Actualizado hace 7 minutos
Cada vez que nos tumbamos en la cama empieza un proceso cerebral complejo y muy especial. En las ocho horas de media que los expertos recomiendan dormir, surgen muchos procesos químicos y físicos en nuestro cuerpo a los que, habitualmente, no prestamos demasiada atención. Sin embargo, el mundo de los sueños que nace cada noche en los rincones más profundos de nuestra mente siempre está ahí ejerciendo sus funciones.
Seguro que alguna vez has tenido esa extraña sensación de, nada más despertarte, saber y, al mismo tiempo, sentir que el sueño que estabas contemplando hace escasos segundos se marchita en los recovecos de tu memoria. Esa sensación tan desagradable es una de las maravillas que pasa en nuestro cerebro a la hora de intentar recordar los sueños que hemos estado visualizando.
Otras veces, seguro que has tenido días en los que no recordabas de ninguna de las maneras qué habías estado soñando durante esas placenteras horas de descanso. Hay demasiadas preguntas sin resolver alrededor de este mundo tan mágico y siniestro a partes iguales. Hoy te explicamos cuál es la razón por la que hay días que recordamos los sueños y días que, por más que lo intentamos, se desvanecen.
Recordar los sueños
Si te sirve de consuelo, el porcentaje de personas que logran recordar lo acontecido en un sueño es muy bajo.
Los sueños más vívidos suceden en la fase de movimientos oculares rápidos (REM). Esta fase, que es la más larga y representa el 25% de nuestro sueño, únicamente se da en la etapa final del descanso nocturno y, por tanto, es normal despertar de improviso y solo recordar los últimos instantes.
Aun así, lo lógico según los expertos sería no recordar absolutamente nada de lo que nos ocurre mientras dormimos, ya que muchos neurólogos afirman que el ‘cerebro dormido’ no tiene memoria. Es decir, no estamos programados para almacenar datos durante esta etapa porque, en apariencia, no sucede nada significativo que nos pueda ser de utilidad, explica La mente es maravillosa.
Por lo tanto, ¿cómo es que sí que recordamos los sueños? Un estudio reciente de la Universidad de Monash, Australia, asegura que la clave a esta respuesta se encuentra en el hipocampo (estructura cerebral localizada en el lóbulo temporal del cerebro y muy relacionada con los procesos de aprendizaje y memoria).
El hipocampo
Esta zona de nuestro cerebro es la que permite pasar la información de la memoria a corto plazo a la memoria a largo plazo y, al parecer, hay cerebros que tardan más en hacer este traspaso, por lo que consiguen conservar durante más tiempo pedazos del tejido onírico. Las personas que sí logran hacer este proceso en el momento exacto, muestran una desconexión que les permite descansar sin recordar los sueños.
Cuando se produce esta desconexión de forma precisa, el hipocampo pasa a hacer labores de limpieza de información para únicamente guardar en la memoria a largo plazo lo que considere importante. De este modo, su labor no está enfocada en los sueños y no es capaz de recordar qué ha estado sucediendo.
Cómo recordar los sueños
Ya sea por curiosidad o por diversión, mucha gente desea recordar qué ha estado soñando durante la noche. Al lograrlo, podemos descubrir cosas de nuestro cerebro y de nosotros mismos: qué recordamos más, qué se nos ha quedado del día o qué deseamos que suceda.