Un perfecto Peio humaniza a Altuna

Un canto en la contracancha: 100 a 30 a favor de Jokin Altuna. En el retrovisor: tres txapelas y seis finales junto a unos porcentajes de victorias en el Cuatro y Medio dignos de una estrella. Solo le han ganado cinco pelotaris: Olaizola II, Bengoetxea VI, Urrutikoetxea, Ezkurdia y su oponente de este domingo, Peio Etxeberria. El de Zenotz llegó con las semifinales entre ceja y ceja. La victoria era el billete. La tormenta perfecta. “Él ha estado perfecto y yo he hecho un desastre”, analizó el campeón. Las estadísticas no ganan partidos. El alma está en el juego: en un pelotazo que por un milímetro o besa la chapa o significa un tanto. El de Amezketa, incómodo, desubicado en el Atano III de Donostia, naufragó. El Titanic, lleno de boato, y el iceberg. Peio fue el kraken. Lo bordó. Aportó velocidad, remate y resistencia. Es semifinalista. Altuna III se la jugará la próxima semana ante Darío en una sede por definir. Este lunes se decide. 

En el inicio, el ariete de Peio Etxeberria fue la agresividad. Altuna III asomó incómodo. Falló demasiado. Esa fue la noticia en un manista de tamaño histórico. Hay días y días. No fue el suyo. El delantero de Zenotz, dotado de un olfato especial, imprimió ritmo. Suficiente. Victoria. Cabeza de serie del Cuatro y Medio. Mordisco a mordisco. A dentelladas. Machetazos en el frontón. La subida del telón fue de youtube: una apertura del navarro técnicamente perfecta. Enfrente: una bestia. Altuna III, con tres entorchados en las últimas seis finales, es un tótem. Un gigante nacido a apenas un puñado de kilómetros de Altzo. Su sombra es tan larga que no conoce fin. Peio lo sabe. Peio asumió su responsabilidad: TNT en las venas. Le humanizó. Peio se liberó. Serio de principio a fin. Al tercer pelotazo llegó el segundo cartón: un gran gancho. La brecha se amplió con una volea de Jokin a la chapa, un pelotazo por dentro de Etxeberria tras mover bien al rapidísimo Altuna y una volea al ancho. 

El monarca de la jaula desatascó el entuerto con un besagain. Jokin impuso velocidad al cuero para que Peio tuviera problemas en la defensa por la pared. En el siguiente tanto, la incertidumbre dio paso al mejor arte del amezketarra: mover a su contrincante. Aun así, a pesar del 2-5, la tendencia no cambió. Jokin ensayó un saque-remate que se le perdió por el camino. El 2-7 fue un tanto duro en el que Altuna III buscó las cosquillas al manista azul. El de Zenotz resistió las embestidas. Aliento largo.

Peio Etxeberria no cede

El primer yerro de Peio fue en defensa y el guipuzcoano volvió a exhibir dominio a la hora de buscar las líneas. Fue la única manera de sumar. Tras el 4-7, el navarro de Aspe emergió. Clavó un gancho. El 4-9 fue el cuarto error de Altuna III, un pelotazo con la derecha que se le fue al colchón. Respiró el campeón con fallo de Peio. Eso no achicó al de Zenotz. Enlazó un dos paredes y un saque. El 6-11 fue un gancho forzado de Jokin, espíritu de artista, después de estar sometido a la velocidad de Etxeberria. Era la única salida. Sin embargo, una falta de saque reventó su revuelta. No se enderezó.

Ahí se abrió la espita del encuentro. Arena entre los dedos. Peio amplió su renta. Kilómetros de por medio. Tierra quemada. Hambre lobuna. Tres tantos consecutivos llenos de glamour. El de Zenotz sacó músculo con un gancho largo, un remate por el txoko y un saque-remate. 6-15. 

Sin respuesta de Altuna, que se la jugará contra Darío

Altuna III buscó la revuelta con una contradejada, pero la incomodidad se cebó con él. A raíz del 7-17, no obstante, sacó su mejor cara. Peio dio muestras de estar justo de físico. Aprovechó un dos paredes errado del delantero azul y movió bien la pelota para secuestrar el aire de su adversario. Se acercó 11-17. La suerte sonrió al navarro con un pelotazo al pique y un saque: 11-19. Le sirvió para crecer.

A tres centímetros de meta, Altuna III maquilló un poco el resultado sin dar muestras de revolución. Le favorecieron un par de errores de Etxeberria y un saque. El de Zenotz culminó la campanada con una dejada en el ancho con la zurda. Pura delicia. Es semifinalista del Cuatro y Medio por segundo curso consecutivo.