Los directos en televisión tienen su peligro, y más en un momento tan intenso como los instantes previos y posteriores a las campanadas de fin de año. Aunque lleve ocho años presentándolas y tenga tanta experiencia en la tele, Cristina Pedroche también vivió en Nochevieja un momento de esos de tierra trágame.
La vallecana es consciente de que casi todos los focos esa noche están puestos sobre ella, la artífice de que Antena 3 lleve ganando dos años a TVE, que siempre había parecido imbatible en las despedida del año. Pero no puede controlarlo todo. Si bien ya había pasado el momento clave, en el que dejaba al descubierto su vestido y comenzaban a surgir los clásicos comentarios, críticas y memes en los salones de las casas y en las redes sociales, se coló en la pantalla un momento un tanto embarazoso, nunca mejor dicho.
Mientras las cámaras enfocaban el festival pirotécnico que sucedió a las campanadas en la Puerta del Sol en Madrid, de repente aparecieron en plano Alberto Chicote y Cristina Pedroche, que pensaba que no la estaban enfocando en ese momento. La presentadora llevaba una cerveza en la mano, de la marca patrocinadora, y se ve claramente cómo hace un gesto de rechazo a un miembro del equipo señalando la bebida.
Pero de repente se da cuenta de que sí está en directo y cambia su semblante, vuelve a su modo profesional y llama la atención de Chicote para proponerle un brindis con esa misma bebida que un segundo antes estaba despreciando. Hay quien dice que lo hace por su recién conocido embarazo, pero la cerveza que ella sostiene en la mano es la versión 0.0, sin alcohol.