Con el fin de las vacaciones, nos toca ultimar todo lo necesario para el comienzo del nuevo curso escolar y rematar las inscripciones en actividades extraescolares: deporte, refuerzo académico, idiomas, baile y un largo etcétera. Según el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, más del 90% de los jóvenes en edad escolar, realiza algún tipo de actividad extraescolar. Por ello, hoy hablamos con parte del Departamento de Coordinación y Planificación de Eraiki Taldea sobre los aspectos a tener en cuenta a la hora de esta programación de actividades: sobresaturación, falta de tiempo libre personal, deporte vs. formación, etc.
Eraiki sois una parte de ese tipo de actividades fuera del horario lectivo, ¿se cumple la premisa de cuanto más, mejor?
En primer lugar, desde Eraiki consideramos que cada estudiante y núcleo familiar tiene unas necesidades y posibilidades específicas, por lo que no existe una fórmula mágica que funcione en todas las situaciones. Existen multitud de estudios que determinan una correlación entre las actividades extraescolares, tanto académicas como no académicas, con un mejor rendimiento escolar (P.E. Universidad de Valencia). A priori, las actividades extraescolares mejoran o complementan las competencias académicas adquiridas en el colegio, facilitan un espacio de disfrute y ocio personal: deporte, actividades artísticas o creativas, etc. Por tanto, es razonable pensar que favorecen un mejor rendimiento escolar, pero no debemos olvidar la necesidad de planificar también el tiempo libre personal: “Más, no siempre es mejor”. Un exceso de actividades puede derivar en un efecto rebote negativo en el rendimiento escolar.
Desde Eraiki tenéis comunicación constante con las familias, ¿qué factores tienen éstas en cuenta a la hora de planificar las actividades extraescolares?
La complejidad de organizar el tetris horario de las diferentes extraescolares crea habitualmente quebraderos de cabeza a las familias. Existen diferentes variables a considerar: la necesidad de cada niño a realizar actividades deportivas, la conciliación del horario laboral de los padres con la agenda de los niños, necesidades educativas complementarias a las recibidas en los colegios… Muchas veces las familias no tienen otra opción que apuntar a sus hijos a alguna extraescolar después del cole para poder alargar más su jornada y que coincida con su hora de salida laboral. Por supuesto, prevalecen los intereses y necesidades de los niños, pero sin olvidar que también es indispensable planificar su tiempo libre para jugar, sociabilizar, o incluso, por qué no, para aburrirse.
En nuestro caso, desde Eraiki, lo que pretendemos en todo momento es adaptarnos a la situación individual de cada alumno para conseguir los objetivos fijados. Nuestra seña de identidad es ser dinámicos y adaptativos, intentando conciliar nuestra función con el resto de actividades del alumno y su familia. A lo largo del curso escolar las necesidades van cambiando y por ello, desde Eraiki, realizamos una supervisión continua para ir adaptando nuestro plan inicial a la situación real de cada momento.
Actividades lúdicas vs. clases de apoyo. ¿Cómo gestionáis esta realidad en Eraiki?
Es un hecho que para los niños y adolescentes no resulta igual de estimulante realizar su deporte o actividad lúdica favorita, que tener clases de refuerzo fuera de su horario escolar, preparar perfiles lingüísticos, trabajar dificultades de aprendizaje, etc.
Uno de nuestros objetivos fundamentales es motivar al estudiante. Nuestro equipo de profesionales es capaz de combinar a la perfección la consecución de los objetivos por los cuales vienen a Eraiki, con una buena relación personal y en un entorno de trabajo agradable, consiguiendo de esta forma una conexión docente-alumno cercana y de confianza que optimiza los resultados.
Un valor que nos parece fundamental para lograr esta motivación es mejorar desde el inicio la autoconfianza del niño/adolescente, resaltando sus virtudes, delimitando sus carencias y reconociendo siempre los avances en sus dificultades.
¿A qué señales de alerta debemos prestar atención para saber si estamos generando un desgaste excesivo en nuestros hijos?
Es una realidad que a pesar de una buena planificación que, preferiblemente consensuada antes con los jóvenes, el tiempo pasa factura y lo que en septiembre es ilusionante, puede convertirse tiempo después en fuente de estrés y/o ansiedad. Es imprescindible estar muy atento a señales que implican que se pudiera estar viviendo una situación de estrés para el niño o el adolescente por sobre exceso de actividades, tales como: cambios sustanciales en las rutinas del sueño y/o alimentarias, irritabilidad excesiva y constante, aislamiento social, empeoramiento del rendimiento escolar o cualquier otro comportamiento reiterado que difiera del habitual. Si además estas señales vienen acompañadas de la constatación de falta de tiempo libre personal habitual, horas intempestivas para acabar las obligaciones escolares, etc., es muy probable que nuestra planificación de actividades extraescolares deba ser replanteada. Desde Eraiki, disponemos de profesionales que pueden ayudar con esta diagnosis y con la búsqueda de soluciones que prevengan o traten dificultades emocionales causadas por este motivo.
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