Podemos está poniendo cada vez más distancia con Yolanda Díaz, con la que no aflojan el pulso que mantienen desde hace meses, ante la proximidad de las elecciones autonómicas y municipales de mayo. En ese conflicto se enmarcan las decisiones moradas conocidas ayer de romper coaliciones de izquierda en ciudades como Cádiz o Rivas (Madrid), debido a discrepancias con otras de las formaciones que sí se han unido a la plataforma Sumar.
A mes y medio del 28-M, los morados se han metido ya de lleno en la faena electoral queriendo marcar su propio territorio, pero sobre todo dejando claro quiénes son los “rebeldes” del Ejecutivo frente a una vicepresidenta segunda con la que, en principio, buscan sumar, pero a la que no dejan de cuestionar.
En esa línea, Podemos pone en duda desde que Yolanda Díaz quiera de verdad la unidad de la izquierda alternativa hasta determinados posicionamientos políticos, y llevan semanas dejando las sutilezas a un lado para entrar de lleno en las críticas a la también ministra de Trabajo.
Tanto la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, como su número dos y ministra de Igualdad, Irene Montero, llevan semanas reprochando a Yolanda Díaz su falta de compromiso con la unidad de la izquierda al no conseguir que ésta firmara un acuerdo por escrito para fijar ya las condiciones de la celebración de primarias abiertas sin contar con el resto de formaciones que finalmente se sumen a la plataforma de Díaz.
Por eso se ausentaron del acto de Sumar en Madrid del 2 de abril, donde Yolanda Díaz oficializó su candidatura ante una quincena de fuerzas de la izquierda y, por eso, han redoblado los dardos contra la vicepresidenta.
Dardos que la formación vuelve a dejar caer en el vídeo promocional de la Fiesta de la Primavera de Podemos, que se celebra este fin de semana en Zaragoza, en lo que supone el arranque de la precampaña y que no sólo van dirigidos a Díaz, sino también al ministro de Consumo y coordinador federal de IU, Alberto Garzón, y al de Universidades, Joan Subirats, de los comunes, ambos volcados con Yolanda Díaz.
A IU no le han hecho ninguna gracia estas alusiones y así lo ha manifestado en los últimos días Carlos Sánchez Mato, miembro de la Ejecutiva federal, que ha advertido a los morados de que esto no debería ir de competir sobre “quién es más rojo”, sino de cooperar; mientras que Díaz evita el choque con los morados y no responde a las acusaciones indirectas de actuar con tibieza en cuestiones clave para la izquierda, como son la OTAN y el envío de armas a Ucrania.
Eso sí, igual que en el acto de Madrid mandó el recado de que no aceptaba tutelas de nadie, ha vuelto a repetir esta semana que es libre y que ella tiene “perfil propio y proyecto propio”.
En este contexto movedizo, planea la posibilidad de que Sumar y Podemos concurran finalmente por separado a las generales de diciembre, ya que las dos marcas son cada vez más diferentes en estilos y discursos.
A los socialistas les pone nerviosos que no acaben entendiéndose, ya que eso pondría en peligro sus planes de repetir en Moncloa. Y, en cambio, no les preocupa que Yolanda Díaz pueda arrebatarles votos porque entienden que sus espacios electorales son distintos aunque sea evidente que la vicepresidenta esté jugando también en el campo socialdemócrata.
Rupturas en Andalucía y Madrid
Mientras tanto, Podemos ha optado por romper algunas alianzas electorales en municipios de Andalucía y Madrid de cara al 28-M y presentarse en solitario.
Es el caso de Granada y Jaén, así como de Cádiz –decisión conocida ayer mismo–. También ha fracasado el intento de unidad en la localidad madrileña de Rivas, uno de los bastiones de la izquierda.