Las canas son uno de los signos más claros de que vamos cumpliendo años. Conforme nos hacemos mayores, por lo general a partir de los 40 años, el pelo empieza a perder su color a causa de una menor producción de melanina.
Este pigmento es el que da el color al pelo y se libera a medida que este crece. Al envejecer, su producción se ralentiza en los folículos pilosos y salen las canas: primero, cuando aún se produce un poco, son grises, y cuando se detiene su producción por completo, pasan a ser blancas.
Aunque ya hemos dicho que las canas están ligadas al envejecimiento, hay ocasiones en las que aparecen de forma prematura entre los 20 y los 30 años. Las causas pueden ser diversas y van desde la genética hasta el estrés pasando por una nutrición inadecuada. Algunas de ellas son:
1- Genética. Es el factor más influyente. Un estudio apunta que hay un gen, el conocido como IRF4, que está relacionado con las canas por su papel en la regulación de la producción y el almacenamiento de la melanina. Si tus padres o abuelos tenían canas a una edad temprana, es posible que a ti también te pase.
2- Estrés. Puede provocar una afección común conocida como efluvio telógeno, la cual hace que el pelo se caiga tres veces más rápido de lo normal. Esto no causa calvicie porque el pelo vuelve a crecer. Sin embargo, si tenemos ya una edad y nuestro cabello se cae, se regenerará más rápido debido al estrés y es posible que crezca gris en vez de en su color original.
3- Falta de vitaminas. Los niveles bajos de vitaminas del grupo B y D3 pueden disminuir la producción de melanina en el cuerpo.
4- Tabaco. Al fumar, los vasos sanguíneos se contraen reduciendo el flujo sanguíneo que llega a los folículos pilosos, provocando la caída del pelo. Además, las toxinas pueden dañar los melanocitos de esos folículos pilosos y desencadenar el inicio de las canas.
Una mujer joven luce una larga melena canosa.
5- Enfermedades autoinmunes. En el caso de la alopecia y el vitíligo, el sistema inmune puede dañar el cabello y provocar la pérdida del pigmento.
6- Tiroides. Si esta glándula no funciona bien y no produce las suficientes hormonas (hipotiroidismo) o las produce en exceso (hipertiroidismo), estos cambios hormonales pueden hacer que el organismo produzca menos melanina y esto afecte al color del pelo.
7- Radiación ultravioleta. La exposición continua a los rayos UV del sol puede alterar el color del pelo y acelerar su caída y un envejecimiento prematuro de las células.
8- Tintes y productos químicos. Muchos productos capilares tienen ingredientes químicos que disminuyen la producción de melanina. Por ejemplo, el peróxido de hidrógeno que se utiliza en muchos tintes puede acelerar la aparición de las canas.
9- Medicamentos. Ciertos tratamientos médicos, como la quimioterapia, pueden influir en la pérdida de pigmentación capilar.
10- Anemia. El hierro favorece la creación de melanina y ayuda a proteger el cabello. Su déficit causa anemia y hace que el pelo se debilite y aparezcan las canas de forma prematura.
Qué hacer con las canas
Las canas no se deben arrancar, no porque vayan a crecer más cantidad, como nos han hecho creer durante mucho tiempo, sino porque supone una agresión al cuero cabelludo en la que los folículos pilosos son las principales víctimas. Ante las canas tenemos dos opciones: lucirlas tal cual, cada vez más de moda, o cubrirlas con tinte, bien en casa o en la peluquería. Esto ya es una cuestión de gustos.