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Polideportivo

Pogacar ensaya Il Lombardia

El esloveno vence en los Tre Valli Varesine por delante de Higuita y Valverde en el esprint de los favoritos
Pogacar, victorioso tras resolver el esprint de los favoritos.
Pogacar, victorioso tras resolver el esprint de los favoritos.

Respondió Pogacar como se espera de un campeón de cuerpo entero. Con una victoria. Es su estilo de vida. Tremendismo al poder. El esloveno resolvió en el grupo de favoritos de los Tre Valli Varesine (en italiano todo suena mejor). No conviene soliviantar a Pogacar, que alcanzó otro laurel mientras enfila hacia Il Lombardia, el monumento que pretende regalarse el sábado tras colocarlo sobre su estante el pasado curso.

Enric Mas pudo con Pogacar en el Giro dell’Emilia. Asumió el esloveno la derrota, pero se rebeló en cuanto pudo con un esprint demoledor. La venganza la sirve en plato caliente. Eso mide la huella de los ganadores natos. No esperan. Reaccionan de inmediato ante las afrentas. Es un acto reflejo, el tic de los campeones.

Con esa pulsión, Pogacar conquistó en el esprint de los elegidos la clásica italiana, su 15ª victoria de la campaña, tantas como Remco Evenepoel. Derrotó el esloveno a Sergio Higuita y a Valverde, que enfoca su ocaso en La clásica de las hojas muertas. En el otoño de su carrera, Valverde se mostró nuevamente competitivo. Brillante.

Fue segundo en la Coppa Agostoni, cuarto en el Giro dell’Emilia y tercero en Varese. Peleó por la victoria con el colombiano y el esloveno, pero no pudo con ellos, más jóvenes y vigorosos. Dos décadas separan a Valverde y Pogacar, que no perdona. Es un ciclista que se mide con la historia.

NO PERDONA EL ESLOVENO

El sábado, en las rampas de San Luca, Mas le abrió una grieta. Quiso el mallorquín fotocopiar la acción en la cota final de la clásica con final en Varese. Pogacar no le concedió ni un palmo de ilusión. No se lo permitió. Le quitó la idea de la cabeza a Mas de inmediato.

La momificó con cemento armado el esloveno en los Tre Valli Varesine. Así que el grupo de los mejores se presentó con urgencia para repartir la gloria al esprint. Pogacar, que no solo dispone de reprís para agitarse en las rampas, demostró su punta de velocidad y su resistencia zarandeando la bici, agitando vatios. Venció con autoridad.

Debate zanjado a la espera de Il Lombardia, la última gran carrera del año, en la que el esloveno defiende la corona. En 2021, Roglic emuló a Mas en el Giro dell’Emilia y también se anotó la Milán-Turín. Pogacar no alteró el gesto a pesar de aquello. Era parte del plan. Buscaba el punto óptimo de forma. Se preparaba para asaltar el monumento a su manera.

Piensa en grande el esloveno, que se alistó a la ronda de clásicas italianas para lubricarse de cara al gran reto de repetir la sensación victoriosa en Como. Esa es su pretensión desde que regresara del Tour. Después de un Mundial de tonos grises en el que no fue capaz de subirse a la fuga desde la que despegó Evenepoel hasta llegar al arcoíris, Pogacar quiere reivindicarse.

Los campeones lo son siempre, a tiempo completo. No descansan. No se lo permite. Siempre alerta, Pogacar ensaya Il Lombardia venciendo los Tre Valli Varesine. En la prueba de féminas, Ane Santesteban obtuvo la tercera plaza. La victoria se la llevó Longo Borghini.

Evenepoel, de estreno del arcoíris en Bélgica.

Evenepoel, de estreno del arcoíris en Bélgica. Afp

LAPORTE EMULA A EVENEPOEL

En ocasiones, las carreras ruedan por el carril de los caprichos, el azar de las vidas cruzadas y los misterios. Después alcanzar la gloria en Wollongong, Evenepoel, recibido con honores de jefe de Estado en Bélgica, estrenó el maillot arcoíris en la Binche-Chimay-Binche, una clásica patria que servía para honrar aún más la figura del prodigio belga.

Evenepoel quiso devolver ese afecto con una de sus demostraciones, pero las piernas del Mundial aún padecían jet-lag. Le tomó el testigo Laporte. El francés, plata en el Mundial, maniobró como Evenepoel. Atacó de lejos. Se le colgó el noruego Tiller. En el tramo final, en el adoquín, Laporte le descontó rodando. Sin atacar. Sentado. Evenepoel llegó más tarde, abrazado a Iljo Keisse, a un dedo de la jubilación.

2022-10-05T17:28:03+02:00
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