Volvemos a salir ligeramente de los límites que marca el País Vasco para ascender a una cima muy poco conocida pero que se encuentra pegada al Pico Humión, mucho más reconocible y frecuentada. Hacemos la clásica subida desde la burgalesa población de Orbañanos
DATOS PRINCIPALES
· Kilómetros: 8,61 km
· Desnivel positivo: 722+
· Duración: corriendo 1:30h / Caminar - correr: 2:00h / Senderismo 2:35h
LLEGADA AL PUNTO DE PARTIDA
· Desde Bilbao, saliendo por la parte este de la ciudad cogemos la AP-68 hasta la salida 6 donde tomamos la A-2622 hasta casi llegar a Espejo. Allí tomamos la A-2625 y tras pasar por el puente del rio Omecillo cogemos la A-2611, la carretera del embalse de Sobrón. Tras salir del cañón cruzamos e Ebro por el puente y en pocos kilómetros llegamos a Orbañanos.
· Desde Vitoria, cogemos la salida por la parte Sur y por la N-1 primero, por la AP-1 después vamos dirección Madrid hasta la salida 74. Aquí cogemos la A-2122 y tras pasar Puentelarrá llegamos al puente del Omecillo. Seguimos las indicaciones anteriores.
· Desde Donostia salimos por la parte oeste para acceder a la AP-8 sentido Bilbao. En la salida 96 la abandonamos para coger la AP-1 la cual seguiremos hasta casi Vitoria. Aquí enlazamos con la N-1 y seguimos lo anteriormente indicado.
· Desde Pamplona, por la A-15 y la A-10 llegamos a Alsasua donde cogemos la N-1 sentido Madrid. Una vez cogida la AP-1 en Armiñón salimos en la salida 74 y continuamos lo indicado en el segundo punto.
DESCRIPCIÓN
Situada en el corazón del valle de Tobalina, prácticamente pegada al embalse de Sobrón, se encuentra la pequeña población burgalesa de Orbañanos. Este valle perteneciente a las merindades de la provincia de Burgos está pegado a Álava, no en vano hace frontera con ella. Tiene su importancia histórica, además de ser un deleite de paisajes y pequeños núcleos urbanos llenos de encanto, ya que entre los Montes Obarenes y de La Peña y las sierras de Árcena y La Tesla tuvo lugar el origen del término Castilla, la Castella Vetula de las primeras crónicas medievales.
Una vez atravesado Orbañanos, al final, donde termina el asfalto aparece un aparcamiento remodelado y bien cuidado que cuenta con una fuente. Se nota que de aquí parten varias rutas, todas ellas muy bien marcadas, y la mayor parte de ellas recorren el linde que separa las dos provincias. Justo delante nuestra aparece majestuoso el pico Humión. Se trata del pico más alto del parque natural de los montes Obarenes – San Zadornil. Esta vez no lo subiremos por la densa niebla que corona su cima y en su lugar accederemos a Flor justo a su izquierda.
Transitamos por el camino que tenemos justo delante y que no es otro que un PR (sendero de pequeño recorrido) bien marcado con señales blancas y amarillas. Al principio es muy cómodo ya que la pista es ancha. Poco durará esa comodidad, y tras un pequeño depósito de aguas, la pista se transforma en senda justo a nuestra izquierda. La senda previamente nos dejara en el portillo de Jarrillas. Por delante tres duros kilómetros nos aguardan.
CONSEJOS PARA REALIZAR ESTA RUTA
Hidratación: Tenemos dos puntos de abastecimiento de agua, uno de ellos justo en el lugar donde dejamos el coche y otro a medio camino de subida y bajada, con lo que estamos bien cubiertos.
Calzado: necesitaremos un calzado con buen agarre dado lo pronunciado de la pendiente en ambos sentidos, valorar que sea impermeable por ser zona de bastante humedad.
Dificultad: ruta sencilla de orientación, pero moderada en cuando al desnivel, en cuatro kilómetros subimos más de 600 metros.
La ascensión no tiene descanso alguno, si bien es cierto que hay tramos más tendidos, no vamos a parar de subir hasta llegar al portillo. El entorno por lo menos nos da una alegría, ya que el sendero es precioso y cambiante. Al principio, hasta llegar a las inmediaciones de Peña Aguda, vamos al abrigo de un bosque muy denso de tejos, pinos y hayas. La hojarasca en el suelo, propia de estas fechas invernales amortigua nuestros pasos en este tramo.
Pasamos una puerta metálica y después de unas revoladas llegamos a territorio despejado. Ahí podemos apreciar, o no, depende de la niebla, el Humión con su parte alta redondeada. Es aquí, a media subida donde se encuentra la fuente de la Asnilla. Hay que desviarse de la senda principal pero tan solo 200 metros, nada grave. De vuelta al camino seguimos, como viene siendo tónica habitual desde el inicio, subiendo.
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Después de pasar otro pequeño bosquecillo, al salir de nuevo a terreno abierto llega el tramo incomodo, ya que a la pendiente se le suma la piedra, sobre todo un primer tramo con bastante roca y ligeramente inclinada. Aquí habrá que tener cuidado en días húmedos ya que tiende a resbalar bastante.
Dos cimas
El tramo final con la vista puesta ya en el filo de la sierra nos lleva a un poste que separa los caminos. A la derecha la senda que lleva al Humión, la cual dejamos de lado viendo la niebla y los copos de nieve que nos están cayendo. Cualquier día despejado es una buenísima opción para llegar hasta la cima, ya que las vistas son impresionantes. Además, allí también se puede ver una réplica en tamaño pequeño de la cruz del Gorbea. Delante el camino que lleva hasta Cubilla de la Sierra, la población más alta de este parque natural, y a la izquierda aparece marcado con Cairns el difuso sendero que, eso sí, sin perdida alguna, nos lleva entre el Boj hasta la cima del pico Flor.
El pico Flor (1.338 m) forma junto con el Humión (1.434 m) parte del cordal denominado La risca de Humión. Dicho cinturón montañoso prolongado hacia el este, hasta Encio pasando por Mancubo y su collado, domina desde las alturas el valle de Tobalina. La calzada napoleónica ascendía desde Encio pasando por los Obarenes y por Cubilla antes de descender a la histórica ciudad de Frías.
Descendemos, y tenemos dos opciones, una de ellas es seguir el cordal, sin perdida alguna con marcas verdes y blancas hasta el portillo del Mancubo, al cual podemos subir en 15 minutos si queremos alargar un poco más la salida, y ahí tomar la senda marcada con señales moradas que nos lleva por un precioso cañón hasta Orbañanos. La segunda es la que tomamos, debido a las condiciones climatológicas cada vez peores. Baja por el mismo trayecto de subida para acortar un poco la salida. El temporal azotaba fuerte y estábamos muy expuestos. El camino de vuelta no tiene pérdida, ya que se trata de desandar nuestros pasos.
Es muy importante esta toma de decisiones en la montaña, ya que siempre habrá otro día que podamos alargar la ruta y subir al Humión, a Mancubo e incluso descubrir el bonito hayedo que hay en la bajada hasta Cubilla. El monte no se va a amover de sitio y así evitamos tener algún susto que luego podamos lamentar.
La bajada se hace rápida, pero habrá que ir con cuidado ya que si era duro el desnivel al ascender también se torna dificultoso y sobre todo largo para nuestras piernas este descenso. Según bajamos podemos aprovechar para tener otra visión del valle de Tobalina, del río Ebro y de la sierra de Árcena. Concluimos esta corta pero exigente ruta por territorio burgalés, no sin antes prometer que se volverá a venir. Se han quedado Cubilla, Mancubo y sobre todo la mole del Humión pendientes.
PLANES ALTERNATIVOS
A continuación, dejamos dos planes recomendados para completar nuestra jornada de monte:
· Conocer el valle de Tobalina: El entorno natural nos oferta como visitantes la posibilidad de disfrutar de esbeltos saltos de agua como el de Pedrosa de Tobalina, la Orden o el desfiladero del Purón y varias alternativas para disfrutar del tiempo libre: senderismo (GR-99), bici de montaña e incluso viajes en globo. Un extenso patrimonio artístico se dispersa por sus 34 poblaciones. Destacan el núcleo medieval de Herrán, el conjunto arquitectónico de Montejo de San Miguel, el monasterio de San Martín de Don, la iglesia románica de La Orden, las torres de Quintana Martín Galíndez y Lomana (declaradas de Bien de Interés Cultural) y las numerosas casonas. Recientemente se han puesto en valor los restos de varios centros eremíticos y necrópolis altomedievales como la Peña de San Clemente de Quintana María, la Cueva de los Moros en Montejo de Cebas o la Peña del Mazo de Pajares.
· Visitar la medieval Frías: considerada la ciudad más pequeña de España es algo de lo que están muy orgullosos Un título concedido por el Rey Juan II en el año 1435 y que todavía se conserva. De entrada, no podemos perdernos el puente medieval que cuenta con 9 arcos y una torre defensiva. Todo ello a la orilla del Ebro, provoca una estampa fascinante. Las casas colgadas, la iglesia de San Vicente de origen románico y como no el castillo de Frías, construido en la parte alta del roquedal. Imprescindible subir a la torre del homenaje desde las vistas son alucinantes. No hay que dejar de callejear por la ciudad, así como disfrutar de la variedad oferta gastronómica que ofrece.