Vida y estilo

“Pienso que el amor es un motor de vida absoluto”

Disfruta haciendo televisión y goza al máximo cuando se sube al escenario para interpretar una obra de teatro. Desde muy niño tuvo las ideas claras y enfocó su vida laboral desde el punto de la interpretación y la comunicación. también era consciente de q
Carlos Sobera reparte todas las noches mucho amor en ‘First dates’.

Se ha convertido en uno de los rostros más populares del grupo Mediaset. Navega con precisión entre Cuatro y Telecinco, el grupo confía en él plenamente, y en breve presentará un nuevo reality junto a Lara Álvarez, Pesadilla en el paraíso. Recientemente ha estado en la última edición de Supervivientes y continúa al frente de First dates, el programa que le llevó a la televisión que lidera Vasile. Al margen de la pequeña pantalla, no deja de lado el teatro y este verano recorre los escenarios con Miles Gloriosus, estrenada en Mérida en el mes de julio y con la que se presentará próximamente en los teatros vascos.

PERSONAL

Edad: 62 años.

Lugar de nacimiento: Barakaldo (Bizkaia).

Trayectoria: Es licenciado en Derecho y fue profesor de la UPV en la facultad de Ciencias de la Información durante diez años. En el 95 registró en su currículum dos programas de ETB-2 Ciudadanos y Arde la tarde. Años más tarde se convertiría en el rey de los concursos con Date el bote. Después llegaron más espacios: PC adictos, ¿Quiere ser millonario?, The wall, Little big show, Volver a verte, Hay trato, El supershow, Números locos, ¿Quién quiere ser millonario?, El show de los récords, Atrapa un millón, El tercero en discordia o Cien X Cien. Ahora presenta First dates. Está en Supervivientes y a punto de estrenar Pesadilla en el paraíso. En teatro está de gira con la obra Miles Gloriusus.

Lleva usted un año de lo más ajetreado...

Yo diría que un año espectacular, maravilloso. Acabé la gira de Asesinos todos con muy buenos resultados y seguido estrené Miles Gloriosus en Mérida. Por otro lado, la temporada de First dates ha sido excepcional, hemos repartido amor a diestro y siniestro, y además he estado de nuevo en Supervivientes y he hecho dos ediciones de La casa de los secretos. 

Vamos, que se ha venido arriba.

El que me conoce sabe que lo que me gusta es trabajar y que hay años en los que las rachas son más intensas. Pero no soy de los que se vienen arriba, no. Hay que equilibrar tiempos buenos y tiempos más regulares. 

Y todavía le queda por estrenar Pesadilla en el paraíso.

Exacto, un nuevo programa que también va a ser muy intenso. Además, comenzaré una nueva temporada de First dates y continuaré la gira con Miles Gloriosus

¿Vacaciones?

He estado unos días en Marbella, pero en cuanto encuentre un hueco me iré con mi mujer y mis hijas a una playa de vacaciones. Las necesito.

Combina muy bien formatos muy diferentes, tanto en teatro como en televisión...

Me gusta hacer un poquito de todo. Para un profesional es tremendamente divertido, además de una fuente de aprendizaje excelente.

¿No le importa abandonar la zona de confort?

Me gusta estar fuera de ella, porque eso me llena de adrenalina y me mantiene atento. Hay que mirar en todas las direcciones. A veces te gusta estar sentado en el sofá de siempre, pero hay que variar de posición.

¿Qué queda de aquel profesor de Derecho que daba clases en la universidad de Leioa (Bizkaia) en Periodismo?

Todo. Aquel profesor que daba clase en Periodismo, cada vez que empezaba la hora lectiva era como si estuviera en una función. En aquellas clases funcionábamos todos, porque yo las hacía muy participativas. La facultad fue una gran escuela para mí, una escuela que me enfrentaba al público todos los días. Me servía para conocer a las personas, para empatizar, para saber qué mecanismos influyen cuando quieres atrapar la atención.

Sin embargo, pudo su pasión por la interpretación más que por la abogacía.

Los actores no siempre somos abogados, pero los abogados sí que son actores, y es verdad que me gusta actuar sin la necesidad de ponerme una toga.

¿Nunca se arrepintió por haber cambiado de profesión, aunque solo sea por un minuto?

Jamás, ni por un minuto. Siempre tuve claro lo que quería ser, desde pequeño.

Sobera es todo un referente del grupo Mediaset.

¿Y por qué no estudió alguna carrera más cercana a la interpretación?

Siempre tuve claro que estudiaría Derecho. Es una carrera apasionante y creí que me podía ayudar en mi día a día, como así fue. Y luego me dediqué a la docencia porque tiene mucho que ver con la comunicación, el campo que me interesaba.

Sin embargo, parece como que ser abogado es más prestigioso que ser actor. ¿No le parece?

No sé qué decir. Cada vez hay más abogados en el trullo, y también hay más políticos en ese mismo sitio. Actores pocos, ¿no? así que no sé qué decirte sobre lo del prestigio. pero hay que empezar a reconsiderar las calificaciones. Pienso que, en general, al menos en España, la profesión de actor es muy querida y respetada. Lo noto en la calle, cuando la gente se me acerca con mucho cariño y simpatía.

Muchas veces hablamos de telebasura...

Demasiadas. Es un término que se acuñó hace muchos años y podía tener algo de veracidad, pero con el paso del tiempo llamamos telebasura a todo aquello que no nos gusta, que tiene que ver con el mundo del corazón, y es un error. Mi resumen es que la tele tiene muchas buenas horas de información, de entretenimiento. Hay que empezar a valorarla y a ponerla en su sitio. Aporta cosas buenas a la sociedad, y prueba de ello es que hay muchos millones de personas que la ven.

¿Es una falta de respeto utilizar ese término?

Pienso que sí. El mundo de la televisión, cuando se dedica a ningunear, vilipendiar o injuriar, puede ser considerado basura, pero cuando no es así, por muy poco que nos gusten los formatos, no es telebasura. Además, si uno quiere ser coherente hasta la última de las instancias, tiene que preguntarse qué pasa en el mundo de la información, que no de la interpretación, cuando se nos dan visiones sesgadas de la vida o interpretaciones políticas de la realidad. ¿Eso no es telebasura?

Podría considerarse como tal.

Quizá ahí está el quid de la cuestión, y por eso tenemos que ser críticos, muy críticos, pero siempre respetuosos. Hay mucha gente que ve programas que a otros no les gustan, pero eso no los convierten en telebasura.

En televisión es usted un crece entre la Celestina y Cupido, siempre en torno al amor y las relaciones sentimentales. ¿Le mueve mucho el amor?

El amor mueve muchísimo, a mí y a la mayoría de las personas. Llevo más de seis años con el formato de First dates. El otro día le leí a Arsuaga que la primera necesidad del ser humano es el amor, no la alimentación. La esencia del humano es que está destinado a perpetuarse, y por lo tanto a procrear, por eso es tan importante la compañía y el amor, buscar pareja, amarla... Soy de los que piensan que el amor es un motor de vida absoluto.

¿Y el sexo?

También. Es una variante del amor. Pero el amor puro, el amor real, el amor entregado, es un motor vivo. Ha permanecido entre nosotros a lo largo de toda la humanidad. 

Si tuviera que hablar de algún programa suyo de una forma especial...

Creo que he hecho algunos programas que eran espectaculares por los resultados, por su impacto en el público, por su trascendencia: Date el bote, Atrapa un millón, ¿Quién quiere se millonario?, Supervivientes, First dates...

Dicen que usted es una apuesta segura en televisión.

Eso es como los que piensan que comprando acciones de Telefónica se van a hacer ricos, y luego el tiempo demuestra que no. Lo que dices es lo mismo. Los profesionales de la tele, lo único que podemos garantizar es que vamos a trabajar en serio. El éxito o el fracaso de un programa depende de miles de factores y tú no los controlas. Solo controlas trabajo y entrega, lo demás no está en tus manos. Cuando inicio un formato es cierto que la gente me da su confianza y prueba ese formato conmigo, pero luego libremente toma sus decisiones, y si tiene que dejar de ver el programa, lo hace.

11/09/2022