“Poder decir que he hecho mi mejor temporada con 32 años es la mejor de las señales. Porque sin duda 2022 ha sido mi mejor año, pero aun así creo que sigo progresando y que no he llegado a mi máximo nivel. Siento que puedo mejorarlo”, dijo Pello Bilbao (Gernika, 1999) cuando terminó la campaña pasada. El vizcaino había sido, de lejos, el ciclista vasco más fiable del curso. El mejor. Pero aun así quiere más. Porque sabe que puede conseguir más. Por eso, esta temporada la ha comenzado con hambre y ganas. Ha decidido encarar 2023 estrujando los límites de la aerodinámica y, a pesar de que tan solo llevamos dos meses en este año, el nombre de Pello Bilbao ya ha sido nombrado en varias ocasiones. Y es que el corredor del Bahrain-Victorius se llevó la tercera etapa del Tour Down Under (Australia), la primera cita del World Tour de la temporada; y logró subirse al podio de la general. Además, también terminó delante –fue cuarto en la general– en la Volta de Valencia. De hecho, en estos momentos, Bilbao ocupa el quinto lugar del ranking UCI, tan solo por detrás de Jonas Vingegaard, Remco Evenepoel, Wout Van Aert y Tadej Pogacar. Es decir, ahora, el gernikarra es el quinto mejor ciclista del mundo. Está en el Olimpo.
Por ello, todo parece indicar que Bilbao ha comenzado esta temporada tal y como terminó la anterior: como un tiro. Porque el corredor del Bahrain-Victorius cerró el curso con tres victorias de etapa: una en la Itzulia, en la que además fue quinto en la general; otra en el Tour de los Alpes, donde fue líder hasta la última jornada; y una más en el Tour de Alemania, donde terminó subiéndose al segundo escalón del podio. Una regularidad que le ha permitido meterse en el top-5 del ciclismo internacional y que le corona como el merecido ganador del premio DEIA al mejor ciclista de 2022.