Rompiendo moldes Durante las dos últimas décadas, Gasol ha sido el mascarón de proa de una brillante generación que ha impulsado el baloncesto español hasta límites jamás conocidos. Fue uno de los júniors de oro que hizo historia conquistando el Mundial de la categoría en Lisboa'99 batiendo en la final a Estados Unidos, aunque no era una de las estrellas del equipo, pero su explosión no tardó en llegar. En el momento en el que su físico se puso a la altura de su talento, arrasó la ACB como un vendaval. Un interior de 2,16 metros con los fundamentos de un exterior. Una joya. Su temporada 2000-01 vestido de azulgrana fue colosal -títulos de liga y Copa y MVP de la final- y las puertas de la NBA se le abrieron de par en par. Sin haber cumplido 21 años fue elegido en el número tres del draft de 2001 por los Atlanta Hawks y traspasado de inmediato a los Memphis Grizzlies, donde arrancó una carrera fulgurante. En su temporada de estreno fue elegido novato del año y dejó una jugada para el recuerdo: un mate en la cara del ogro Kevin Garnett que le sirvió para ganarse el respeto del baloncesto estadounidense, tanto de compañeros como de rivales.
Su crecimiento individual en Memphis fue magnífico. Se proyectó como estrella de la NBA con sus primeras selecciones como All Star, pero en el plano colectivo fueron apareciendo las primeras frustraciones al no poder luchar por el anillo. Su gen competidor quería más y el cielo se abrió de par en par para él cuando el 1 de febrero de 2008 fue traspasado a Los Angeles Lakers en una operación en la que su hermano Marc recorrió el camino inverso. En la franquicia californiana, que planea retirar su camiseta con el número 16, se convirtió en el perfecto compinche de su "hermano mayor" Kobe Bryant -ayer martes se le quebró la voz un par de veces al recordar al fallecido exjugador- y juntos conquistaron los anillos de 2009 y 2010 ante Orlando y Boston. En 2014 recaló en Chicago y ofreció un gran rendimiento. En 2016 firmó por San Antonio cumpliendo un rol más secundario hasta su fichaje en 2019 por Milwaukee, donde solo jugó tres partidos por la lesión que le amargó durante sus últimos años como profesional.
Y pese a la exigencia de la NBA, su compromiso con la selección española se mantuvo invariable desde 2001. El oro mundial en Japón 2006 pese a que una lesión no le dejó jugar la final, los tres títulos continentales con actuaciones grandiosas como los 40 puntos anotados en semifinales contra Francia en 2015, sus tres podios olímpicos haciendo sudar la gota gorda a Estados Unidos en las finales de 2008 y 2012... Todo ha sido extraordinario en la carrera de Pau Gasol, un jugador de leyenda.