En un momento en el que los días son más cortos y tienen menos luz, con los excesos de las navidades aún visibles en nuestro cuerpo y con las vacaciones de verano todavía muy lejos, no es difícil que nuestro estado de ánimo se resienta, convirtiendo el tercer lunes de enero en lo que algunos consideran el día más triste del año.
Conocido como Blue Monday, esta expresión nació en 2005 cuando un psicólogo de la Universidad de Cardiff, Cliff Arnall, anunció que había encontrado una fórmula matemática para determinar el día más triste del año y que lo situaba en dicha fecha.
Numerosos profesionales han salido al paso de la afirmación de su colega para señalar que no tiene ninguna evidencia científica. Sin embargo, lo cierto es que la combinación de lunes, enero e invierno es difícil que pueda dar lugar a muchas situaciones que nos vayan a colmar de felicidad.
Si lo que queremos es mejorar nuestro estado de ánimo, tal vez tengamos la solución más cerca de lo que pensamos. Expertos de Interflora nos ofrecen los distintos beneficios que tiene, tanto a nivel físico como mental, convivir con flores y plantas. Algunos de ellos son:
1- El poder del color verde. En la cromoterapia, el color verde se usa para crear ambientes distendidos y relajantes que aportan mucha energía. Es el color de la esperanza y la armonía, gracias a su efecto calmante sobre el sistema nervioso, ya que se encuentra en el centro del espectro cromático y por tanto en una posición neutra de absoluto equilibrio.
2- Transmiten paz y relajación. Las plantas alejan el estrés y la ansiedad, entre otras cosas también por su color verde. Además, los aromas que desprenden (lavanda), su capacidad de purificar el aire (orquídea) o de eliminar la humedad y mantener el ambiente fresco y armonioso (lirio de la paz) hacen de ellas unas estupendas compañeras de piso.
3- Beneficiosas para la mente. Cuidar de un ser vivo tiene un efecto terapeútico y ayuda a asumir responsabilidades. Regarlas, podarlas, quitar el polvo de sus hojas o buscarles buena luz son pequeñas atenciones que la planta agradecerá dando lo mejor de si. Verla crecer y florecer supone una gran inyección de positividad y un impulso de autoestima.
4- Conexión con la naturaleza. Entre las personas y la naturaleza existe un profundo vínculo. Caminar por la naturaleza, respirar sus aromas y admirar su belleza tiene indiscutibles beneficios para cuerpo y mente. Si no tienes el privilegio de poder disfrutar de ella a menudo, ábrele la puerta de tu hogar y deja que entre en él con toda su energía.
5- Ayudan a la concentración. El color verde es también el de la concentración. Si a esto le sumamos que hay plantas, como los ficus, que ayudan a reducir la contaminación acústica y a purificar el aire, es fácil entender por qué rodearse de flores y plantas en nuestra área de estudio o de trabajo es beneficioso para nuestro humor.
6- El poder de la belleza. Rodearse de cosas bellas, armoniosas, sencillas y naturales ayuda a que la mente se sienta bien y se relaje. Además de ahuyentar el estrés y la ira, nos hace más proclives al buen humor y a una actitud positiva. Las flores son emblemas de belleza, naturalidad y sencillez y llenan las estancias de olores y colores.
7- Bajar el ritmo. Las plantas tienen su propio ritmo, el cual contrasta con el de la sociedad actual. Aprender de las plantas, dejarse llevar por sus ritmos lentos y necesarios es un ejercicio importante para practicar la paciencia y tomar conciencia de nuestra propia vida.