En el macizo kárstico de Ubal hoy subimos a la Peña del Moro, montaña limítrofe de Bizkaia y Cantabria. Acometeremos la subida por la peculiar y sorprendente ruta de las escaleras.
DATOS PRINCIPALES
· Kilómetros: 9,51
· Desnivel positivo: 709+
· Duración: corriendo 1:40h / Caminar - correr: 2:10h / Senderismo 3:00(+40 min niños)
LLEGADA AL PUNTO DE PARTIDA
·Desde Bilbao, cogemos la A-8 dirección Santander para en la salida 173 tomar la N-629 dirección Burgos. Seguimos por ella hasta Lanestosa
·Desde Vitoria, salimos por Portal de Foronda cogiendo la N-622 dirección Amurrio. En Altube tomamos la A-68 dirección Bilbao, donde nos incorporamos a la A-8 y seguimos los pasos anteriormente citados
·Desde Pamplona, cogemos la A10, A-1 y N-1 dirección Vitoria saliendo de la misma en la 352 para incorporarnos a la N-622 y seguimos los mismos pasos que antes.
·Desde Donostia salimos por la AP-8 dirección Bilbao y una vez en la A-8 seguimos los mismos pasos que antes.
DESCRIPCIÓN
En esta ocasión nos desplazamos hasta el extremo occidental de Bizkaia para desde la villa de Lanestosa planificar una bonita pero exigente ruta de montaña, la cual, en el caso de tener día claro, nos permitirá desde la atalaya que es la Peña del Moro disfrutar de unas maravillosas vistas del entorno de Ramales y del macizo del Hornijo. Una vez llegados a Lanestosa aparcamos nuestro vehículo en las inmediaciones del Ayuntamiento de la villa. Recibió dicho título el 6 de junio de 1287 en Burgos por el Señor de Vizcaya, el Conde D. Lope Díaz de Haro y se trataba de un privilegio que respondía al interés de reglamentar las vías naturales de entrada desde Castilla al mar, a través del puerto de Los Tornos.
CONSEJOS PARA REALIZAR ESTA RUTA
Hidratación. Como siempre es importante ir bien provistos de agua, más aún en esta ruta al no haber fuentes disponibles y tampoco mucha sombra exceptuando el bosque antes de las escaleras y la parte final.
Calzado. En cuanto al calzado, importante llevar uno adecuado, sobre todo con buen agarre ya que frecuentaremos desde pistas de tierra, a zonas más herbosas con subidas fuertes y tramos con piedra.
Dificultad. Ruta moderada sobre todo por el terreno y por el desnivel a salvar desde la villa de Lanestosa hasta la cima, todo el rato en constante ascensión.
Salimos inicialmente por la carretera que lleva a Concha para después de recorrer unos pocos metros, justo donde aparece un panel informativo y un puesto de reparación de bicicletas tomar a mano izquierdo por el camino que nos va a llevar, mediante unas escaleras a la cueva de los judíos (Kobenkoba) y el mirador hacia Lanestosa. Dicha cueva es el primer centro de interpretación del arte rupestre paleolítico de Europa y tiene tres estancias diferentes. En el vestíbulo podemos ver cómo era la vida cotidiana de los habitantes del Paleolítico, la Sala Norte, disfrutamos de un espectáculo audiovisual que explica la forma en la que los artistas de la era glacial elaboraban las pinturas rupestres y en la Galería Sur, tenemos la Pinacoteca Rupestre, que reúne réplicas de algunos de los conjuntos pictóricos más importantes de Europa.
Nosotros tras disfrutar de las vistas que nos ofrece el mirador seguimos adelante con nuestra ruta hasta llegar a un cruce, donde haciendo caso omiso de las señales que nos indican el ascenso a la Peña del Moro (será nuestro camino de regreso) cogemos el sendero, ahora con más estrechez que sale a nuestra izquierda. Se trata de unos 600 metros de trayecto por un tramo sinuoso que sube y baja continuamente hasta llegar al cruce donde ahora si tomamos a nuestra derecha el camino de aproximación hasta el paso que deberemos acometer entre peñas.
Este tramo de bosque con sendero un poco difuso es importante que lo acometamos con tranquilidad, tanto por poder seguir bien el camino, marcado con cairns (pequeños montículos de piedras) como porque tiene pendiente en algunos tramos bastante pronunciada. Superado el tramo de bosque llegamos a otro cruce donde para salir del amparo de los arboles cogeremos la dirección izquierda. Estamos justo debajo de las peñas que aparentemente no nos van a dejar continuar al no observase camino alguno. Tras deleitarnos con las vistas de las montañas limítrofes lo descubrimos un poco más adelante.
Se trata de la Ruta de las escaleras. Un camino en las paredes verticales que llanea, asegurado por unas barandillas de madera hasta llegar al paso de las escaleras, las cuales por una abertura entre dos paredes de piedra nos permite acceder a la zona superior. Merece la pena tomarse su tiempo ya que es un tramo simplemente espectacular.
Ya en la parte superior el paisaje cambia por completo tanto que parece que nos hayamos trasladado a otro lugar. El hayedo, el sendero, las hojas dan paso a una zona herbosa primero donde se sitúa la estación de detección sísmica de Karrantza, que estudia toda esta composición kárstica la cual se deja ver en la multitud de hoyos y simas que jalonan esta zona. En la estación cogemos como referencia las marcas azules que no abandonaremos ya en ningún momento. Siguiéndolas volvemos a cambiar de paisaje ya que mientras vamos ascendiendo, con nuestra vista en nuestro objetivo principal, dejamos atrás la hierba para caminar sobre piedras.
Una vez salvado el duro tramo hasta el collado superior emprendemos con cuidado la última trepada por piedras hasta el buzón. Si tenemos suerte como decíamos al principio las vistas son inmejorables. Estamos en la Peña del Moro (818m). Otros nombres por el que se conoce esta cima es por de Peña Las minas o La Colorada. Cabe resaltar que siendo hoy limítrofe entre Cantabria Y Bizkaia, no siempre ha sido así. No fue hasta 1999 cuando se decidió que la muga pasara por su cumbre. Hasta entonces había sido considerada como una cima catalogada dentro de la zona anexa a Bizkaia, pero fuera de su territorialidad
El camino de bajada hasta la estación sísmica es el mismo. Una vez desandados nuestros pasos hasta allí, dejamos de lado la pista por la que hemos venido y continuamos descendiendo de frente con nuestra vista y atención sobre las marcas azules. Tras rodear una profunda sima el piso pasa de montaña a asfaltado. Por aquí descendemos con mayor comodidad. Serán tan solo 500 metros tras los cuales con un brusco giro a la derecha enfilaremos de nuevo el camino por bosque, en primer término, más expuesto, en la segunda parte más cubierto y cerrado.
Esta zona de pequeño hayedo nos permite buscarle la pausa a la ruta y transitaremos por ella con mucha tranquilidad para aprovechar el momento. Justo termina en el cruce que no tomamos en cuenta al principio de la ruta, justo después de la cueva de los judíos. Ahora giraremos a la izquierda para, después de pasar de nuevo por la cueva y el mirador, acometer los últimos metros de bajada hasta la Villa de Lanestosa.
Se trata, por tanto, de una ruta sencilla, con algún tramo exigente y algún otro donde deberemos tener cuidado con el terreno, pero sin duda con muchas cosas que contemplar en esta zona un poco más a desmano de las rutas habituales de monte.
PLANES ALTERNATIVOS
Dos planes vamos a proponer para completar la jornada de hoy.
· La obligada visita a la villa de Lanestosa. Aquí, además de perdernos por sus empedradas calles. podemos apreciar aún destacados elementos de la época medieval y como sus vecinos se esfuerzan en lograr mantener y conservar el carácter intemporal que la diferencia de las demás. La Iglesia de San Pedro, la plaza Vieja o Balcón de Bizkaia, la plaza nueva, el puente viejo, la plazuela de la Acorralada o el Palacio Colina son algunos de los lugares que no podemos perdernos. Por otro lado, las casas de los Indianos como la Casona, la casa Vizcaya o la casa Sobera son algunas edificaciones sobrias e imponentes que nos encontraremos.
· La excursión a dos cercanas cuevas. Por un lado, a la cercana cueva de Covalanas. Mas popularmente conocida como la cueva de las ciervas rojas se encuentra en la ladera del Monte Pando, muy cercano a Lanestosa y fue descubierta en 1903. Se trata de una cueva de reducidas dimensiones que presenta dos galerías Una de ellas, alberga pinturas rupestres paleolíticas. La segunda se encuentra en el municipio cántabro de Ramales de la Victoria y se trata de la cueva de Cullalvera. Forma parte de un complejo cárstico de 12 kilómetros de recorrido donde la acción del agua sobre la roca, con el tiempo han configurado una cavidad monumental como muestra su espectacular boca de entrada, con 14 m. de ancho por 28 m. de alto. De ésta surge una fuerte y fresca corriente de aire que advierte al visitante de la cueva antes de ser visualizada. El entorno es un espacio mágico.
Tanto en Lanestosa como en el cercano Ramales disponemos de multitud de sitios donde poder degustar los productos de la zona. Por ejemplo, el Fogón en la villa Vizcaína o El Ronquillo ya en la localidad cántabra.
PLANES ALTERNATIVOS
Dos planes vamos a proponer para completar la jornada de hoy.
· La obligada visita a la villa de Lanestosa. Aquí, además de perdernos por sus empedradas calles. podemos apreciar aún destacados elementos de la época medieval y como sus vecinos se esfuerzan en lograr mantener y conservar el carácter intemporal que la diferencia de las demás. La Iglesia de San Pedro, la plaza Vieja o Balcón de Bizkaia, la plaza nueva, el puente viejo, la plazuela de la Acorralada o el Palacio Colina son algunos de los lugares que no podemos perdernos. Por otro lado, las casas de los Indianos como la Casona, la casa Vizcaya o la casa Sobera son algunas edificaciones sobrias e imponentes que nos encontraremos.
· La excursión a dos cercanas cuevas. Por un lado, a la cercana cueva de Covalanas. Mas popularmente conocida como la cueva de las ciervas rojas se encuentra en la ladera del Monte Pando, muy cercano a Lanestosa y fue descubierta en 1903. Se trata de una cueva de reducidas dimensiones que presenta dos galerías Una de ellas, alberga pinturas rupestres paleolíticas. La segunda se encuentra en el municipio cántabro de Ramales de la Victoria y se trata de la cueva de Cullalvera. Forma parte de un complejo cárstico de 12 kilómetros de recorrido donde la acción del agua sobre la roca, con el tiempo han configurado una cavidad monumental como muestra su espectacular boca de entrada, con 14 m. de ancho por 28 m. de alto. De ésta surge una fuerte y fresca corriente de aire que advierte al visitante de la cueva antes de ser visualizada. El entorno es un espacio mágico.
Tanto en Lanestosa como en el cercano Ramales disponemos de multitud de sitios donde poder degustar los productos de la zona. Por ejemplo, el Fogón en la villa Vizcaína o El Ronquillo ya en la localidad cántabra.