Victoria Federica tiene un problema con las normas. Básicamente, que no quiere cumplirlas, sobre todo las de tráfico. Ya son numerosos los incidentes que ha protagonizado pero parece que no le importa, que no siente que tenga que respetar las normas como el resto de los mortales.
Su última fechoría la ha llevado a cabo este pasado fin de semana. La hija de la infanta Elena y Jaime de Marichalar estuvo viendo una corrida de toros en Las Ventas con sus amigos y por la noche decidió compartir un patinete eléctrico con una amiga para desplazarse por la capital de España.
Y ahí comenzó el festival de infracciones. En primer lugar, porque es un medio de transporte individual, compartirlo conlleva una multa de 100 euros. Además, ambas iban sin el casco reglamentario, otros 200 euros y Victoria Federica viajaba mientras hablaba por el teléfono móvil. Para rematar, se saltaron un semáforo en rojo (200 euros más) y circularon por el carril bus (otros 200). 700 euros de multa ya con todo esto.
Pero es que incluso, según algunos testigos, llegaron a conducir el patinete por la acera en algún momento e incluso circularon en dirección contraria, con lo que la sanción podría ser todavía mucho más elevada.
Aunque existen fotos (e incluso vídeos) tomados por fotógrafos que seguían a la influencer, las dos amigas tuvieron la suerte de no cruzarse en su camino con ningún agente de policía, con lo que se irán de rositas pese a su temerario comportamiento.
Estas infracciones se suman a un gran historial que acumula la sobrina del rey, que en 2019 se metió en dirección prohibida con su coche por el centro de Madrid, que se saltó el confinamiento más estricto en plena pandemia para irse con su hermano a Marbella y que suma unas cuantas multas de tráfico más.