¿Por qué los jóvenes abandonan la universidad?

Los universitarios vascos son los estudiantes del Estado, tras los madrileños, que tienen la menor tasa de abandono en el primer año de carrera, donde arroja la toalla la mitad del alumnado que deja de lado definitivamente la universidad. Así se recoge en el informe Indicadores Universitarios de Rendimiento Académico Curso 2020-2021 que el Ministerio de Educación ha publicado recientemente. En concreto, el indice que mide el número de estudiantes de nuevo ingreso en una titulación que no se matriculan en esa misma titulación el curso siguiente ni tampoco el curso posterior se sitúa en Euskadi en el 12,5%, casi la mitad que la tasa media que se sitúa en el 21,99%.

Una de las conclusiones más relevantes del informe apunta a que el rendimiento medio de los alumnos de Grado (número de asignaturas superadas entre el número de créditos matriculados) en el curso 2020-2021 desciende al 80,45%, bajando más de 4 puntos en comparación con el curso anterior. Aun así, esta cifra continúa siendo mayor que los datos de rendimiento que se daban antes de la pandemia, principalmente por el ascenso continuado del rendimiento en las universidades no presenciales tanto públicas como privadas.

Pero, ¿por qué los jóvenes renuncian a la carrera? El abandono de la carrera llega al 13% de los estudiantes universitarios. Este porcentaje se reduce hasta el 11% en el caso de los alumnos menores de 30 años. Se trata de una cifra similar a la de los países de la OCDE. Así lo constata el Ministerio de Universidades en el “Estudio sobre abandono de los estudios de Grado en el sistema universitario español”. El informe analiza los factores que conducen al abandono, prestando especial atención a aquellas barreras a la igualdad.

Factores del abandono

Las referidas a características de cada estudiante o de su entorno familiar, son las de mayor impacto, seguidas de las variables relacionadas con el grado que cursa. Por el contrario, las variables relativas a la universidad en la que estudia son las que menos impacto tienen, aunque se aprecian diferencias. La Universidad del País Vasco (UPV/EHU) tiene una tasa de abandono del 13% mientras que la de Mondragon Unibertsitatea es del 10,4%, lo que sitúa a ambas instituciones en la mitad de la tabla de las universidades públicas y privadas. La Universidad de Deusto tiene un abandono que apenas alcanza el 7,5%, situándola como la tercera con menor fracaso entre las públicas y la cuarta de todo el Sistema Universitario del Estado puesto que entre las públicas, la Carlos III de Madrid supera en tres décimas los resultados de la comunidad deustense.

El rendimiento académico del estudiante en el primer año, es otro factor decisivo. Asimismo se ha encontrado relación entre el precio de la matricula y el abandono de los estudios, siendo esta la segunda variable mas significativa. La edad de los y las estudiantes, el origen socioeconómico, el grado cursado y el área de conocimiento son las siguientes variables con más peso.

Un problema adicional al volumen de abandono es que dicho fenómeno no se reparte de forma homogénea entre los estudiantes, lo cual puede ser problemático desde el punto de vista de la igualdad de oportunidades. Para muestra un botón, el abandono es mayor entre hombres que entre mujeres (24% frente a 18%), afecta más a los estudiantes de familias con menor nivel socioeconómico y cultural (por ejemplo, para el caso de las universidades presenciales, si ambos padres tienen como máximo estudios primarios el abandono es del 18%, frente al 9% en el caso de que ambos progenitores tengan estudios superiores), y lo sufren más los que viven en islas (en Canarias y Baleares el abandono en universidades presenciales es del 21%, frente al 13% de la media).

Más abandono en Humanidades

Las variables de la titulación también desempeñan un papel en el abandono. El impacto más claro se observa en cuanto al tipo de grado, si es simple o conjunto, y en cuanto al precio del crédito de la matrícula. La rama de estudios también condiciona el abandono, aunque esto es más evidente para algunas ramas que para otras. El informe señala que Los estudiantes que estudian grados conjuntos “tienen mayor probabilidad de abandono que los que estudian grados simples, sobre todo si su nivel de rendimiento en el primer año es medio”. En cuanto al factor precio, se observa que “a medida que el precio de la matrícula de la universidad se incrementa, los estudiantes tienen una mayor probabilidad abandonar los estudios”.

La especialidad también influye. Se observa que la diferencia entre la probabilidad de abandono entre la rama en la que más se abandona, Artes y Humanidades, y la que menos, Ciencias de la Salud, es de cerca de 1 décima (de 0,05 a 0,12). En cuanto a la probabilidad de abandono, las ramas de conocimiento están ordenadas, de mayor a menor abandono, de la siguiente forma: Artes y Humanidades, Informática, Ciencias, Ciencias Sociales y Jurídicas (aunque la diferencia entre Ciencias y Ciencias Sociales y Jurídicas no es estadísticamente significativa), Ingeniería y Arquitectura y Ciencias de la la Salud.

Recursos personales

Las habilidades sociales y los recursos personales también entran en la ecuación. Y es que el cuarto del rendimiento académico universitario depende de factores no intelectuales o habilidades blandas (soft skills) como la autoeficacia académica o confianza en que soy capaz, así como la gestión del tiempo o la regulación del esfuerzo, entre otras. Así lo refleja la investigación Integrating self-regulated learning and individual differences in the prediction of university academic achievement across a three-year-long degree, coordinada por el profesor y vicedecano de la Facultad de Educación de la UNED, Juan Carlos Pérez

“Aproximadamente el 25 por ciento del nivel de calificaciones en la universidad está relacionado con las notas previas de acceso”, explica el profesor, destacando que era “algo que era de esperar y que representa una confirmación de un hecho constatado”. Sin embargo, entre los principales hallazgos de la investigación destaca el hecho de que aproximadamente otro 25 por ciento del nivel de calificaciones estaba relacionado con variables psicológicas no intelectuales

Entre las habilidades blandas que determinan las notas obtenidas luego están, por un lado, el rasgo de personalidad conocido como responsabilidad y, por otro lado, dos variables que contribuyen a regular la motivación y el estado de ánimo, que son el compromiso académico y la autoeficacia académica. Asimismo, el profesor apunta a otras dos habilidades que contribuyen a regular aspectos para facilitar la concentración y el estudio: la regulación del esfuerzo, y la gestión del tiempo y del entorno de estudio. “Confirmar que un cuarto del rendimiento académico en la universidad puede depender de habilidades blandas es un hallazgo relevante”, ha señalado Pérez.