El Baskonia visitará mañana a partir de las 20.30 horas a la Virtus Bolonia con un doble objetivo: dejar atrás el fiasco de la Copa del Rey y volver a ganar fuera de casa en Euroliga más de dos meses después del triunfo en cancha del Fenerbahce el pasado 16 de diciembre. El técnico Joan Peñarroya admitió en su comparecencia previa al encuentro que “el equipo estaba triste” en los días posteriores a la eliminación en cuartos de final contra el Joventut, pero que ya está “focalizado en todo lo que viene, que es mucho”. “Tenemos que ser conscientes de que, a pesar del mal momento que hemos vivido todos este fin de semana y que el lunes todavía teníamos muy reciente, queda todo y estamos muy bien posicionados en las dos competiciones más importantes como para no mirar el futuro con optimismo”, argumentó.
El preparador catalán aseguró que el equipo ha analizado lo sucedido en el duelo copero, especialmente en la segunda parte, en la que “la sensación de todos es que no se estuvo al nivel que requería el partido, y eso es lo que más tocado te deja”. “Es evidente que el equipo desde hace tiempo se está recolocando. Ha cambiado porque han cambiado jugadores y hemos tenido piezas importantes que tampoco han jugado en las últimas semanas”, argumentó.
Entre otras posibles explicaciones a lo sucedido en aquel duelo, Peñarroya opina que la falta de experiencia puede ser uno de los factores que jugó una mala pasada al equipo: “La experiencia era muy nueva para muchos de nuestros jugadores: todo el escenario, el formato, la competición... Esa sobreexcitación y esas ganas por hacerlo bien igual no las supimos gestionar cuando se nos torcieron un poco las cosas”.
También se puede deber a la fatiga, ya que “es una realidad que los cuatro equipos de Euroliga no hicieron una buena Copa y todo el mundo coincide en que esta es la liga regular más dura y salvaje que ha habido en Euroliga”, algo que además hay que compaginar con la ACB: “El tute que lleva este equipo no lo llevan otros”. En cualquier caso, la vida continúa para el Baskonia, ya que la derrota “no cambia la temporada que está haciendo este equipo ni las aspiraciones de cara al futuro”, según el entrenador.
Hoja de ruta
Pese al duro golpe del pasado viernes, Peñarroya opina que no es necesario introducir grandes cambios ahora. "No estoy a la búsqueda de encontrar una solución ahora porque estamos muy mal, porque no es así. Hay que intentar evolucionar y adaptarse a lo que tiene uno en cada momento, pero nuestra esencia tiene que seguir siendo básicamente la misma, la que nos ha llevado a estar donde estamos", afirmó. Lo que sí que será necesario es "recolocar piezas y roles porque el equipo ha cambiado en el último mes".
Según el técnico, "ahora viene el momento seguramente más difícil de la temporada", empezando por la visita a la Virtus, que "duplica o triplica" al Baskonia en presupuesto. "Será un partido abierto y duro. Competimos fuera de casa ante un rival que se juega mucho y que tiene un entrenador y jugadores con mucha jerarquía en Europa". Y es que la Virtus, además de un entrenador de sobra conocido en Vitoria y en el baloncesto europeo como Sergio Scariolo, cuenta con piezas de primerísimo nivel y mucha experiencia como el exbaskonista Shengelia, Teodosic, Belinelli, Lundberg, Hackett o Mickey.
Eso sí, no esconde que un triunfo en el Virtus Segafredo Arena sería importantísimo para el cuadro gasteiztarra, sobre todo "porque se dejaría a un rival superdirecto a una distancia considerable" y también "daría un plus de confianza al equipo antes de una semana relativamente larga", previa a comenzar ante el Valencia Basket una maratón de once partidos en un mes.