Política

PNV y PSE acuerdan convertir Osakidetza en un referente europeo y un pacto estatutario basado en el acuerdo PNV-Sánchez

Los socios del próximo Ejecutivo de Imanol Pradales sellan un preacuerdo que aboga por extender el diálogo a los agentes sociales
Los socialistas Ekain Rico y Eneko Andueza conversan con el candidato del PNV a lehendakari, Imanol Pradales
Los socialistas Ekain Rico y Eneko Andueza conversan con el candidato del PNV a lehendakari, Imanol Pradales / ADRIAN RUIZ HIERRO

Una vez pasadas las elecciones europeas, era cuestión de tiempo. De muy poco tiempo. PNV y PSE han alcanzado finalmente este lunes un preacuerdo de bases programáticas para "avanzar en bienestar, progreso, autogobierno y transformación de una Euskadi global", un acuerdo que encarrila ya por completo la investidura del jeltzale Imanol Pradales como lehendakari en el pleno parlamentario del jueves de la semana que viene. Sus contenidos han sido comunicados a las ejecutivas de ambos partidos como paso previo a la ratificación en la Asamblea Nacional jeltzale y en la consulta de los socialistas a su militancia. Es un acuerdo pensado para gobernar en coalición, aunque la distribución de responsabilidades se abordará más adelante.

El documento de bases, que se articula sobre cinco ejes de actuación y once páginas, es sobre todo una declaración general de principios con los grandes objetivos del próximo gobierno, con una apuesta por incrementar la "calidad de vida" de toda la ciudadanía y favorecer el progreso de las empresas. Este no es el programa de gobierno, sino un documento de bases con los ejes que tendrá que tener ese futuro programa, que concretará las medidas.

Comienza con las políticas sociales y Osakidetza, que ha constituido un importante foco de desgaste por la tensión en los centros sanitarios y la escasez de personal, y donde se apuesta por un modelo que se convierta en un referente en Europa. Y, en el capítulo del autogobierno, se habla de un nuevo "pacto estatutario" y no de un nuevo estatus, un lenguaje que se asemeja a la terminología socialista, pero el PSE asume por escrito que se incorpore a este preacuerdo el pacto de investidura suscrito entre el PNV y el presidente español, Pedro Sánchez. Ese documento de investidura se compromete a negociar el reconocimiento nacional de Euskadi y el blindaje de las competencias, y los socialistas reconocían en privado hasta la fecha que la redacción era más propia del PNV que de Ferraz. Ese acuerdo con Sánchez también incluía un plazo, de un año y medio.

Ambos se encuentran en este punto, al menos por ahora, tras unos tensos rifirrafes públicos en los que Andoni Ortuzar había llegado a exigir al líder del PSE, Eneko Andueza, que asumiera lo pactado con Sánchez porque, a juicio de los jeltzales, es más ambicioso que el discurso que mantiene él en suelo vasco. El pacto PNV-PSE habla de hacerlo en el marco de la legalidad vigente y las competencias vascas, pero para el PNV esto nunca ha supuesto una enmienda a su posición, porque defiende que actualizar el autogobierno es posible con la percha de los derechos históricos que ya reconoce la Constitución, sin necesidad de reformarla.

Personas, "en el centro"

En términos globales, el pacto sitúa a las personas "en el centro" y apuesta por unos servicios públicos "de vanguardia" con prevalencia también de la iniciativa social. Sitúa como prioridades de país "garantizar una sanidad pública, universal, dimensionada y de máxima calidad en Euskadi, convirtiendo nuestro sistema de salud público en una referencia europea", "consensuar un Pacto de País por los Cuidados para impulsar el nuevo modelo", "impulsar las iniciativas necesarias para mejorar el acceso a la vivienda, especialmente entre la juventud", "establecer la escuela pública como referente que garantice el acceso universal a la educación" y desarrollar la ley "que responde al pacto educativo alcanzado en abril de 2022", asentar la seguridad como "pilar", favorecer el aumento del uso del euskera en todos los ámbitos de la vida, apoyar la cultura vasca, favorecer la emancipación de los jóvenes y un desarrollo efectivo de la Estrategia Vasca 2030 para el Reto Demográfico.

En cuanto al modelo de crecimiento y bienestar, se apuesta por la descarbonización, reindustrializar Euskadi, crear empleos de calidad con "buenos salarios" y oportunidades para la conciliación, favorecer el diálogo social, proteger el primer sector; y "continuar creando infraestructuras que ayuden a mejorar nuestra calidad de vida, la vertebración, cohesión y competitividad territorial, así como un desarrollo socioeconómico inclusivo y sostenible".

Sobre la transformación energética, se defiende que el sector productivo "requiere de una transición ordenada y coordinada que, sin renunciar a los objetivos fijados, evite poner en riesgo su futuro", una de las consignas más escuchadas por boca del PNV para no poner en riesgo los empleos ligados a la industria. Pero esa mención no es un obstáculo para que se defienda avanzar de manera "firme" hacia la neutralidad de carbono.

Erradicar la aceptación social de la violencia

En el cuarto punto, sobre convivencia, memoria y derechos humanos, el preacuerdo pretende "erradicar la aceptación social de la violencia, promover una memoria crítica", y la igualdad entre mujeres y hombres y de las personas LGTBIQ+. Sobre el pasado violento, se vuelven a marcar distancias con EH Bildu, una de las cuestiones que ha esgrimido tradicionalmente el PSE para rechazar por ahora los acuerdos de gobierno con la izquierda abertzale. El pacto reivindica la "deslegitimación de la violencia; reconocimiento integral de todas las víctimas de vulneraciones de derechos; construcción de una memoria inclusiva, crítica y ética; y promoción de los principios y valores éticos y democráticos".

El quinto punto, crecer en autogobierno, aboga por el "cumplimiento íntegro del Estatuto de Gernika y la consecución de las bases para elaborar un nuevo Pacto Estatutario a través de la negociación, el acuerdo y el máximo consenso político en el Parlamento Vasco, en el ámbito de su competencia y de la legalidad vigente". "Trasladamos a estas bases de acuerdo el pacto alcanzado el pasado 10 de noviembre de 2023 en materia de autogobierno entre el Partido Nacionalista Vasco y el Partido Socialista Obrero Español", añaden. Se apuesta por el procedimiento ya conocido, un acuerdo en el Parlamento Vasco y otro en el Congreso español, y su ratificación por el pueblo vasco.

PNV y PSE aprovechan este documento para tender la mano a la oposición. En ese sentido, aunque ponen en valor su propia mayoría absoluta de 39 escaños, "mayoría transversal y cualificada", ambos coinciden en "establecer como objetivo compartido la búsqueda de la implicación del conjunto de organizaciones sociales, sindicales, empresariales y políticas, así como del resto de instituciones del país, en el desarrollo de estas políticas".

Estructura del equipo

Lo último en llegar sería el acuerdo de gobierno. Se da por sentado que las dos macroconsejerías (la de Políticas Sociales que ha ocupado Nerea Melgosa y la de Desarrollo Económico que ha liderado Arantxa Tapia) se van a desgajar para desprenderse de algunas competencias y hacer posible una mayor cuota de responsabilidad para el PSE, en consonancia con su crecimiento en número de escaños. El PSE sí ha dicho en público que quiere retener Vivienda, y ha sonado con fuerza la posibilidad de que asuma las políticas sociales, aunque nadie lo ha confirmado para respetar los tiempos y zanjar primero los contenidos. Esta puede ser la misma razón por la cual Andueza no ha anunciado aún si será vicelehendakari, decisión que podría tener tomada ya, pero no comunicada, para respetar esta secuencia y el liderazgo de Pradales a la hora de diseñar la estructura del equipo que considere necesaria para cumplir el programa.

2024-06-11T18:04:03+02:00
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