Los seis vascos presentes buscan brillar en el Tour que el sábado dio comienzo en Florencia y así acompañar, a nivel internacional, al deslumbrante Nico Williams que acapara todos los flashes en la Eurocopa. Apenas dos etapas sin salir aún de suelo italiano han servido para comenzar a definir una clasificación general que ya tiene a Tadej Pogacar vestido de amarillo y a Pello Bilbao octavo.
El maratoniano tercer día de la ronda francesa, a disputarse hoy con 230 kilómetros entre Piacenza y Turín, invitan a que los grandes favoritos de den un respiro y cedan el protagonismo a los sprinters. Las dos primeras jornadas han resultado ciertamente exigentes, con la llegada a Rímini tras un permanente sube y baja que dejó el gran triunfo de Romain Bardet, y la escapada que ayer premiaba a los fugados con la gloria para Kévin Vauquelin, y no solo eso, también la primera selección de estas tres semanas.
El muro de San Luca provocó el primer envite entre el esloveno, quien, tras el Giro, quiere un doblete que no llega desde el consumado por el malogrado Marco Pantani en 1998, y Jonas Vingegaard. El danés ya evidencia que la brutal caída en Olaeta a primeros de abril forma parte solamente de sus cicatrices y que está dispuesto a llevarse su tercera carrera gala de una tacada. Se fueron juntos y el baile está servido sin esperar a mayores desafíos.
Si nada malo les ocurre a ambos en este mes de julio no sucumbiendo a esos caprichos de la carretera, ni a cualquier otro asunto relacionado con la salud, el mano a mano por demostrar quién es el mejor está servido y promete ser de los de época.
En un segundo plano, porque el primero solo está reservado para ellos por mucho que otros como Evenepoel y Roglic deseen, se encuentran quienes aspiran con firmeza a tener el honor de acompañarles en el pódium del día 21 en la Promenade des Anglais de Niza. Y ahí es donde surge la figura de Pello, que mostró su voraz apetito por dejarse solo un puñado de segundos, 21, ante la exhibición de los dos grandes.
En esa línea estuvo, junto a él, Mikel Landa. Lo que sucede es que el de Murgia está a otros menesteres, los de escudar a Remco. Para el de Forua la historia es bien distinta, comandando las filas del Bahrain, en el que alcanza ya su quinta temporada. Pello fue sexto el año pasado, por qué no, mejorarlo e incluso formar parte del cajón, lo que no quita para que en las etapas más duras pueda sobresalir y hasta alzar los brazos, como ya sucediera aquel 11 de julio de 2023 en Issoire tras ser el más rápido ante O´Connor y Zimmermann, agrandando así su prestigioso palmarés con aquellas dos victorias en el Giro.
El vizcaíno viene de ser precisamente sexto en la Itzulia, noveno tanto en la Amstel Gold Race como en la Lieja-Bastogne-Lieja, y 23º en la París-Niza. Óptima preparación la suya con vistas al gran reto de este año a sus 34. En ello también están, con otro punto de vista de la carrera, el resto de nuestra representación, descolgados de la general. Ion Izagirre, con 35, ya tiene entre ceja y ceja asestar el golpe definitivo en la línea de meta como ya hiciera, también en la última edición de la 'grande boucle', aquel final en Belleville-en-Beaujolais y otro éxito que sumar a su Cofidis, y aquel más añejo en Morzine de 2016. El de Ormaiztegi es viejo zorro, y sabe esperar su momento, como asimismo esperan Álex Aranburu, que el sábado se metió en el sprint y ve que cuenta con opciones, así que la de hoy puede ser una nueva y buena ocasión para el flamante campeón de España en ruta preparando el último esfuerzo de Gavíria. Otro que pelará por el triunfo parcial es su compañero en Movistar, Oier Lazkano. Lo de Jonathan Castroviejo ya está de antemano conseguido, cubriendo las espaldas de Egan Bernal y Carlos Rodríguez en Ineos.