A lo largo de la historia, la necesidad de encontrar respuestas a preguntas que antes eran una completa incógnita estuvo presente. Y la ciencia surgió, precisamente, para investigar con el objetivo último de resolver aquellos misterios que antaño se respondían a través de mitos y leyendas.
Ahora, la ciencia ha evolucionado lo suficiente como para que, al menos las cuestiones más básicas, tengan una resolución fundamentada y contrastada. Y, sin embargo, aún existen corrientes que se resisten a aceptar lo que dice la ciencia. El astrofísico y director del planetario de Pamplona, Javier Armentia, explica por qué, tras siglos de revoluciones científicas, hay quienes siguen creyendo en teorías que han sido catalogadas como conspiratorias.
En general, este experto cree que se debe a que “confiamos a la hora de dar calidad o credibilidad a una noticia en aspectos muy ajenos a lo que podríamos llamar la objetividad. Es decir, no somos objetivos o no buscamos la objetividad”. Según él, esto se resume en que tendemos a fiarnos de aquellos que coinciden con nuestras ideas, “con lo que tenemos ya muchos sesgos de confirmación. Nos fiamos más de las noticias de los medios que nos caen bien, o de la gente que tiene el mismo espectro de ideas sobre el mundo que tenemos”.
Y esto, añade, se complica en esta época porque además los algoritmos con los que viajamos por internet “nos están acercando a aquellas cosas que saben que nos gustan, con lo cual la confirmación es más fuerte”.
Pero, ¿tener acceso a internet y a herramientas de verificación no debería suponer tender a tener menos riesgos de que ciertos bulos o teorías sin contrastar llegaran hacia nosotros? “Paradójicamente, en esta época en la que parece que tendríamos más herramientas para no creernos nada, lo cierto es que nos exponemos y somos posiblemente más vulnerables que nunca”, explica en ese sentido Armentia, que añade que “siempre se solía decir de forma sencilla que uno se cree las conspiraciones o teorías alternativas por falta de información. Se ha comprobado que en el mundo antivacunas o en otro tipo de conspiraciones la gente tiene un nivel de información por encima de lo habitual”.
En ese sentido, pone de ejemplo a quienes aseguran que los aviones nos fumigan y por eso dejan esa estela a su paso, que se han estudiado “un tratado del tema”, pero “ese tratado es pseudocientífico. Eso es lo importante, que no valoran de forma crítica la información a la que se accede”.
Y ahí entra en juego otra cuestión, porque la línea entre bulos y conspiraciones a veces tiende a ser fina, y lo que empieza siendo un bulo que se propaga por redes sociales puede terminar formando parte de una teoría conspiratoria. “Creo que a veces es muy intercambiable una cuestión y otra, porque muchas veces al bulo parece que le damos una cierta intencionalidad -alguien nos quiere engañar deliberadamente-. En muchos casos, las conspiraciones sirven a intereses, con lo cual en el fondo hay alguien moviendo esos bulos. No olvidemos que muchas de las conspiraciones típicas vienen además de grupos en Estados Unidos relacionados con el supremacismo, etc.”, añade Armentia. Y recuerda cómo en el Estado español, “hace muchos años”, movimientos sectarios ya usaban cuestiones como las de los extraterrestres para atraer a la gente.
El poder de las redes sociales
Ahora que tenemos las redes sociales a nuestro alcance e internet a un clic de distancia, ¿somos conscientes de los peligros que pueden entrañar estas corrientes que encuentran un altavoz en estas plataformas? “Las redes sociales son una plaza pública. Tú puedes publicar lo que te dé la gana, salvo que sea ilegal”, añade este astrofísico.
¿Y eso significa que ha aumentado el número de personas que siguen y difunden estas teorías? Armentia reconoce que ha leído de todo, desde que han aumentado, hasta que se han mantenido más o menos estables en el tiempo. “El momento Se acaba el mundo favorece muchísimo la aparición de todo tipo de conspiraciones y del Ya te lo dije, yo os avisé de que esto estaba pasando y tal. Pero por otro lado la realidad de esta pandemia, y me refiero al tema médico y al de las vacunas, ha dejado sin evidencias a muchos de los movimientos clásicos de antivacunas. Mucha de la gente que tenía esa prevención contra el tema de vacunas se han dado cuenta y creo que en nuestro país ha sido un buen ejemplo de que algo ha funcionado bien, y es que ha habido un nivel de vacunación muy alto”, añade por su parte.
En definitiva, Armentia resume que la gente abraza las teorías de la conspiración o las cuestiones más “apocalípticas”, pero llegado el caso, “cuando tienes que decidir entre una cura o vete a saber qué, la gente se vuelve al redil”. En las siguientes páginas, el propio Armentia ayuda a ON a desmontar con argumentos algunas de las teorías conspiratorias más extendidas en redes sociales: ¿Es la Tierra plana? ¿Llegó el hombre a poner un pie en la Luna? ¿Hemos tenido los humanos contactos con extraterrestes?
1 LA TIERRA ES PLANA
Se trata de una de las teorías que más parecen haberse extendido a través de las redes sociales durante los últimos años. De hecho, existen incluso documentales relacionados con el terraplanismo y congresos en torno a esta cuestión, e incluso el aventurero estadounidense Mike Hughes falleció en 2020 al lanzarse en un cohete que fabricó él mismo y con el que pretendía demostrar que la Tierra es plana. El astrofísico Javier Armentia recuerda a este respecto que este fue un debate intelectual hace ya 25 siglos “y dejó de serlo entonces”. “La constatación de que vivimos en la Tierra Bola, como dicen los terraplanistas, es tan alta...”, reflexiona. Ahí enumera, por ejemplo, los eclipses de luna y cómo la sombra se proyecta en nuestro planeta, los satélites que dan vueltas, que podemos viajar en avión y que un viaje entre Europa y Argentina es más o menos tan largo como uno entre Argentina y Australia -“aunque según los terraplanistas, en ese mapa que hacen de la Tierra plana, el recorrido entre Argentina y Australia sea como cinco veces el recorrido entre Argentina y Europa-. Toda la evidencia está ahí. Basta con mirar al cielo, y cuando tú viajas al norte o al sur el cielo va cambiando porque vivimos en un planeta redondo”, recuerda finalmente, al tiempo que añade que existen anticiclones, borrascas, que mientras en el hemisferio norte es invierno, en el sur es verano. Y en ese sentido, el astrofísico recuerda que “para creerte que la Tierra es plana tienes que negar todo, desde la gravitación a los vuelos espaciales, a los satélites de telecomunicación, a la geología, la meteorología... Todas las ciencias”.
2 EL HOMBRE JAMÁS PISÓ LA LUNA
Ya desde 1969 ha habido quienes creían y defendían a capa y espada que el hombre jamás había puesto un pie en nuestro satélite, uno de los hitos que se produjeron en plena Guerra Fría, durante la carrera espacial entre Estados Unidos y la Unión Soviética por ver quién tenía más poder allende las fronteras terrestres. El proyecto Apolo “costó un montón de dinero, y se recoge en los presupuestos de los Estados, en concreto de Estados Unidos. Esos 25.000 millones de dólares estaban ahí y se pagaron. Es evidente”, recuerda Armentia, al tiempo que añade que hubo más de un millón de personas trabajando en las empresas, en la NASA, en los diferentes organismos, para hacerlo realidad. “Es más sencillo ir a la Luna que mentir diciendo que hemos ido”, reafirma. Porque también tienen como prueba la media tonelada de rocas lunares, que no tienen composición terrestre, así como las misiones que han estado allí, las fotos que se han sacado, las comunicaciones de radio... “También el hecho de que los rusos estuvieran a punto de llegar, porque si uno gana haciendo trampas el otro te iba a denuciar, y los rusos nunca lo denunciaron”, recuerda.
3 EL ÁREA 51 Y LOS EXTRATERRESTRES
Los contactos con extraterrestres han sido un tema recurrente en las últimas décadas. En el Estado español llegó incluso a ser un movimiento en los años sesenta a través de UMMO, un supuesto avistamiento de OVNIs que, tal y como se cuenta en el documental de nombre homónimo recientemente publicado en Movistar Plus+, termina mezclando a hipnotistas, sectas, etc. Pero, ¿tiene todo esto algo de real? Armentia reconoce que desde el año 47, de los primeros avistamientos de Rosswell, la primera conspiración del Área 51, desde el primer momento en que se empieza a hablar de OVNIs hay investigaciones militares. “Evidentemente, los militares quieren saber si hay algo que se está colando en el espacio aéreo”. Ahora puede verse en el caso estadounidense con los globos encontrados, que “es normal que los militares estén mirando a ver quién nos está colando estas cosas en el espacio aéreo, con qué intereses, qué quieren saber...”. Sin embargo, el fenómeno OVNI recuerda que se ha constituido en una “verdadera creencia, donde lo menos importante son los contactos, los avistamientos... Todos vemos cosas en el cielo que llaman la atención. Y ensoñaciones, gente que siente que ha sido raptada por extraterrestres, etc. algunas cosas se explican con ciertos síndromes de psiquiatría, alucinaciones o directamente engaños, o malinterpretaciones. Porque muchos de los OVNIs sabemos que son perfectamente naturales o cosas normales”. Ahí pone de ejemplo Venus, el planeta, que hay gente que ve que es una nave. “Cuando miras en conjunto al fenómeno OVNI no hay nada, cero gramos de evidencia, que pueda tener algo que ver con los extraterrestres”, defiende finalmente. “Una vez más, ante la perspectiva científica de poder tener una prueba de que hay vida más allá de la tierra, que es la astrobiología -un campo de estudio rompedor- lo que tenemos son vídeos cutres, testimonios de muy poca calidad y una investigación terriblemente deficiente. Porque toda esta gente que ha ido viniendo durante años diciendo que eran ufólogos, lo único que hacían era recopilar lo que estaba acorde con su creencia”, añade finalmente.
4 EL COVID ES UN VIRUS DE LABORATORIO
La pandemia también ha sido campo de cultivo de multitud de teorías, desde que el covid es un virus creado en un laboratorio hasta que en las vacunas insertaban 5G. “Todo el desarrollo, cómo se produce la infección, responde claramente a un origen natural. No hay un diseño artificial del virus; no podría haberlo porque no sabemos hacer tantas cosas”, explica Javier Armentia, que recuerda que la forma en que ha ido mutando, las variantes, subvariantes, etc. es “perfectamente natural. Atendiendo a los datos, tenemos todas las pruebas para desmontar que esto haya sido un virus creado por un laboratorio o diseminado de forma artificial, etc.”. Respecto al 5G, recuerda que se han puesto miles de millones de vacunas en el mundo, y ahí defiende que el tiempo es “el mejor aliado de estas cosas”.
5 LOS AVIONES NOS FUMIGAN A SU PASO
Esta es otra de las teorías que más están invadiendo las redes sociales. “Las conspiraciones tienen su público objetivo, su target, y esto de las trazas de los aviones lo he encontrado más bien en gente de mi quinta, y con un cierto nivel cultural”, reflexiona el astrofísico Javier Armentia. En ese sentido, añade que “en el fondo de muchas de estas cosas lo que hay es una reacción porque vivimos en un mundo que no nos gusta, y las trazas de los aviones nos pintan en el cielo parte de ese mundo que nos disgusta, del mundo tecnológico, de la contaminación...”. Pero que haya más trazas que hace años responde en definitiva a que la navegación aérea ha aumentado. “Las nubes que se forman son nubes. El origen no es misterioso”, resume Armentia. Sí recuerda que se fumigan campos con aviones, pero para eso “tienes que estar muy bajo, muy cerca de lo que estás fumigando, porque si no se dispersa en la atmósfera y no llega nada”.