EL mestizaje vuelve a dar frutos. Lo demuestra Peugeot con el nuevo 408. Esta última creación sintetiza cualidades y fisonomías de varios estilos para impulsar una vía de diseño hoy incipiente, pero con mucho recorrido. El hermano mayor del 308 -crece hasta ocupar 4,69 metros de largo- cultiva un estilo peculiar, que armoniza alma de turismo, rasgos de crossover y silueta con pretensiones de cupé. De ese cóctel nace un coche diferente, bastante original y elegante, resultón antes que práctico. La firma del león lo oferta ya con motorizaciones heredadas: gasolina 1.2 Pure Tech (130 CV) y Plug-in Hybrid (180 y 225 CV); descarta motores diésel y anuncia una variante 100% eléctrica para bien entrado 2023. El Peugeot 408, que pisará la calle antes de que acabe el año, abre su tarifa en 33.350 euros, precio promocional de la versión de acceso, con mecánica de gasolina y acabado Allure.
La firma francesa, alma máter del grupo Stellantis, lleva tiempo marcando el paso del diseño a las demás del consorcio. Afianza ahora su posición profundizando en un estilo que ya había comenzado a explorar Citroën con el C4 y un poco con el C5X; es el mismo que profesa Renault con el Arkana. Consiste en alcanzar una razonable simbiosis entre el diseño propio de un turismo de cinco puertas, ese que los entendidos denominan fastback, una silueta cupé con connotaciones deportivas y cierta impronta SUV. Por más que la mezcla suene explosiva, el resultado es sorprendentemente bueno. El 408 entra por los ojos, incluso por los de quienes hasta este momento no consideraban la opción crossover en su próxima compra.
Su envase es más corpulento de lo que la estampa sugiere. Tiene una longitud de 4,69 metros, 2,69 de los cuales corresponden a la batalla; mide 1,86 de ancho y 1,48 de alto. Habilita cinco plazas, las delanteras mucho más confortables y acogedoras que las traseras, sobre todo para quien acuse el declive del parabrisas posterior por superar la talla media. El 408 ostenta un maletero de 536 litros en la versión térmica, que se queda en 471 en las híbridas enchufables.
Su ambientación interior replica la del 308, con el que comparte el i-Cockpit. Este vanguardista puesto de mandos digitalizado, provisto de dos grandes pantallas, puede gustar o no, pero presenta un nivel de desarrollo tecnológico sin rival entre los modelos de clase media. Peugeot refuerza esa apuesta con unas completas dotaciones de asistencia al manejo.
Avanza hacia la conducción semiautónoma con el pack Drive Assist 2.0, disponible en breve, que incorpora regulador de velocidad adaptativo con Stop&Go, además de ayuda al mantenimiento de carril. Agrega dos nuevas funciones adecuadas para vías rápidas de doble carril. Una es el cambio de carril semiautomático, que propone adelantar al vehículo precedente y retornar al carril (desde 70 km/h, hasta 180 km/h). La otra es la anticipación de la recomendación de velocidad, que sugiere adaptar la propia (acelerando o reduciendo) en función de las señales de limitación. El 408 ha permitido a Peugeot replantearse su propio canon de hospitalidad a bordo, mejorada con nuevos recursos de bienestar, materiales de superior entidad y una puesta en escena que puede ser tan esmerada como en un costoso producto premium.
Como es lógico, esas propuestas más cuidadas y ambiciosas acusan el plus de empaque y equipamiento en su tarifa. No obstante, esta arranca desde 33.350 euros, una vez aplicados los descuentos del fabricante. Es el importe que reclama la versión 1.2 THP 130 CV con terminación Allure; sube a 34.999 con la Allure Pack, y a 37.800 con la GT. Un 408 con motorización híbrida enchufable 1.6 HEV 180 CV cuesta entre 41.350 y 45.400 euros. Si monta la variante superior 1.6 PHEV 225 CV, reclama 44.100 con terminación intermedia y 46.900 con la más completa.