Sus casi 230 metros han dado mucho juego a los interioristas Eva Mesa y Jaime Valdés, del estudio Tinda´s Project, encargados de transformar esta vivienda de Barcelona, que no dudaron en derribarla y reconstruirla por completo. El nuevo diseño aporta coherencia a los espacios y se adapta perfectamente a las necesidades actuales de los propietarios, una familia con hijas adolescentes. Pero si hay algo que llama la atención es el nuevo patio. Era el mayor desafío de este proyecto, porque ha pasado de ser un antiguo patio situado sobre el garaje del edificio a un bonito jardín con una pequeña piscina.
La distribución de la casa parte de una entrada que conduce a una planta casi cuadrada. La zona de día consta de un amplio salón, comedor y cocina totalmente abierta, y todo ello con acceso directo al jardín. El salón, que en la distribución original de la casa no tenía conexión con el jardín, ahora ha pasado a ser el centro de la vivienda y al tener acceso directo al nuevo jardín, funciona como distribuidor general hacia todos los espacios de la casa. Para dar continuidad, en toda la vivienda se ha empleado el color blanco en las paredes y el mismo pavimento de parquet sintético, excepto en los baños. Por su parte, la zona de noche cuenta con tres habitaciones, una en suite y las otras dos con baño compartido.
Esta reforma, además de permitir un mejor aprovechamiento de cada metro cuadrado, ayuda a una mejor distribución de la luz natural. De este modo, el proyecto de iluminación está cuidadosamente planteado para marcar ambientes y atmósferas.
El patio
La piscina, diseñada a medida y en blanco, se ha ubicado estratégicamente para aprovechar la carga estructural y la exposición solar máxima. Para salvar la diferencia de altura de la piscina con el suelo, incluye unas escaleras y un banco. Se ha rodeado de césped artificial y especies vegetales de gran altura, ocultando así la valla.
La cocina
El comedor, ubicado entre el salón y la cocina, presenta un estilo totalmente integrado y versátil. La cocina, está diseñada en forma de L y el mobiliario, con gran capacidad de almacenaje, da continuidad a ambos espacios.
El dormitorio principal
Por sus grandes dimensiones, tiene tres espacios independientes: el dormitorio, el vestidor con zona de trabajo y un baño. Gracias al muro a media altura que separa el dormitorio del vestidor, que hace de cabecero, se ha podido orientar la cama hacia la ventana y terraza, y mejorar las vistas.
El salón
La nueva disposición abierta ha generado un amplio salón donde la cocina y el comedor se integran de manera estratégica mediante foseados en el techo, iluminación y alfombras. Dos sofás idénticos presiden el salón, decorado con un estilo actual, pero atemporal.