El cáncer de colon, el tumor de mayor incidencia, con 2.154 casos diagnosticados el último año en Euskadi, más de la mitad de ellos en Bizkaia, es uno de los tres tumores que podría detectarse precozmente, e incluso en algunos casos evitarse, gracias a los programas de cribado.
Sin embargo un 30% de la poblacion diana, la llamada a someterse a este tipo de screening, literalmente 'pasa' de hacerse la prueba, y la tira a la basura, a pesar de recibir en su casa puntualmente el kit. Y eso que la franja de edad de 50 a 69 años es el grupo de mayor riesgo para padecer este tipo de tumor.
La desinformación y el miedo a un resultado positivo son algunos de los motivos por los que casi uno de cada tres vascos no participa en estos programas.
Todo ello pese a que un estudio realizado con los datos del Programa Poblacional de Euskadi ha demostrado un incremento de la supervivencia a cinco años del 23,4%, en los participantes de los programas de cribado.
EL 'OTRO TEST'
Por ello, con motivo del Día para la Prevención del Cancer de Colon, las asociaciones vascas contra el cáncer animan a la población a hacerse el 'otro test' ya que puede ayudar a superar este tipo de tumor en el 90% de los casos si se detecta a tiempo.
"En un contexto en el que la palabra test ha pasado a formar parte del día a día, debido a la pandemia, se recuerda a la ciudadanía que existe otro test, el Test de Sangre Oculta en Heces (TSOH), que disminuye la mortalidad a corto plazo entre un 30% y un 35%.
PERSONAS EN RIESGO
Las personas en riesgo por esta enfermedad son aquellas que tienen entre 50 y 69 años, por lo que, conseguir que toda la población de esta franja de edad participe en los programas de cribado de cáncer colorrectal, reduciría la mortalidad.
Para lograr un verdadero impacto, es necesario alcanzar una participación de la población diana superior al 65%. Solo Nafarroa y Euskadi superan esta participación, con un 73% y 72% respectivamente.
Y es que aunque el procedimiento pueda parecer engorroso, resulta sencillo. Los kits incluyen un recipiente y una pequeña espátula para guardar la muestra. Como indican las intrucciones, tan solo hay que colocar un papel en el inodoro, extraer el bastoncillo y poner en contacto la espátula con las heces para que se impregne (no es necesaria una gran cantidad).
Una vez conseguida la muestra, se coloca el bastoncillo dentro del tubo, se cierra bien, se agita y tras identificar bien el recipiente con nuestros datos personales, se lleva cuanto antes al centro de salud. Solo aquellos test que sean positivos (porque se halle sangre en las heces) tendrán que someterse a una segunda prueba: la colonoscopia.