¿Por qué heredar la casa de tus padres no es siempre la mejor opción?

Comprar una casa es probablemente la mayor inversión que muchas personas hacen a lo largo de su vida. Supone un esfuerzo económico muy importante, por lo que conforme van pasando los años y la vida uno se plantea qué va a ser de ella.

Herencia, compraventa, donación o transmisión de la nuda propiedad conservando el usufructo son algunas de las opciones que tenemos a la hora de dejarles la vivienda a nuestros herederos. Pero, ¿cuál es la más conveniente a efectos fiscales? 

La respuesta no es sencilla y puede variar según las circunstancias individuales de cada persona o de cada familia. La asesora financiera (@martafintips) en un vídeo en Instagram se decanta por una estrategia muy conocida en derecho sucesorio: la transmisión de la nuda propiedad de la vivienda a los hijos mientras los padres se reservan el usufructo. Pero, ¿en qué consiste?

Tres generaciones posan para una foto durante un encuentro familiar.

Nuda propiedad y usufructo

La nuda propiedad se produce cuando hay dos personas involucradas en la propiedad de un inmueble. Es el derecho a ser el propietario legal de un bien (puede ser transmitido por venta o donación), pero sin poder utilizarlo ni beneficiarse de él hasta que se extingue el usufructo. Por su parte, el usufructo es el derecho a usar y disfrutar de un bien, como vivir en él o alquilarlo, sin ser el propietario legal.

De esta forma, los padres pueden seguir viviendo en la casa o alquilarla para obtener unos ingresos, mientras que los hijos adquieren la propiedad legal, pero no el derecho a usarla hasta que fallezcan los padres.

Ventajas fiscales

Según la experta financiera, la principal ventaja de esta estrategia es evitar gran parte de los impuestos asociados a una herencia tradicional. En primer lugar, el Impuesto de Sucesiones desaparece, ya que la transmisión de la nuda propiedad se hace en vida y no tras el fallecimiento de los dueños.

Además, si los padres son mayores de 65 años y la vivienda es su residencia habitual, la transmisión de la nuda propiedad podría incluso estar exenta de tributar en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) por la posible ganancia patrimonial que se genere. Esta exención supone un considerable ahorro si se compara con otros métodos como la venta directa de la vivienda.

Un hombre mayor sostiene las llaves de una vivienda.

En este caso, los hijos tampoco tendrán que pagar la plusvalía municipal completa, es decir, el impuesto que grava el incremento del valor del terreno urbano desde que fue adquirido hasta que se transmite.

En el caso de que los hijos decidan vender la casa tras el fallecimiento de los padres, el ahorro fiscal también será mayor respecto a una herencia tradicional, puesto que el valor de transmisión no está gravado por impuestos sucesorios elevados.

Inconvenientes

A pesar de las ventajas, esta estrategia tampoco está exenta de costes; es el caso del Impuesto de Donaciones, cuyo importe dependerá del valor de la vivienda y de la comunidad autónoma donde se tribute.

Formalizar la donación ante notario e inscribir el cambio de propiedad en el Registro de la Propiedad también supondrá unos gastos. Además, los hijos, aunque sean los propietarios legales de la vivienda, tampoco podrán utilizarla ni beneficiarse de ella hasta que se extinga el usufructo, es decir, hasta el fallecimiento de los padres.

¿Es siempre la mejor opción?

Pese a sus ventajas fiscales y patrimoniales, su conveniencia o no va a depender de las distintas situaciones personales y familiares. El valor de la vivienda, el lugar en el que se tributa o la edad de los padres son algunos factores que van a resultar cruciales.

En aquellas comunidades autónomas con bajas bonificaciones fiscales para las herencias, esta alternativa será muy atractiva, mientras que en las que el Impuesto de Sucesiones es bajo, la herencia tradicional podría ser igual de viable y menos costosa.

Con toda la información disponible, es necesario tratar cada caso en particular para tomar la decisión más acertada. En caso de duda, lo mejor es ponerse en manos de expertos quienes nos asesorarán para lograr la solución que sea más ventajosa para nosotros.