Vida y estilo

¿Por qué enero se nos hace interminable?: cinco millones de personas han visto la explicación

Una biotecnóloga analiza los motivos que hacen que el primer mes parezca que tiene 49 días
El comienzo del post. / X (@AzucenaMS)

Enero tiene 31 días, pero da la sensación de que por lo menos tiene 49 porque parece que no acaba nunca. Es una percepción que tienen muchísimas personas y tiene su explicación. La ofrece Azucena Martín, una biotecnóloga que ha creado un hilo en la red social X argumentando los motivos. Y que ya han visto casi 5 millones de personas.

Diciembre y la dopamina

Y el primer “culpable” de ese eterno enero es para ella el mes de diciembre, porque es “un mes lleno de vacaciones, fiestas, regalos y todo tipo de celebraciones. Es cierto que no a todo el mundo le gusta la Navidad, pero en general es una época que nos hace felices. Esa felicidad está ligada a la liberación de dopamina, la hormona encargada de mediar en los sistemas de recompensa. Estos son sistemas cerebrales que se encargan de generarnos placer ante estímulos que son beneficiosos para nosotros como especie”.

Martín explica que, por ejemplo, se libera dopamina “con el sexo, porque nos ayuda a reproducirnos y perpetuar la especie. También cuando comemos chocolate, porque es muy rico en energía. Esencial para salir corriendo ante cualquier peligro”. Y esa liberación de dopamina también nos crea una sensación de que el tiempo pasa muy rápido. “Por eso cuando lo pasamos bien parece que el tiempo pasa volando”, añade.

“Por eso, para la mayoría de la gente diciembre pasa volando. Después llega enero, con sus 31 días, exactamente igual que diciembre, pero sin vacaciones, fiestas ni regalos. Ya no tenemos ese chute de dopamina y, además, por comparación notamos mucha diferencia con diciembre”, explica la biotecnóloga.

Enero y el miedo

Con un efecto contrario al de la dopamina, Azucena Martín considera el miedo como otro elemento que influye en que enero se nos haga tan largo. El miedo nos genera sensación de que el tiempo pasa más lento, “como cuando vemos una película de terror” o “cuando nos caemos y todo se ve a cámara lenta. Esa percepción nos hace estar más alerta”.

No es que enero nos dé terror, pero sí que suele ir acompañado de un cierto miedo o desazón, porque “nos suele pillar con poco dinero, deseando que llegue la próxima nómina, y a veces con bastante incertidumbre por el año que llega”, dice la científica. Y eso ralentiza nuestra percepción del tiempo.

El efecto Mandela

Por último, añade un argumento más: el efecto Mandela, un imaginario colectivo falso, incluso con imágenes que no han existido, que nos hemos hecho a base de escuchar a otras personas decir ciertas cosas y que toma el nombre de que muchas personas creen que Mandela murió en la cárcel, a pesar de que falleció en su casa de Johannesburgo. “Con lo de enero pasa algo parecido. Como escuchamos a todo el mundo decir lo largo que se hace, al final sentimos que a nosotros también se nos hace eterno”.

Por suerte a enero le queda poco. De hecho el fin de semana ya será febrero, que es el mes más corto del año. “¿Lo pondrían así por eso? Puede que sí y nadie nos lo haya dicho”, reflexiona Martín para terminar el hilo.

30/01/2025