El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha presentado este martes en el Consejo de Ministros la 'Estrategia Nacional de Alimentación' (ENA) como marco general para las políticas públicas dirigidas para contar con un sistema agroalimentario y pesquero más sostenible y competitivo, además de mostrar a "España como una potencia alimentaria mundial".
"La Estrategia Nacional de Alimentación tiene como objetivo mostrar a España como lo que es, una potencia alimentaria mundial. Queremos consolidar ese papel y, a la vez, también fortalecer también la influencia de nuestro país en la toma de decisiones a nivel europeo", ha asegurado la portavoz del Gobierno español y ministra de Educación, Pilar Alegría, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
En concreto, esta estrategia busca responder a los próximos desafíos y adelantarse en el debate europeo sobre las acciones en materia de agricultura y alimentación, que será uno de los ejes principales de la nueva legislatura europea.
Exportador de alimentos
De esta forma, la ENA, obedece a la necesidad de construir un sistema alimentario capaz de satisfacer las necesidades presentes y futuras de la población y de proteger y revitalizar el medio rural. Alegría ha recordado que el Estado español es el cuarto país exportador de alimentos de la Unión Europea y el séptimo del mundo, además de ser el que presenta una mayor renta agraria. "Entenderán el compromiso y la importancia que este Gobierno le da a este sector, que es un sector clave en nuestro país", ha recalcado.
Garantizar la seguridad alimentaria es un objetivo estratégico que figura ente las prioridades de la nueva Comisión Europea. Así, el Gobierno, con esta estrategia, pretende anticiparse y tomar posiciones e influir en este debate.
De esta forma, el planteamiento de la ENA parte de la necesidad de desarrollar una planificación estratégica que garantice la autonomía alimentaria, que asegure el abastecimiento a precios asequibles, bajo un modelo de producción y comercialización sostenible, y que propicie las relaciones comerciales internacionales.
En este enfoque se considera también el refuerzo del papel de los operadores de la cadena, en especial de los productores primarios (agricultores, ganaderos y pescadores), de la industria y de la distribución.
De esta forma y en el contexto actual, la Estrategia de Alimentación contempla seis desafíos como son el abastecimiento estratégico, donde se recogen actuaciones dirigidas a asegurar la disponibilidad y estabilidad en el suministro de alimentos, implementar políticas comerciales que garanticen la competitividad del sector agroalimentario y pesquero español, optimizar la eficiencia en la cadena de valor y definir protocolos de respuesta ante situaciones de crisis.
Sostenibilidad
El contar con sistemas alimentarios sostenibles, por lo que se proponen actuaciones para integrar la sostenibilidad en diversos ámbitos clave, como las compras públicas y la gestión de envases mediante prácticas responsables, así como el fortalecimiento de las áreas rurales y costeras, que se afronta desde una triple perspectiva: garantizar una formación adecuada al sector para mejorar su competitividad, valorizar y fortalecer el medio rural mediante el apoyo económico y fomentar el relevo generacional para asegurar el futuro del medio rural y costero.
Otro de los desafíos que recoge es la alimentación saludable, por lo que se proponen medidas para proteger la dieta mediterránea, hacerla accesible a la población, y formar e informar sobre ella con campañas de sensibilización y reforzando la educación en materia de alimentación en los colegios.
También se propone impulsar la innovación, digitalizar los modelos de producción, estimular la generación y transferencia del conocimiento entre los distintos agentes de la cadena, fomentar inversiones en innovación tecnológica y digital, así como impulsar una regulación que favorezca la innovación.
Cambios en el etiquetado
Por último, otro de los desafíos es la información alimentaria al consumidor, donde se recogen medidas para mejorar la información a través del etiquetado, para mejorar la información que está disponible en los canales de compra y puntos de venta y medidas relacionadas con la información contenida en las campañas de comunicación y las destinadas a garantizar que la información alimentaria sea veraz.
Esta estrategia ha sido fruto de un proceso participativo en el que se han recogido las aportaciones de todos los actores involucrados en el sector, ya que se han recibido más de 100 aportaciones en el buzón habilitado para ello, se han organizado tres foros participativos, mantenido más de 40 reuniones técnicas con agentes de la cadena y Planas mantuvo hasta nueve reuniones con representantes de organizaciones agrarias, la industria, la distribución, el sector pesquero, las cooperativas, la hostelería y la restauración, los consumidores, grupos medioambientales y sindicatos de trabajadores