Vida y estilo

¿Por qué la columna vertebral está más débil en invierno?

En los meses de más frío muchas personas experimentan un aumento en los dolores de espalda, especialmente en la zona lumbar. Los expertos recomiendan hábitos saludables y medidas preventivas
Las temperaturas bajas pueden provocar una contracción de los músculos y afectar al dolor lumbar.
Las temperaturas bajas pueden provocar una contracción de los músculos y afectar al dolor lumbar. / F.P.

Actualizado hace 29 segundos

Enero, febrero y marzo suelen ser los meses más fríos en España. Con la llegada de estas gélidas temperaturas, muchas personas experimentan un aumento en los dolores de espalda, especialmente en la zona lumbar. Pero ¿por qué se produce? Este fenómeno no es casualidad y tiene una explicación médica.

Según explican los expertos de la Sociedad Española de Columna Vertebral las temperaturas bajas pueden provocar una contracción de los músculos y ligamentos, lo que aumenta la rigidez en las articulaciones de la columna.

“Además, el frío puede aumentar la sensibilidad del sistema nervioso al dolor. En condiciones de frío extremo, la disminución del flujo sanguíneo hacia los músculos y tejidos también contribuye a la aparición de molestias”, explica el doctor Rafael Llombart, vocal de la Sociedad Española de Columna Vertebral y Especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología en la Clínica Universidad de Navarra.

La contracción muscular excesiva aumenta el riesgo de dolor lumbar o incluso de lumbago.

La contracción muscular excesiva aumenta el riesgo de dolor lumbar o incluso de lumbago. F.P.

Por eso, la columna vertebral, como eje central del cuerpo, es especialmente vulnerable en invierno. La contracción muscular excesiva genera tensión en los discos intervertebrales y en las facetas articulares, aumentando el riesgo de episodios agudos de dolor lumbar o incluso de lumbago.

Las personas más propensas a sufrir dolor de espalda durante el invierno son:

Personas mayores: los procesos degenerativos, como la artrosis, se exacerban con el frío.

Trabajadores al aire libre: la exposición prolongada al frío sin la protección adecuada puede aumentar las contracturas musculares.

Personas sedentarias: las personas con bajo nivel de actividad física suelen tener una musculatura de soporte más débil.

“Durante el invierno, muchas personas reducen su nivel de actividad física debido a la menor motivación para salir al aire libre. Este sedentarismo contribuye a la pérdida de fuerza muscular y flexibilidad, factores clave para mantener una columna sana. Cuando dejamos de movernos, los músculos que soportan la columna se debilitan, y las articulaciones pierden lubricación natural, lo que aumenta la rigidez y el riesgo de sufrir dolor”, señala el Dr. Llombart.

Prevención

Aunque no podemos controlar las temperaturas, sí podemos implementar medidas para proteger nuestra columna y reducir el riesgo de dolor lumbar. Los especialistas del GEER recomiendan:

1. Mantener una rutina de ejercicio. Dedica al menos 30 minutos al día a actividades que fortalezcan la espalda, como caminar, practicar yoga o realizar ejercicios de estiramiento de espalda. Actividades como la natación o pilates son muy recomendables.

2. Abrigarse bien. El hecho de tener dolor de espalda por frío y que se haya generado una contractura, no te libra de que esta empeore e incluso de tener otra. Por eso, usa ropa térmica para evitar la contracción muscular por el frío, especialmente si trabajas o realiza actividades deportivas al aire libre.

3. Evitar el sedentarismo. Haz pausas activas si trabajas desde casa o en la oficina para evitar la rigidez muscular. Además, estira bien la musculatura de la espalda antes de realizar cualquier tipo de actividad física. Esto te ayudará a reducir la posibilidad de contracturas y molestias tras la actividad física.

4. Calor localizado. Usa mantas térmicas o parches de calor para relajar los músculos de la zona lumbar. Para aplicar calor en la zona afectada, se recomienda el uso de compresas de calor o de bolsas de agua, lo que te permitirá hacerlo de forma localizada y efectiva. Al igual que funciona aplicar calor, opta por una ducha caliente, porque también es una buena opción para relajar la musculatura y aliviar el dolor de espalda por el frío.

5. Buena postura. Mantén siempre una buena postura para evitar la sobrecarga muscular, especialmente si trabajas todo el día sentado, en cuyo caso se recomienda usar una silla de calidad que ofrezca un adecuado soporte a la espalda. Si el caso es que trabajas todo el día de pie, recuerda apoyar correctamente tus pies para distribuir el peso de tu cuerpo y evitar cargar la espalda.

6. Consultar a un especialista. Si el dolor persiste o es recurrente, es fundamental acudir a un médico o fisioterapeuta para evaluar tu columna.

“El invierno puede ser un reto para nuestra columna, pero con hábitos saludables y medidas preventivas es posible minimizar el impacto del frío en nuestra salud lumbar. Mantenernos activos y proteger nuestro cuerpo del frío son claves para disfrutar de los meses invernales sin dolor”, concluye el especialista.

2025-02-11T19:32:18+01:00
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