En un Bilbao industrializado desde hace décadas el sector de las fábricas se ha visto profundamente masculinizado. Sin embargo, con el paso de los años las mujeres han logrado subir poco a poco escalones en la industria y, a día de hoy, convertirse en una referencia para las generaciones más jóvenes. Un claro ejemplo de ello es la bilbaina Paula Caballero, ingeniera en Organización Industrial del Grupo Tubos Reunidos, quien anima “a esas niñas y mujeres a que hagan lo que quieran, que pregunten, busquen y sigan luchando”.
¿Por qué se decantó por estudiar Ingeniería?
Me encantaban las matemáticas y la física porque veía la aplicación práctica de la ciencia. Quería entender por qué se utilizaba. Y sí, tuve mis dudas entre elegir Ingeniería o Arquitectura, pero al final había un componente personal que me animaba mucho, mi aitite. Mis abuelos vinieron aquí para trabajar y él comenzó en los Altos Hornos. En mi casa no se hablaba de su trabajo. Ya te imaginas qué condiciones podría haber en aquellos momentos. Pero quizás eso me animó a querer descubrirlo por mí misma y a entender lo que se siente trabajando desde dentro.
Desde niña tenía curiosidad por saber cómo funciona una fábrica.
Recuerdo una vez que estaba con mis padres e íbamos de camino a Castro. Pasamos por Petronor y les preguntaba cómo los trabajadores iban de un lado a otro si la fábrica era gigante. ¡Hasta sugerí que iban en bicis! Ellos se reían y decían que, claramente, había curiosidades que quería resolver.
¿Tenía claro a qué rama de la Ingeniería quería encaminarse?
Es que es un mundo superamplio, no solamente hay producción, también hay otras especialidades que la complementan, como automática o electrónica. Después de haber estudiado algunas asignaturas relacionadas a esos sectores y otras como Administración de empresas, Organización de la producción y Sistemas de fabricación, no tuve dudas de que era lo mío.
¿Cómo percibió el sector cuando terminó la carrera?
“ Animo a esas niñas y mujeres a que hagan lo que quieran, que pregunten, busquen y sigan luchando ”
Te sientes un poco sola ante el peligro. Creo que nos pasa a todos. Al final pasamos muchos años estudiando y es momento de poner en práctica lo aprendido. En mi caso empecé de prácticas en el departamento de planificación de la producción. Luego estuve en el departamento de sistemas y posteriormente en el departamento técnico, el de ingeniería. Trabajé alrededor de diez años ahí. También pasé por el departamento comercial, cuando el director comercial se puso en contacto conmigo para crear un mini departamento para impulsar pedidos de proyecto.
¿Cómo definiría su puesto actual?
Soy responsable del proceso S&OP o Planificación de ventas y operaciones. Es sobre la gestión empresarial integral que impulsa el consenso de la organización para equilibrar la oferta y la demanda. Es como el pegamento entre los distintos departamentos y, además, actúa de timón en la organización. Ya que, a pesar de que cada uno de los departamentos haga bien su trabajo, si no miras al de al lado y no colaboras, no consigues sacar adelante los temas que interesan como compañía, nuestros objetivos.
¿Tuvo alguna referencia en su área de trabajo cuando era pequeña?
No. Ni de parte de mi familia ni de las madres de mis amigos. Falta poner en contacto la profesión con ese grupo de la población que tiene que seguir formándose y a la que le falta ese nexo. En esta industria hay dos mundos bastante separados, el de la oficina y el de la fábrica. El cambio se empieza a ver antes en el primero, pero en las fábricas es más complicado. Es un entorno muy masculinizado y la gente piensa que necesitas ser un hombre para trabajar ahí, pero no. La ingeniería ha cambiado por la digitalización. No hay que ser superfuerte para manejar una máquina. Lo único que necesitas para trabajar en una fábrica es estar especializada.