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Vida y estilo

Por los bosques de Urbasa hacia la peña horadada

Las nubes se empeñan en agarrarse a las peñas de Urbasa.
Las nubes se empeñan en agarrarse a las peñas de Urbasa.

El parque natural de Urbasa es un espacio protegido que atesora un paisaje idílico, con frondosos hayedos y extensos prados. Esta sierra brinda al visitante rincones espectaculares como el popular nacedero del Urederra, el monasterio de Irantzu o el Balcón de Pilatos. 

Caminamos a la ventura de los bosques hacia la cumbre de Legunbeko Aitza. Su vértice marca el límite occidental de la sierra. Hacia el oeste nos adentramos en territorio alavés, en la sierra hermana de Entzia. La cumbre posee dos cotas separadas por una pequeña hendidura horadada por unos grandes ojos naturales. Resulta fascinante brotar de la inmensa frondosidad de los bosques y asomarse al filo del acantilado para contemplar la inmensidad del altiplano de Urbasa engullido por la foresta.

880 m | 0 km

Salimos del camping de Urbasa por la carretera en dirección a Olazti. Apenas discurren un centenar de metros cuando encontramos una pista asfaltada que nace por la izquierda de la vía, y va en dirección a los rasos de Bioitza.

10 min | 880 m | 0,8 km

Pasamos junto a la casa forestal y una manga para el ganado, situadas a las puertas de los rasos de Bioitza. A partir de este punto se acaba el asfalto y sigue adelante una ancha pista que se interna en las praderías. El acceso a vehículos está limitado al uso forestal y ganadero. Discurrimos a pie por los dominios de los finos pastos que se abren como un ancho pasillo entre el denso hayedo. De rato en rato aparecen pequeñas majadas que aprovechan para buscar refugio el amparo de las rocas y el porte de los fresnos. Estos apriscos son aún en la actualidad una herramienta fundamental para los pastores, una salvaguarda para el numeroso ganado que durante los meses más benignos del año se arremolinan ansiosos sobre los nutritivos pastizales. Pero no todo es hierba, ya que entre los pastos aparecen grandes matas de espino albar y arce menor.

40 min | 945 m | 3,2 m

Nos topamos con una bifurcación. El ramal de la derecha se dirige al puerto de Ziordia y sube a la cumbre de Gainsol. Seguimos a la izquierda guiados por las marcas del sendero GR, que discurre ahora por el interior de este inmenso hayedo.

50 min | 962 m | 3,8 km

Una vez que abandonamos el bosque, nos asomamos a unas campas donde la ruta se dibuja como una leve rodada sobre la hierba. Hemos llegado a los rasos de Ordotz, como bien indica el mojón que está situado al pie de un haya a las puertas del lugar. No muy lejos se encuentran la balsa de Ordotz y un pequeño e interesante bosquete de abedules, que son fácilmente identificables por su blanca corteza.

55 min | 935 m | 4,4 km

Pasado el abrevadero, el desdibujado camino que nos guía sobre los pastos se bifurca. Seguimos el ramal de la izquierda, en dirección suroeste, que de inmediato se interna nuevamente en el bosque. De esta manera nos sumergimos en uno de esos parajes que quedan grabados en la memoria, de manera especial en esos días en los que las nieblas se hacen dueñas del lugar. Ante nuestra mirada desfilan las grandes hayas que brotan de la hojarasca y se alzan esbeltas hacia los techos del bosque. Las rocas, también creativas y originales, se visten con densos cojines de musgo auspiciados por la humedad reinante.

Ojos naturales en la roca.

Ojos naturales en la roca.

1 h 10 min | 958 m | 5,5 km

Dentro del bosque nos topamos con la alambrada y con una puerta que nos invita a adentrarnos en territorio de Araba. Estamos en el paraje de Itandurieta. Este lugar marca el límite oriental de la sierra de Urbasa que se prolonga hacia occidente por la sierra hermana de Entzia.

Para alcanzar nuestra meta, debemos remontar hacia el norte tras las trazas de un sendero que sube arrimado a la alambrada. Unas veces por el interior del bosque y otras por pequeñas campas, nos arrimamos al roquedo. Atravesamos el escarpe por un sendero que abre paso por una zona laberíntica. Superamos pequeñas trepadas, en las que necesitaremos asirnos a las ramas que nos ayudan a cobrar impuso para salvar los obstáculos que nos impone el intrincado e incómodo lapiaz. A nuestro alrededor contemplamos viejos troncos muertos que se niegan a claudicar y se mantienen erguidos en mitad del camino.

Cruzamos un portillo en la alambrada y llegamos a los Legunbeko Haitzuloa [Ojos de Legunbe] que se abren amenazadores sobre la pared, una mirada especial hacia el norte de la sierra sobre el valle.

1 h 30 min | 1.128 m | 6,5 km

Una suave y cómoda remontada nos lleva a la cumbre occidental. La cumbre oriental está situada al otro lado de la brecha que marcan los ojos naturales. Las vistas que el bosque nos ha robado durante toda la ruta se tornan espectaculares al asomarse al vacío desde lo lato de la sierra.

Regresamos al inicio de la ruta en el camping de Urbasa por el mismo itinerario.

Parque natural de Urbasa.

Parque natural de Urbasa. ©Sua Edizioak

Guía práctica

Distancia: 13 km.

Duración: 2 h 45 min.

Desnivel: 300 m

Dificultad: fácil. No encontraremos fuentes durante la ruta.

Cartografía: Urbasa. Escala 1:25.000. Sua Edizioak.

Cómo llegar: Comenzamos a caminar desde el camping de Urbasa, situado en el kilómetro 30 de la carretera que une Olazti [Olazagutia] con Lizarra [Estella], en pleno parque natural.

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2022-08-22T05:32:02+02:00
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