Más de 3.000 pintxos con label alavés se pueden degustar este fin de semana en el Iradier Arena de mano de la novena edición del Miniature Pintxos Congress. Una buena oportunidad para paladear las delicatessen que elaboran los 23 establecimientos alaveses que participan de la semana grande del pintxo de Álava. Muchos vitorianos se han acercado a disfrutar del placer de saborear un buen bocado, todos ellos elaborados a base de productos alaveses y a precios populares, 2,5 euros el pintxo, tras comprar en la taquillas exteriores los ticket canjeables.
Al mediodía, la secretaria técnica del Miniature, Belén Fuentes, se afanaba, junto al resto del personal hostelero, por sacar y colocar en las mesas los pintxos que eran sometidos al juicio exhaustivo de los asistentes antes de decidir su elección. “El objetivo es sacar más de 3.000 pintxos a lo largo de todo el fin de semana”, ha expuesto Fuentes, antes de resaltar la importancia de su elaboración con “productos de cercanía y kilómetro cero”. “Por lo visto, este año la anchoa, el boquerón, el bacalao y las piparras son los cuatro grandes protagonistas” de los pintxos con “la oportunidad de aderezarlos con vinos de Rioja Alavesa, cerveza e incluso vodka alavés”.
Diferentes elaboraciones
El chef del restaurante Waska, Carlos Dávalos, se esforzaba por tener listas sus elaboraciones antes de que entrara el gran público a saciar su curiosidad, interés y, los más importante, su hambre. En su caso, ha elaborado un “pintxo de barra”, titulado Matrimonio de anchoas con boquerón al que le aporta “un toque especial”, a través de la mahonesa de chile y tomate seco, una ensaladilla de marisco y una corteza crujiente de bacalao. “Un pintxo para comer en tres bocados y que a la gente le gusta por su toque picante mezclado con la anchoa”.
Dávalos no duda en asegurar que el evento es “un regalo para la ciudadanía” que puede ver las elaboraciones in situ, además de degustarlas; así como “una buena oportunidad para mostrar el buen trabajo” que realiza la hostelería alavesa. Justo en el stand de enfrente, el chef del bar Kanijo, Liva, atraía a buena parte de la concurrencia, soplete en mano, para flamear las zamburiñas con mantequilla tostada y perlas de wasabi. “Cada año hacemos cosas diferentes y en esta edición hemos apostado por este pintxo para que la gente pruebe distintos sabores”, ha explicado.
Las bolas fueron las interpretes principales del chef de la Peña Vitoriana, Rubén González, quien utilizó los hornos y la cocina dispuesta en el antiguo coso taurino para cocinar sus recetas. “Unas son bolas de queso parmesano que gustan mucho a los más txikis y las otras están realizadas a base de txangurro con un poco de crema de piquillo por debajo”, ha expuesto. El cocinero del restaurante La Regadera y campeón alavés del Miniature 2020, Mikel Fiestras, ha optado por una “gilda fresca y especial a base de gambas, piparra, aceituna, boquerón, anchoa y cebolleta”.
Mientras, Juan, el chef del Kobijo, se apuraba por montar los cinco pintxos que había dispuesto. “Las verduras y los productos del mar son los ingredientes con los que hemos trabajado”, ha relatado. “Por aquí tenemos un pan de focaccia negra, hecho con vegetal de carbón, vinagreta y tomate cherry”. Este es un txangurro con mahonesa, huevas de salmón y langostino; aquel es una ensaladilla rusa con anchoas, huevas de pesto y un pico de pan y aquel otro, atún con mahonesa de peperochini”, explicaba señalando con sus dedos de un lado a otro ante el afán de conocimiento del público asistente.
Nuevos sabores
La asistencia ha ido en aumento según ha avanzado la mañana para pasar de la hora del vermú a la de ya apaciguar el hambre de veras. Fue el caso de Javier y Amaia que han acudido para “conocer los pintxos y ya comer aquí”. “Hacía años” que no se acercaban al evento y les ha gustado su nueva ubicación en el Iradier Arena al “estar más céntrico”. Manu y Marian han ido a conocerlo por “primera vez” para “cambiar el vermú tradicional de los sábados en el barrio por unos pintxos ricos y más currados”. “La verdad es que están todos muy buenos”, sentenciaba Manu entre bocado y bocado.
También fueron a picotear algo Iñigo y Goiatz, acompañados por toda la familia. Los nueve han degustado “pintxos variados para probar un poco de todo”. La mayor parte del público que se ha acercado al evento han sido parejas y familias con “ganas de probar nuevos sabores” y “comida diferente” a la que saborean en el día a día.
Ponencias y concursos
Las actividades no paran y el congreso continúa con su actividad hasta este próximo miércoles 2 de noviembre para disfrute culinario del puente festivo. Mañana domingo, el Iradier Arena alberga una nueva y última oportunidad para que los ciudadanos puedan degustar las exquisiteces gastronómicas, desde el mediodía y hasta bien entrada la noche. Además, a las 13.00 horas se desarrollará la cata de caldos de Bodegas Amador García de Rioja Alavesa.