero para decir si es el gran favorito.

Se reencontrará con Imanol de la Sota, al que reemplazó en el banquillo del Bilbao Athletic. ¿Cómo recuerda aquel momento?

—Llevaba dos años en el Basconia metiéndole en el play-off y haciendo las cosas bien, pero no me dieron el Bilbao Athletic en junio. En diciembre la situación era muy complicada, con solo 13 puntos y se necesitaba hacer una segunda vuelta de play-off. No me lo pensé. Tuve la suerte de tener a Joseba Núñez, que ahora está en el Barakaldo (es su director deportivo) y que fue fundamental. Entre los dos lo pudimos sacar adelante y la permanencia fue la consecución de algo por lo que nadie daba un duro.

¿Cómo era su relación con Imanol?

—Entramos juntos de la mano de Rafa Alkorta, llevábamos dos años en los que compartíamos entrenamientos y la relación era excepcional. Llegó el momento cumbre, de quién iba al Bilbao Athletic y el club decidió que fuera Imanol en vez de que fuera yo. No tuve más remedio que aceptarlo y felicitarle por ese grandísimo puesto que cogía. Me tocó cogerlo en diciembre e imagino que para él sería duro.

De ahí el morbo en los banquillos.

—Para mí, el morbo no existe, quizá para mucha gente, sí, Yo lo que quiero es ganar. Ver en el banquillo del Barakaldo a Imanol no me supone ningún morbo, me supone ver a un amigo, al igual que si fuera Aitor Larrazabal u Oskar Vales, que son amigos, cuando me he enfrentado a ellos como entrenador.

¿Hubo alguna conversación con la plancha entonces de Jon Uriarte por si apostaría por su continuidad en el Bilbao Athletic?

—Intenté ponerme en contacto con los tres candidatos para saber si confiaban en mí para el proyecto y ninguno de los tres movió ficha, solo silencio y esperar. Habiendo hecho los deberes en tres excepcionales temporadas me merecía seguir. Nadie me dijo nada y entendí que no interesaba, y salió la opción del Portu.

¿Se sintió, por tanto, víctima del proceso electoral?

—Me sentí mal. He arriesgado a nivel profesional cogiendo al Bilbao Athletic en diciembre, siendo el penúltimo y sabiendo que si descendía, iba a quedar marcado. Es un riesgo que asumía y una vez que lo has logrado, creía que había hecho méritos más que suficientes para que los candidatos me dijeran que estuviera tranquilo. Nadie me dijo nada al respecto y tampoco iba a molestar.

¿Llegó a pensar que pudiera restar más votos que sumar?

—Todo lo contrario. Me he sentido muy querido en Bilbao y cuando salvé al Bilbao Athletic la sensación fue incluso mayor que cuando ganamos las ligas. Iba por Bilbao y todo el mundo me decía: Hostias, chapeau por lo que han hecho. La ovación que me brindó la tribuna con las salvación fue inolvidable. Habría dado muchos más votos. Cuando fui a votar, mucha gente me decía que no había derecho a lo que me habían hecho.

¿Quizá le pudo penalizar que se le identificara como un hombre de Rafa Alkorta?

—Que soy amigo de Rafa Alkorta lo diré hasta que me muera, desde que tengo 18 años he compartido con él momentos increíbles. Rafa Alkorta apuesta por mí y me trae a Lezama, seguramente contra la oposición de algún directivo. Si me dicen: Patxi, para seguir en el Athletic tienes que decir que no eres amigo de Rafa Alkorta, nunca lo diría.

¿Ha cerrado la puerta de volver a Lezama?

—Vine en 2005 de la mano de Txema Noriega, marché por problemas familiares, volví y no tengo dudas de que un candidato en el futuro o el mismo presidente que está ahora puedan decir que Patxi lo ha hecho bien.