El barrio pekinés de Chaoyang ha ordenado el cierre de establecimientos no esenciales como cines, museos, bares y teatros para prevenir la expansión del coronavirus, después de que crezca el temor en la capital china a un confinamiento a gran escala como el sufrido en Shanghái.
El distrito de Chaoyang, que alberga embajadas y sedes de compañías multinacionales, ha pedido la paralización de todos los servicios no esenciales hasta nuevo aviso, según un funcionario local, Yang Beibei. Además, las autoridades realizaban nuevos cribados masivos con test.
China lleva semanas atravesando el peor brote de COVID-19 desde que estalló la pandemia, si bien el presidente, Xi Jinping, ha dejado claro que no tiene previsto cambiar su política de tratar de reducir a cero los casos de coronavirus.
En virtud de esta política, la ciudad de Shanghái ha permanecido semanas confinada, lo que ha llevado a las autoridades locales a anunciar este sábado el aplazamiento a junio de los exámenes de acceso a universidades e institutos, según la agencia de noticias Bloomberg.
Están por ver aún los efectos económicos de este bloqueo, tanto a nivel local como internacional, ya que Shanghái es un punto clave en materia de fabricación y distribución. El 70 por ciento de las factorías ya han reanudado sus operaciones.