Polideportivo

Pogacar asoma y Milan remata

El esloveno muestra su catálogo en el inicio del UAE Tour, que bendice el triunfo al esprint del italiano, primer líder la carrera
Milan celebra la victoria.
Milan celebra la victoria. / UAE / Sprint Cycling

El azar o el destino protegió a Tadej Pogacar, que parece inmune, con esa suficiencia que refugia a los mejores, a los grandes campeones, de cualquier desgracia, que siempre están presentes, dispuestas para la emboscada. Al acecho. Detrás de la rueda del esloveno la mala fortuna tocó el hombro de Sebastián Molano, que se estrelló de mala manera en un despiste.

El colombiano viajaba en la grupa del campeón del Mundo. Pogacar escuchó la caída. Ese grito de las malas noticias. Entendió que su compañero estaba dolorido. Negó con la cabeza el esloveno para sacudirse esa sensación rara. Rodaba el pelotón en tensión, con el frenesí que agita los finales, zarandeándose de este a oeste en medio de la nada. La carrera se puso en marcha en un decorado apocalíptico, con los paneles solares como únicos testigos de la competición. Cosas del ciclismo moderno y del dinero saudí.

Pogacar, poderoso, no abandonó el frente a pesar de que ese escenario sin apenas atractivo no invitaba a la contemplación y al deleite. Levitaba el esloveno, que rueda sobre raíles, en medio de una cremallera de asfalto que abre el desierto orgulloso, coronada la jornada inaugural del UAE Tour con letras de estilo de Hollywood en una colina que se leía Liwa.

Allí se alzaba la primera meta de la carrera, en un repechó que picaba las piernas, pero sin agujerearlas. Un lugar donde sufren los esprinters, aunque no llegan al punto de quebranto. Sin Molano, herido en la carretera, el hombre que debía acelerar en la llegada, Pogacar, travieso y juguetón, se aventó entre los velocistas. Pogacar les llevó al límite, pero no pudo desactivarles.

Milan se impone en la agonía

Jonathan Milan, el gigantesco esprinter, una oda al brutalismo, zapateó con saña en medio de una esprint agónico. Curtido en la pista, sin la fluidez de otros en la carretera, con aspecto robótico y espasmódico, destempló al risueño Pogacar y sometió a Philipsen, que se quedó vacío, y Fisher-Black, que se quejó de la maniobra del belga, que cambió de trayectoria por puro cansancio. Philipsen fue relegado de la segunda a la 52º plaza.

“Tuvimos un poco de mala suerte con la caída de Sebas, y al final no salió como estaba previsto. Pero por lo demás, teníamos buenas piernas, lo intentamos y fue una buena carrera”, expuso Pogacar después de su estreno. El esloveno se chocó contra el viento, lo que le restó opciones.

En cualquier caso, Pogacar mira a la crono, al igual que Pello Bilbao, que resolvió la jornada sin percances. “Tengo muchas ganas de que llegue, va a ser el primer gran esfuerzo de la temporada. Las sensaciones son buenas, se ha trabajado mucho durante el invierno y espero que dé sus frutos en la contrarreloj”, analizó el esloveno. Pogacar asoma y Milan remata.

2025-02-18T15:18:02+01:00
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