Poesía como terapia ante el desamor

La literatura está presente en su vida desde su más tierna infancia. Su ama ha sido, y sigue siendo, una gran lectora y aún recuerda esas historias, relatos y cuentos "que me narraba cada noche en la cama, antes de dormir". La laudioarra Nagore E. Ugarriza no tardó en interiorizar, por ella misma, ese buen hábito. "Me gustaban, sobre todo, las novelas de misterio y aventura. En Primaria ya leía ejemplares de la colección juvenil de Los Cinco y, de la paga que me daban, ahorraba dinero para comprar libros", comenta.

Su primer contacto con la poesía llegó más tarde, en el instituto, pero "lo veía como algo vinculado a los estudios, aunque en 2º de Bachiller tuvimos que analizar la obra de Cavafis y me atrajeron sus poemas". Fue mientras cursaba primero del grado de Filología Inglesa cuando "una amiga me regaló un libro de poesía moderna de Miguel Gane. Me gustó muchísimo. Fue mi escapatoria", afirma. Y es que, en esa época, Nagore estaba inmersa en una relación sentimental que "al principio era muy bonita, perfecta", pero que se fue transformando en "un poco tóxica" y a la que tuvo que poner el punto y final.

Escribir se convirtió, entonces, en su desahogo, en su particular y personal terapia para superar el desamor. "Lo hacía para mí, a modo de diario. Plasmaba en papel mis sentimientos y emociones, y lo que podía hacer ante eso. Y un día me di cuenta de que esas frases sueltas eran poemas". Los momentos de mayor inspiración llegaban al anochecer, en la tranquilidad y soledad de su cuarto. "Era cuando más me daba por pensar y por reflexionar. Pero las ideas me podían venir en cualquier lugar, incluso en el autobús, y las anotaba en un cuaderno o en el móvil y tenía también en el ordenador", detalla. Así durante seis años, hasta que el pasado verano Nagore decidió ordenar y recopilar todos esos versos dispersos "y ya entonces pensé que podían convertirse en un libro". También lo creían compañeras de la universidad que habían leído alguna de sus poesías, pero el punto de inflexión llegó al conocer la grata experiencia de su amiga Sashel Calderón tras la publicación de su primera obra, Donde las mariposas van a morir, por la editorial Autografía. "Y, si ella pudo, ¿por qué no iba a poder yo?", se cuestiona.

'Tú y yo, pero solo conmigo'

Decidió intentarlo. A principios de año "y sin que nadie lo supiera" envió su material a esa misma editorial. La respuesta no tardó en llegar. "Recibí un email diciendo: Publicamos. No hay palabras para describir lo que sentí. Me puse a saltar, a gritar, a llorar... En ese momento no había nadie en casa. No sé qué llegarían a pensar los vecinos", cuenta. La reacción de sus padres al conocer la noticia fue, también, un momento muy especial: "Se alegraron mucho los dos y mi ama lloró de la emoción".

El resultado es Tú y yo, pero solo conmigo, un título elegido por la propia Nagore E. Ugarriza porque resume "de manera ambigua, pero entendible" el mensaje que desea trasladar a través de los poemas recogidos en las 82 páginas del libro. "Hablo de desamor, de una relación tóxica. Y al mismo tiempo muestro que hay luz al final del túnel y que también puedo ser yo la que estoy conmigo misma". Por ello, entiende que su poesía, tan íntima y autobiográfica, "puede ser útil a mucha gente, sobre todo adolescentes y jóvenes. Ojalá les sirva para descubrir lo que no se debe aceptar de otra persona".

El lector va a comprobar también la evolución que ha experimentado la joven laudioarra a lo largo del proceso creativo. "Empecé a escribir los versos hace seis años y ahora tengo 25. Creo que se nota que he madurado porque, sobre todo los últimos poemas, son más extensos y profundos", apunta.

Tú y yo, pero solo conmigo se puede adquirir a través de la página web de la editorial Autografía. Nagore tiene también ejemplares en casa "y si alguien desea uno puede ponerse en contacto conmigo en la dirección de correo nagoreugaor@gmail.com". El libro lleva ya unas semanas disponible "y aunque todavía es pronto, se está vendiendo muy bien. No sabía que tenía tanta gente que me quería", declara con satisfacción, alegría y, sobre todo, mucho agradecimiento.