Pequeños gestos que supondrán un gran ahorro en tu factura del agua

Con la vuelta a la rutina y el fin de las vacaciones pasamos más horas en casa, lavamos la ropa de la práctica totalidad de la maleta y ponemos a punto la limpieza del hogar, lo que implica un incremento notable en los litros de agua que se consumen a diario y queda reflejado, irremediablemente, en una subida de la factura del agua.

Hacer un uso racional del agua, y más en tiempo de sequía, es un gesto fundamental para la economía del hogar, pero lo es también para la salud del planeta. Hoy en día, que utilizamos agua para prácticamente todo: cocinamos y limpiamos con ella, la consumimos, calentamos los radiadores, nos aseamos e incluso en forma de ocio en algunos centros de deporte y bienestar, debemos ser conscientes de que es un recurso preciado y limitado y como tal debemos tratarlo.

¿Significa esto que debo renunciar a lavarme la cara por las mañanas? ¿Debo reducir el número de veces que me limpio los dientes? ¿Acaso comer dos o tres veces en el mismo plato? Para nada, si queremos ahorrar agua, y en consecuencia, también en la factura de la luz, podemos lograrlo con gestos tan pequeños como cerrar el grifo mientras nos lavamos los dientes o mientras nos enjabonamos.

Existen diversas técnicas para ahorrar en la factura del agua. Pexels

Pequeños gestos

1. Espera a que la ropa este realmente sucia para lavarla. No se trata de no lavar la ropa, sino de darle más uso antes de echarla al cesto de la ropa sucia. Si no hemos sudado mucho y podemos aguantar dos o tres veces las prendas de ropa haremos menos lavadoras y por tanto ahorraremos agua.

2. Lavar a máquina, mejor que a mano. Lavar los platos a mano es menos eficiente que usar un lavavajillas: un estudio del Canal Isabel II de Madrid revela que utilizando este electrodoméstico se logra un ahorro de 30 litros de agua diarios frente al lavado a mano, siempre que este aparato se use lleno y no medio vacío. Los modelos más avanzados apenas consumen 6 litros de agua en el programa eco, mucho menos de lo que se necesita para llenar el fregadero.

3. Instala reductores de caudal. Con una cabezal normal, se gastan 100 litros de agua en cinco minutos de ducha, mientras que con un cabezal con reductor de caudal se gasta hasta un 40% menos. Además, al gastar menos agua se requiere menos energía para calentarla, con lo que el ahorro es doble. Existen modelos eficientes que a pesar de limitar el caudal de agua mantienen la misma presión, consiguiendo así un ahorro notable.

4. Ducha mejor que baño. A la hora de el aseo personal, conviene utilizar una ducha y olvidarse de la bañera, ya que llenarla equivale a un gasto medio de más de 350 litros de agua. Asimismo, mientras nos enjabonamos en la ducha es importante cerrar el grifo, y volverlo a abrir cuando nos queramos aclarar.

5. Limita la capacidad de la cisterna. Si tienes que cambiar el váter, es importante hacerlo por uno con pulsor de doble descarga en la cisterna, con un botón para aguas menores y otro potente para aguas mayores. Ahorraremos entre un 70% y un 40% de agua. Si no contemplamos esta opción, podemos introducir botellas de plástico de un litro, cerradas y llenas dentro de la cisterna. De este modo reduciremos su capacidad de gasto.

6. No descongeles alimentos con agua caliente. La mejor manera de descongelar alimentos es dejarlos en la nevera, donde además contribuimos a generar frío. El uso de agua para descongelar es un desperdicio, pero si lo hacemos, usemos un cazo y empleemos luego ese agua para cocinar o regar.

7. Grifería monomando. Los grifos monomando suponen un ahorro, al facilitar una mejor regulación de la temperatura del agua; de este modo se impiden las pérdidas que se producen en los sistemas de dos mandos hasta conseguir la temperatura deseada.