"Irreconocible. Se puede volar bajando ahora por esa pista", señalaba hace unos días un atleta amante del ultra trail. No ha sido el único al que le ha sorprendido el estado de la pista forestal que sube desde los caseríos de Eskibel hasta la cruz de Zaldiaran.
Son muchos los que se han quedado perplejos estos últimos días con el cambio de fisonomía sufrido por este tradicional camino hacia la cumbre de una de las cimas más míticas para los amantes de la montaña en Gasteiz y alrededores. "Ha perdido su encanto", añadía al respecto un aficionado a la mountain bike tras culminar los casi tres kilómetros de descenso del recorrido. "Nada que ver con lo que era antes", apuntaba con cierta melancolía.
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Y es que los habituales de este tradicional sendero de montaña se encontraron hace unos días con la sorpresa de que el camino se había ensanchado y cubierto de arena, lo que lo hacía mucho más transitable. "No es asfalto, pero se le parece en cierta medida", se quejaba un montañero. De hecho, casi se puede volar en los descensos como añadía otro atleta habitual de la zona. "He conseguido bajar a 3m 30s el kilómetro. Tal era la velocidad que las piernas no me retenían", apuntaba con cierta sorpresa por el cambio que ha sufrido el camino.
Las piedras han sido tapadas, cubiertas por gran cantidad de arena, dejando un firme mucho más cómodo en el que casi no se sufre el impacto. "Muy distinto a lo que conocía. No parece una pista de monte", añadía otro de los montañeros tras descubrir el cambio que había sufrido el camino recientemente.
Pues bien, dicha variación tiene su por qué. Desde el Ayuntamiento de Vitoria han explicado que se debe a una actuación realizada en la zona dentro del plan de prevención de incendios forestales. Se han creado salidas para los incendios en el caso de que haya que realizar algún rescate o cualquier tipo de intervención.
Además, desde el consistorio gasteiztarra aclaran que la pista recuperará su estado natural en unas semanas, una vez que se asiente la arena vertida y caigan las primeras lluvias.
De este modo, la pista a la subida a Zaldiaran desde los caseríos a Eskibel recuperará su fisonomía. Eso sí, hasta que eso suceda aquellos corredores que quieran batir sus propios récords tienen una oportunidad para hacerlo. "Es que bajando se puede volar. Vas lanzado tal y cómo está la pista ahora", según apunta uno de los habituales.